Disfruta el momento

Capitulo 15- ¡Sueltame!

-¿Cómo te fue la noche con la chica que te presente?

-Bien estuvimos hablando y es muy simpática…

-Pero…

-Pero no es ella Max- contestó Kevin a su pregunta no formulada –Ella no es Sami y aunque hayan pasado tantísimos meses me sigo sintiendo ese vacío sin ella, siento que lo hice fatal y tengo una presión en el pecho que a veces no me deja respirar y por más que pase el tiempo no desaparece.

-¿Por qué no vas a su casa? A lo mejor ya hay alguien allí, la última vez que fuiste fue hace unos meses- intentó consolarlo su amigo –yo tengo que ir a buscar a un amigo que viene a pasar el día, hace tiempo que no nos vemos y tenemos mucho que contarnos- explicó

-Vale esta tarde te llamo, no se lo que voy a hacer, tengo que pensar.

Tras esas palabras se despidieron y Kevin fue a dar un paseo para despejar la neblina que tenía en su cabeza. Ya era costumbre verlo pasear solo y pensativo, lo hacía muy a menudo.

Casi había pasado un año desde la última vez que vio a Sami y desde entonces apenas había hablado con ella. Bueno la conversación que tuvieron por internet era tan confusa, que por mucho que la repasara mentalmente una y otra vez no conseguía encontrar nada que le sirviera.

Sami no quería saber nada de él, pero él si quería saber de ella, hablar, simplemente hablar cara a cara con ella y explicarle cuanto la echaba de menos, todas las noches que había soñado con ella, incluso las veces que había llorado por lo mal que se sentía por lo que había hecho.

Al principio la había utilizado, sí pero después se había dado cuenta de sus sentimientos hacia ella. La quería, estaba completamente enamorado de ella, de su manera de ser, de lo infantil que era, de su sonría, su pelo, su alegría constante, su obsesión con el agua, era su sirena y la había perdido.

Por más que pasaran meses y meses se negaba a pensar que la había perdido y sin poder luchar por ella, pero es que no había tenido la oportunidad siquiera. Había desaparecido del mapa por completo, por más que buscara no la encontraba y eso le desesperaba.

Sin saber cómo había llegado allí, se encontró sentado en un banco frente a la casa de Sami.  Barajando la posibilidad de llamar a la puerta y con la esperanza de encontrar respuestas. Pero ¿y si no había nadie? Otro rechazo ¿podrían sus nervios soportarlos?¿Podrían sus nervios soportar el estar ahí y ni siquiera intentarlo?

Armado de valor y aferrado a sus últimas esperanzas se puso en pie y fue directo a la puerta, que pasara lo que tuviera que pasar, estaba desesperado.

…..

-Hey Max ¿cómo estás? Cuanto tiempo sin verte, has crecido desde la última vez que nos vimos.

-Teniendo en cuenta que la última vez que nos vimos fue hace años, normal. Pues estoy muy bien tengo novia desde hace años, estoy en la universidad estudiando y más o menos apruebo, así que no me quejo- contesto mientras le abrazaba y ponían rumbo a una cafetería -¿y tú? No has cambiado nada siques con las pintas de chico macarra pero que en verdad eres un ñoño- bromeó

-Pues estoy de lujo, hace meses encontré un nuevo trabajo de lo mío y me encanta, me llevo de maravilla con mis compañeros y mi jefa…- suspiró mientras miraba a Max con tono juguetón – es la mejor.

- ¿Es la mejor? Nunca un jefe o jefa es la mejor ¿Que has hecho?- ya conocía demasiado bien a su amigo, habían crecido prácticamente juntos y ese último comentario escondía algo que él estaba dispuesto a averiguar.

- No he hecho nada, solamente… le he subido el autoestima a una amiga- evadió la respuesta pero ante la atenta mirada de Max de <<No intentes engañarme que nos conocemos>> tubo que decirle la verdad –me acuesto con ella, pero solo es mi amiga, nos llevamos muy bien, es muy simpática y alegre y tiene una energía- miró a su amigo con ojos juguetones – no entiendo como teniendo a los niños es capaz de hacer todo lo que hace, me tiene impresionado.