Capítulo X: "El amor"

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Argie.

La noche cayó de inmediato, pero con ella Asa no volvió. Cada minuto me preocupaba aún más pensando que estaba solo, con frio, con miedo sin poder encontrar el camino de regreso a casa. Jane parecía tan tranquila preparando té para mis nervios.

Me levante del sofá, me coloque mi chaqueta y salí sin decirle nada. Justo en el pasillo me encontré con Rick.

-¿Estás bien, Argie?-dice deteniéndome.

-Asa se fue y no ha vuelto desde la mañana-dije con lágrimas en la garganta.

-Vamos, te ayudo a buscarlo-se ofreció y bajamos las escaleras deprisa.

-¿Pasó algo entre ustedes, por qué se fue?-preguntó en cuanto salimos a la acera del edificio.

-Nada, no lo sé. Volví a casa esta mañana y no estaba-limpie mi nariz

-Tal vez está en el parque-corrimos hacia el parque rodeando a las personas que caminaban en dirección opuesta. Al no encontrarlo rápido me invadía el miedo de escuchar de repente un alboroto de gente o las sirenas de una ambulancia.

Cruzamos todo el parque sin encontrar nada aun, al otro lado, divise un callejón en donde estaba oscuro y un grupo de chicos golpeaban a otro sobre el suelo.

-Que no sea Asa, que no sea Asa-murmure acercándome. La luz de un auto alumbro un poco a los chicos, el que estaba tirado tenía una camisa azul de cuadros, era alto y muy delgado.

-Rick, por aquí-lo jale y corrimos al callejón.

Los vagos, al vernos, más bien al ver a Rick se alejaron, algunos corrieron y Rick alcanzo a uno que aún no soltaba a Asa y lo golpeo repetidas veces hasta alejarlo.

-Oh por dios, Asa-exclame arrodillándome junto a él. Levante su rostro ensangrentado y lo acosté sobre mis piernas.

-¿Argie? ¿Estoy en el cielo?-comencé a llorar.

-Estás bien. Estoy aquí, tranquilo, todo estará bien. Iremos a casa, te curare y te cuidaré, ¿De acuerdo? Solo... no me dejes, Asa, sigue conmigo-Rick me ayudo a levantarlo y lo cargamos hasta llegar al edificio. Para subir las escaleras Rick lo cargo hasta entrar al departamento y depositarlo sobre la cama.

Aún seguía consiente y casi no se quejaba del dolor. Apreté mis labios para no llorar. Ahora verlo así, lo maginaba en aquel accidente... mi corazón se arrugaba como hoja de papel dentro de mi pecho.

Corrí a la ducha y deje llenando la bañera con agua tibia. Puse jabón e hice espuma. Tome dos toallas y regrese a la habitación. Asa mantenía sus ojos abiertos, los labios apretados y su cuerpo rígido.

-Tomaremos un baño, cariño-dije desabotonando su camisa ensangrentada. Lo ayude a sentarse en el borde de la cama. Le quite los zapatos y los calcetines. Descalzo y sin camisa lo ayude a ir al baño. Cerré la llave del grifo. Él se bajó los pantalones, tome su mano y lo ayude a entrar a la bañera. Él se sumergió y yo me quede afuera. Con un vaso vertí agua sobre su cabello.

Su rostro estaba totalmente enrojecido. Tenía heridas abiertas en el labio, sangre bajo la nariz y un ojo comenzó a hincharse.

Con una toalla delgada limpie las heridas y las seque de inmediato. Enjabone su cabello y luego lo enjuague. Hice espuma sobre su espalda, pecho y en el vientre expreso dolor.

-Lo siento-no dijo nada. Lo enjuague de nuevo-Te secarás para cambiarte y ponerte algunos puntos en el rostro.

Lo ayude a ponerse de pie y lo enrolle en una toalla. Salió de la bañera y fuimos a la habitación. Le ayude a colocarse su pijama y seguía sin hablar. Se sentó a la orilla de la cama mientras yo iba por el botiquín.

-Háblame, Asa-implore volviendo, sentándome a su lado. Giro un poco su rostro hacia mí-¿Por qué saliste solo?-no contestó mientras le colocaba los puntos, ni lo hizo después. En cuanto terminé, volví al baño y guarde el botiquín. En seguida salí de la habitación.

-¿Esta bien?-pregunto Jane.

-Sí, ya lo cure y necesita un analgésico para descansar.

-Rick me contó lo que pasó-abrí el cajón junto al fregadero y saque un frasco de vidrio. De la alacena de arriba un vaso que llene del grifo. Volví a la habitación sin responderle.

-Toma, esto calmará el dolor y te dará sueño-dije colocándole una pastilla en la palma de su mano y el vaso en su otra mano.

-¿Por qué estabas con Rick?-pregunto sorpresivamente, como si estuviese aguantado soltar aquel cuestionamiento.

-Me acompaño a buscarte.

-¿Y está mañana también estaban juntos?

-No estaba con él esta mañana, fui a mostrar unas pinturas.

-¿Por qué no me pediste que te acompañara?

-Quería dejarte descansar. ¿Estás bien?

-Estaría bien si no me ocultarás cosas-dice con tono molesto y decepcionado-Se supone que tenemos una relación y tu sales con él, ¿Ya no quieres salir conmigo porque estoy ciego? ¿Porque no puedo caminar por mí solo sin caerme o tirar cosas? Dímelo, porque no le encuentro sentido a esto.

-No hables así, no estaba con él, y tampoco salgo con él-contesté con seriedad

-¿Pero lo quisieras? ¿Con él te sientes segura, más tranquila, sin menos responsabilidades?

-Entiendo que estés así, él ha mostrado algo que nunca va a pasar, él sabe que estoy contigo-acaricie el dorso de su mano, él la apartó y estrelló el vaso sobre el suelo. Me aleje de la impresión.

-¿Qué es lo que te pasa?-exclame-Tú no piensas esas cosas, estábamos bien, te he demostrado cuanto te amo, justo ahora, aquí.

-Solo te burlas de mí. No dices la verdad.

-Ah, ¿Quieres hablar de la verdad? Comienza tú. ¿Por qué me dijiste que tus padres te habían abandonado y que todo esto fue desde que naciste? ¿Creíste que me darías lastima o miedo y me alejaría de ti? Por Dios, tú fuiste al primero, al instante de conocernos, de mentirme, y lo comprendí, porque soy un ser humano, pero me enamoré de ti, desde el segundo en el que te vi, pero veo que tu esperas más, que no soy suficiente para tu expectativas-guardó silencio unos segundos.

-Tu solo me tienes lastima.

-Tienes veinte años y no conoces el amor. Lo único que hice contigo fue el amor.

Di la vuelta y salí de la habitación, llorando.

Se busca una mirada《Asa Butterfield》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora