Capitulo 6

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Kirishima

Estuve meditando la conversación que tuve con Todoroki sobre los Anti-Elegidos, honestamente me hubiera gustado preguntarle más sobre el tema, pero alguien podría escucharnos y eso sería peligroso, jamás había escuchado hablar sobre ellos, ni siquiera del mismo Gran Elegido, probablemente porque su hijo Marion es uno, además, tampoco sabía sobre eso, siempre pensé en el Gran Elegido como alguien solo en la vida, fuerte, independiente, alguien que no se involucra con nadie ni con nada, ahora me doy cuenta de que no es así. En realidad, hay muchas cosas que no sé, de mi mismo tampoco.

Estoy en el campo de entrenamiento, solo, decidí alejarme de los demás y entrenar por mi cuenta, no estoy presumiendo ni nada, todo lo contrario, ellos son mucho mejor que yo usando el fuego, aunque yo lo haya despertado antes, soy un novato que a penas puede encender una flama sin quemar todo a su paso, no importa si un Elegido me vigila, igual lo echaré a perder.

Escucho un grito, estaba sentado, entonces me pongo de pie y camino hacia dicho escándalo, acelero el paso cuando empiezo a escuchar más ruido, algo raro sucede, necesito averiguar que es. Me junto con los demás, ellos me miran asustados y trato de comprender la situación, nadie me dice nada, Todoroki no está, el Elegido se acerca a nosotros, se coloca una máscara similar a la de un cráneo con cuernos y enciende flamas de fuego incandescente en cada brazo. Él señala hacia adelante, miro la dirección que nos muestra y agrando los ojos, es humo, viene desde la aldea más cercana. Ya entiendo, es un ataque, estamos siendo atacados por los dragones.

—No pensé que este día llegaría, aunque no tenemos opción, hay que pelear ahora o nunca—dijo Jirou—realmente no quería que esto pasara.
—Yo tampoco quiero hacerlo, pero somos Elegidos, así que, entiendo tu frustración—comentó Kaminari.
—¡Vamos!—gritó Iida.
—¡Elegidos, debemos proteger la aldea! Recuerden, olvidamos nuestros nombres, ahora somos guerreros, no hay más opción que luchar por la paz que merecemos—dijo el Elegido.

Todos comenzaron a correr con su fuego encendido, gritando, llenándose de furia para combatir el miedo. No podía quedarme atrás, es una aldea, hay familias, personas viviendo en cada casa, con cultivos, tratando de protegerse de los dragones con terror. Debo seguir a los demás y pensar solo en una cosa. Proteger a todos.

Todavía no enciendo mis flamas, prefiero mantener la concentración antes de causar un desastre peor.
Mientras estoy corriendo, atrás de mi hay varios Elegidos profesionales que aparecieron de la nada, todos llevan su máscara, el fuego arde en su piel y eso no les importa, están totalmente dispuestos a pelear, lo veo en sus ojos. Sin darme cuenta, empiezo a correr más lento, veo a los Elegidos adelantarse, cada uno pasa junto a mi como si no existiera, y algunos me empujaron por ser un estorbo en el camino. La determinación que veo en sus caras, ¿algún día podré tenerla?, no quiero seguir dudando, soy un Elegido ahora, entonces, ¿por qué tengo este sentimiento?, odio sentirme así, siento que estas emociones no me dejan avanzar, ¿qué debería hacer para recuperar mi fuerza y gritar como ellos?, correr con euforia, dispuesto a matar dragones para defender al pueblo, ¿cuándo?, no tengo tiempo para esto, vamos, debo dejar de pensar en tonterías. Grito, tanto como sea posible, mis flamas se prenden en los brazos y acelero el paso, intento alcanzar a los Elegidos profesionales y los sigo, ellos siguen ignorándome, me siento extraño, de la nada olvidé todo lo que estaba pensando y correr junto a ellos me hizo sentir libre, por alguna razón sonrío, por un momento, en mi cabeza pasó la idea de volar, obviamente no puedo, pero sería grandioso, realmente increíble.

Los Elegidos se detienen, yo también lo hago, observan la situación desde la colina, la aldea está en llamas, todo se está quemando, las personas corren en pánico, hay niños llorando, es prácticamente la misma escena que viví hace diez años en mi aldea cuando era niño. Miro el cielo, hay enormes dragones por todas partes, ellos están lanzando fuego, destruyendo todo a su paso. Los Elegidos saltan de la colina y se adentran al pueblo, también hago lo mismo. Pierdo de vista a todos, con el humo es difícil ver, hay demasiada ceniza y me entra en los ojos, parpadeo, veo la silueta de una niña sosteniendo una muñeca dentro de la cortina de humo, me acerco a ella, está llorando y nadie se percata de su existencia.

Discretion (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora