Capitulo 5- Nuevo cominezo

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-Bien, por fin nos conocemos en persona señores. Me presento oficialmente. Me llamo Isamar y ustedes trabajan para mí. Estamos aquí para aclarar que se va a hacer con mi dinero. En estos meses he estado estudiando para habituarme a un vocabulario que no suelo utilizar, por ello les pido caballeros, que tengan paciencia conmigo si no entiendo algún termino y respeten las formas en las que quiero gastar mi fortuna. Dicho esto… Empecemos- Dijo Sami a un grupo de ocho hombres, sentados alrededor de una enorme mesa que ella misma presidia. Vestían muy elegantemente con trajes de marca y corbata. Parecían tener entre treinta y cincuenta años y si te fijabas bien, seguramente los dos caballeros sentados al final de la mesa, serian parientes, porque se parecían mucho.

Era Diciembre, Sami había vuelto después de vivir casi cuatro meses en su paraíso Hawaiano, para empezar a gestionar sus bienes. Era un trabajo que no quería dejarlo en manos de nadie. Quien mejor que ella para supervisar que se hacía con su dinero.

Marcharse de su lugar de aislamiento le había supuesto un gran esfuerzo emocional, allí estaba en paz. Dejaba la mente en blanco siempre que quería y se pasaba casi todo el día estudiando con la ayuda de sus padres, los cuales se habían convertido en las sombras de Sami. Cosa que a ella no le agradaba mucho. No era una bebe y podía hacer las cosas por su propia mano, sí que le quedaba mucho por aprender, pero para eso estaba estudiando. Comprendía que era normal que se preocuparan por ella, pero estaban llegando a un punto que parecía enfermizo.

Por esos motivos decidió volver a su tierra, dar la cara ella misma a sus empleados, tomar las riendas de sus futuros negocios y darles un descanso a sus padres, los cuales se habían estado haciendo cargo de todo.

Su llegada al país se había producido pocas horas antes de la reunión donde se encontraba. Solo había tenido tiempo para llevar sus maletas a su antigua casa y llamar a su médico para hacerse una ecografía.  Ya había cumplido su quinto mes de embarazo y al haberlos pasado íntegros en su isla no se había realizado ningún chequeo rutinario. Por lo tanto no tenía ni idea del estado de su bebe, el cual ya notaba como se movía de vez en cuando, cosa que a ella le encantaba y no podía parar de sonreír cada vez que lo sentía. Por eso, hizo caso a su madre y acepto realizarse el examen médico, simplemente para verificar que todo estaba correcto. Aunque para tener una barriga de cinco meses, se podría decir que era un poquito más grande de lo normal.

La cita con el ginecólogo era en cinco días. Le habían informado que debido al avanzado estado de gestación era posible que el sexo del bebe ya se viera con claridad, pero Sami no quería saberlo. Ella solo deseaba que todo  estuviera bien. No quería saber nada más. Si era niño, niña le era indiferente. Era su hijo y lo querría por encima de todo.

-Si no les importa les presentare entre ustedes, ya que el trabajo de unos completara el de otros, ahora me entenderéis- aclaro ante las miradas interrogativas de algunos. –Los tres caballeros a mi derecha son los representantes del bufete de abogados que he contratado. Se encargaran de todos los aspectos legales de mis negocios. Los dos hombres situados al final de esta mesa son mis contables, que me ayudaran a gestionar el dinero. Por último los tres señores de mi izquierda son agentes de bolsa, ellos se encargaran en invertir mi dinero y crear beneficios- acabadas las presentaciones se sentó para escuchar a esos ocho caballeros hablar sobre su dinero.

La primera pregunta que recibió Sami, fue por parte de uno de sus abogados que no había entendido a que se refería al decir que el trabajo de uno complementaria al de otros. Cuestión que ella aclaro ante la atenta mirada de todos.

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