amarillo y verde

Capítulo 3- cositas.

Lo que Tom no sabía era que alguien estaba mirando todo.

James sonrió maliciosamente.

Después de 5 años desde que entraron a Hogwarts por fin había descubierto la debilidad de ese Slytherin.

su mejor amiga.

Haría una broma a Tom, la mejor, no de esas con bombas apestosas ni nada por le estilo, haría una que le calara en lo más profundo.

Pero por mientras, que sueñe con Emma.

Al otro día se arreglaron (Emma por fin no se quedó dormida) a desayunar.

Emma miró a Tom, que sólo la miró fríamente, ¡las apariencias hacen tantas cosas! Nadie sabía la intensidad de ganas que tenía  tom por que Emma le dijera Tommy y el a ella  Emmy.

Pero Emma comprendía perfectamente que él necesitaba su espacio y no vergüenzas de parte de ella.

Las clases pasaron, como siempre.

Había partido de quidditch, Hufflepuff contra Slytherin.

Pero antes de empezar Tom fue a ver como empezaban a jugar.

-¡BOO!

Tom dio un giro y al ver que era Emma se puso serio.

Ella sólo reía.

-debiste ver tu cara.

Tom sólo emitió un ruido y siguió viendo.

-¿no es que tu eras parte del equipo? ¿por qué no juegas?

-me sacaron por lanzarte un maleficio imperdonable.

- oh... lo siento... supongo.

Tom se molestó.

-¿cómo que supongo? ¿sabes lo importante que era esto para mí? No, no lo sabes porque no pensaste en las consecuencias Emma.

-tú tampoco las pensaste al lanzar el maleficio o empezar la pelea, yo sólo defendí...

-¿a tú amigo? ¿el que después de la batalla no te volvió a hablar por miedoso?

-¡no hables así de Matt!

-¡hablo lo que se me de la gana tonta!

Emma quedó helada, pensó que ya eran amigos, que ya no le diría tonta, pensó... pensó muchas cosas.

- yo... yo sólo creí...- empezaron a brotarle las lágrimas- que todo pasa por algo y... que si no hubiera sido por eso yo... no nos hubiéramos conocido... lo siento ¿okay?

Tom se sorprendió.

"Idiota la hiciste llorar" pensaba.

- no Emma yo...

Pero ella ya se había ido.

Empezaron el partido, pero por primera vez a Tom no le importó, sólo pensaba en lo estúpido que fue por hacerla llorar y culpable de algo que no hizo.

Pero también pensó, Emma dijo que todo sucedía por algo y ella lo mencionó, ¿será que le importa?

Por ese momento sonrió a sí mismo, pero el idiota la hizo llorar, el idiota la hizo llorar.

El partido acabó con 176 puntos de parte de Hufflepuff contra 25 de parte de Slytherin.

Al final de eso tenían que cumplir su castigo y fue a juntarse con la Hufflepuff cerca del bosque prohibido.

Y ahí estaba ella, con su trenza con flores mientras rastrillaba los desechos que el  Hipogrifo había creado.

-¡menos mal que llegaste! ¡creí que iba a terminar sola todo esto!- dijo mientras sonreía.

A Tom se le cayó el alma a los pies por dos razones:

1- por la colitis que le había dado al Hipogrifo al parecer.

2- Emma había llorado por el ¿Cómo estaba tan radiante?

Tom sólo agarró la pala y ayudó a recoger los peores días con la comida del Hipogrifo.

Emma le hablaba muy animadamente, como si nunca hubieran peleado, mientras el no entendía nada, su mente estaba hecha un tormento.

-¿has ido al bosque prohibido alguna vez? Yo no.

-sip.

A Emma me brillaron los ojos.

-¿en serio? Y ¿cómo es? ¿de verdad qué hay unicornios y Centauros?

-ehh... cuando fui sólo vi Centauros, pero dicen que si hay unicornios.

Emma hablaba todo lo que sabía de él bosque hasta que Tom.

-¡Emma maldita sea!

Ella lo miró sorprendida.

-¿¡por qué eres tan?! aaaagggh...

-¿tan qué...?

-tan... tan tierna y linda! ¡actuas como si no hubiera pasado nada! Como si no hubiéramos entrado en batalla, como si no te hubiera lanzado un maleficio imperdonable, como si no hubiéramos discutido. No te entiendo. Por más que trato de desifrarte no puedo, eres el ser más raro que he conocido.

Emma sonrió.

-porque no quiero ser cruel, pero sabes que puedo.

Por primera vez, Tom la miró con otros ojos, de manera nunca vista con nadie más, con una dulzura tremenda.

Al terminar llegaron a él pasillo que los llevaría a sus casa correspondientes.

-señor Whitre.

-señorita Matews.

-Tom.

- Emma.

-¡Tommy!

-Emmy...

-¡lo dijiste!- gritó feliz y corrió a abrazarlo.

Era el primer abrazo,  a penas se habían tocado, sólo un golpe de parte de ella, la ayuda que dio Tom para levantar a Emma, pero nada más, no hasta ahora.

Tom sintió cosas, sintió una vibra de querer saltar sin control, él torpemente le correspondió con palmaditas.

Emma no se quedó atrás, sintió cositas (como las llamaba ella) que ni Newt Scamander podía sacarselas.

-adiós- dijo ella casi en un susurro.

-hasta mañana-dijo el sonriendo un poco de lado.

¡le había sonreído! ¡a ella! La amabilidad puede mover montañas.