Capítulo 18

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El sol se puso en el horizonte cuando Brooke y yo salimos del hospital y regresamos rápidamente a la casa.

Al subir al automóvil encendí la radio para que ésta sonara y yo pudiera sentirme menos acon mi amiga, sin embargo no podía dejar de pedirle disculpas por lo sucedido y ella no paraba de reír cada que lo hacía.

—¡Roger, ya te dije que no pasa nada!— comentó a carcajadas.— A parte, oíste al doctor, solo fue una contusión; dos días hielo por la noche, después dos con paños calientes y quedará como nuevo.

Volteé la vista hacia ella y entrecerrando los ojos sacudí la cabeza en desaprobación.

—¿Por qué no estás furiosa?— reproché.

La chica lucía divina, y si se hubiese enojado conmigo sería más sencillo recordar que no debía tener aquellos sentimientos hacia ella. Sin embargo que se portara tan comprensiva, generaba más aprecio.

—¿Quieres que lo esté?— preguntó sonriendo, sin entender qué me sucedía.

Negó con la cabeza, divertida por mi actitud y comenzó a cantar la letra de la pieza que sonaba en la radio.

Pronto llegamos a la casa, bajé del automóvil, abrí la puerta y tomándola levemente de la mano, ayudé a que bajara del auto, para después subir las escaleras de la entrada.

Brooke abrió la puerta y ya estando dentro se detuvo, cerró los ojos rápidamente, y dando un suspiro volteó hacia mí para preguntar:

—Roger, ¿Hoy saldrás con alguien?

—No. —respondí. —¿Por qué, Brooke?

Ella se encogió de hombros y apretando un poco los labios contestó

—Bueno, hoy habrá lluvia de estrellas, pensaba verla desde la venta de mi habitación. Y entre proyectos finales, las citas que tú tenías y todas las demás ocupaciones, creo que no hemos tenido mucho tiempo para conversar. —explicó. —No sé si quisieras subir conmigo y charlamos un poco mientras vemos la lluvia.

Le dí una pequeña sonrisa de lado y asentí.

—Brian había mencionado lo de las estrellas. —comenté. — Y bueno, me encantaría. Iré por el hielo para ponertelo en el pie de una buena vez,—añadí y antes de que fuera a darse la media vuelta dije. —espérame, nena.

Ella rió y no tardé más cinco minutos cuando regresé, viendo que Brooke se encontraba sentada en el segundo escalón de la escalera.

—¿Te ayudo a subir?— cuestioné.

—Por favor. — respondió y pasó su brazo al rededor de mis hombros para apoyarse y subir sin mucho esfuerzo.

Estando en el segundo piso ya no hizo falta mi ayuda y nos dirigimos a su habitación. Al fondo se hallaba una enorme ventana y Brooke había colocado un baúl en el hueco de ésta para poder sentarse.

Ambos tomamos asiento allí y le pedí que subiera un poco su pierna a la mía para poder colocar el hielo.

—Sabes que yo puedo ponérmelo sola, ¿Verdad?— preguntó.

—Sí,— contesté. — pero ya que fue mi culpa considero que yo soy quien debe hacerlo.

Brooke sonrió burlonamente y dejó encima mío su pierna.

—Roger, ¿Qué harás en navidad? — cuestionó Brooke, alzando la vista hacia mí.

—¿Navidad?— respondí desubicado de repente.

—Sí, ya sabes,— explicó ella. — la celebración que se festeja el 25 de diciembre.— entrecerré los ojos ante su burla y ella continuó hablando. — ¿Irás a King's Lynn con tu familia?

Breakthru || Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora