Capítulo 2

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¿Para qué mentir? ¡Brooke Brown me volvía loco!

Era hermosa, amable, creativa, sensual, ¿Qué más deseaba encontrar?

Después de que se acomodara el cabello para que no quedará hecho una maraña, me ayudó a arreglar el mío. Siempre andaba despeinado, pero ésta vez había quedado realmente desastroso.

-¿Te llevo a tu casa, linda? -pregunté encendiendo nuevamente el automóvil.

Ella rodó los ojos y me respondió.

-¿Es una pregunta sería u otra de tus cosas, Rog?

-Yo lo decía en serio- reí al decirlo, y después comencé a bromear- peero, sí así lo quieres puedo dejarte aquí en medio de la nada. Tú eliges.

Asestó un golpe en mi hombro con el puño y carcajeó.

-No, no. Está bien, llévame a la casa, por favor.

Arranqué y continuamos un largo trayecto platicando. Ella comenzó a explicarme cómo eran los bosques de Gales, yo me dedicaba simplemente a sacudir la cabeza cuando me preguntaba algo.

Minutos después, ya entrando a la ciudad comencé a escuchar como su voz se apagaba poco a poco, y sus ojos se iban haciendo más y más pequeños de sueño. Ello me recordó nuestros días de juegos, dónde después de estar corriendo sin medida en el parque, mi madre se ofrecía a regresarla a su hogar y la pequeña Brooke se quedaba dormida en el asiento del auto.

Antes de que se quedará dormida le pregunté.

-Brooke, ¿Aún vives en tu antigua casa?

-Sí, ahí mismo- comentó casi inaudible, por su tono modorro que comenzaba a tener.

Reí en tono bajo y continué por un par de kilómetros sin hablar, hasta que llegué al destino, me aparqué frente a su casa y apagué el automóvil.

-Brooke- susurré sacudiendo su hombro- ya estamos en tu casa.

Abrió un poco los ojos y cuestionó.

-¿Me quedé dormida?

Comenté que sí entre risas y se incorporó en su asiento.

-Cielos, ¡lo lamento mucho, Ro! Pero mil gracias por traerme a la casa.- agradeció y me dió un beso en la mejilla.- oye, ¿No quieres pasar a saludar? A mi mamá le daría mucho gusto verte.

-¿Qué?- exclamé. -¿No crees que se espanten por mi peinado? No quiero recibir otra amenaza.

-¡Claro que no, Rog! A parte, solo está mi madre, mi papá se quedó en Gales. -rodé los ojos- bueno, pues si no quieres no lo hagas, Meddows.

-Ah, está bien.- acepté- No me hago responsable de lo que pueda decir.

Ambos bajamos del auto y caminamos a su puerta, dónde tocó el timbre y un par de segundos después su madre apareció en el umbral.

-¡Brooke! ¡Me tenías espantada! ¿Por qué llegaste tan tarde, linda?- gritó.

-Tranquila, ma- respondió la chica.- encontré a alguien. -me jaló del brazo y me acercó a dónde se hallaba su madre.- mamá, ¿Te acuerdas de Roger?

Su mamá me observó por un momento y acto seguido llevo una de sus manos a su boca. Estaba sorprendida como si no creyera que estaba pasando... y yo no estaba seguro de cómo interpretarlo. Pero no tardó mucho en abrir las manos y abrazarme.

-¡Dios, Roger! Hace tanto que no te veía, cariño, ¡Estás tan grande ya!- no sabía que responder, así que solo articulé un extraño ""- linda, tengo unas galletas recién hechas en la cocina, ve por unas cuantas para darle a Roger.

Brooke parecía desconcertada.

-¿En serio? ¿Ahora, mamá?-interrogó.

-Sí, ahora, Brooke. Ve por ellas-insistió su madre.

La joven solo se encogió de hombros y entró rápidamente a la casa. La señora Brown echó una rápida mirada al interior de su vivienda y me alejó hacia el jardín. Ya lo veía venir, las amenazas iban a comenzar.

-Roger, necesito tu ayuda, cariño- susurró su madre.

-¿En qué me necesita?-comenté un poco asustado. ¿Me pediría que me alejara de su hija?

-El cumpleaños de Brooke es hasta septiembre, no sé si lo recuerdes. Pero en unas semanas regresaré a Gales con su padre, así que se lo celebraremos éste viernes a las 8:00. Será una sorpresa, pero no debe de estar en casa por unas horas. ¿Podrías distraerla un poco en lo que arreglamos el lugar? Por supuesto, puedes quedarte a la fiesta después.

Quedé por un momento pensando si podría ayudarle en aquel favor. Beatrice, una compañera de la escuela me había invitado a un evento el viernes, sin embargo era claro que usaba eso de excusa para que nos viéramos, y hacía tanto que no veía a Brooke, a parte, su madre no me había amenazado, algo que me ganó por completo.

-Sí, yo les ayudo a distraerla, señora Brown.-respondí.

-¡Oh, muchísimas gracias, Roger!

Brooke regresó enseguida con un plato en la mano lleno de galletas.

-¿Así está bien?-cuestionó a su madre.

-Perfecto, linda. Bien, debo entrar a la cocina nuevamente, me alegró verte, Roger. Me saludas a tu mamá, cielo.-se despidió y desapareció tras la puerta.

Brooke me aproximó las galletas y depositó el plato en mis manos.

-Pues gracias por haberme traído, Rog. Me dió mucho gusto volverte a encontrar.-empezó Brooke.- y ya que estaré por aquí, ojalá podamos vernos alguna otra vez.

-¿Lo dices en serio, niña? ¡Claro que nos veremos!- exclamé- ¿Regresan a mi amiga y no lo aprovecharé? Puf, no.- recordé lo que su mamá me había dicho. ¿La fiesta sería a las ocho? Tenía que llevármela antes.- ¿Te parece que te lleve a visitar la ciudad el viernes?

Las cejas de Brooke se levantaron y sonrió.

-¿De verdad? Bien. Estaría de lujo, Roger.- introdujo su mano en el bolso que portaba y sacó una libreta pequeña y un lápiz. Dónde escribió algo, arrancó la hoja y me la entregó.-ese es el número telefónico. Llámame para quedar en la hora ¿De acuerdo?

Tomé el papel y asentí.

-Nos vemos, Brooke.

Y entró a su casa, nuevamente, cerrando la puerta.

Regresé a mi carro y volví a mi departamento para dormir.

Al día siguiente desperté muy temprano y pensé en contactar a Brooke, el resto de mi semana entre ensayos y escuela muy probablemente no tendría tiempo de quedar de acuerdo.

Saqué de mi chaqueta la nota en que venía si teléfono y marqué.

Dio tres timbres antes de que respondieran con un "¿Hola?". Sabía que se trataba de la voz de mi amiga así que fui directo al grano.

-Nena, te llamo debido a que tengo la semana llena de ocupaciones y puede que olvidara llamarte.
¿Te parece si el viernes paso por tí 4:30?

-Wow, ¿Roger? ¿Qué haces el domingo despierto tan temprano?-escuché que dijo.

-Pues, así soy, linda. Así que, ¿Qué opinas de la hora?-interrogué.

-Ja, está bien, Roger.

-Adiós, linda-me despedí.

-Adiós, engreído.-me soltó y colgó el teléfono.

Mi compañero de habitación aún no estaba despierto, así que bajé solo a desayunar. Y después de ello me prepararía para ir al ensayo de la banda.

Breakthru || Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora