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Capitulo 1- Último año para ser niños (Part.1)

12 de Julio de 2010; Campamento de verano “Juventud”.

-Pues esta casa mola más que la del año pasado ¡Mira que lago tiene! Que ganas de bañarme en él que tengo- decía Sami ilusionada en la orilla de ese enorme lago.

Era el último año en el que Kevin y ella asistirían como niños, a pesar de ser los dos mayores de edad. Al próximo irían como profesores, María ya los había inscrito en el curso que cada persona ha de hacer para obtener el título de profesor de campamento. En Septiembre comenzaban.

Pero ahora eran niños y estaban decididos a disfrutar de sus días de libertad. Ya tenían en mente muchas travesuras para gastarles a los más pequeños, cada una de ellas a medida con la edad del enano al que se la fueran a gastar…

Ellos dos eran los alumnos más mayores y más veteranos. Prácticamente conocían a todas las personas que formaban el campamento, aunque siempre había alguna nueva que acababan conociendo al segundo día. Se había formado una ley no escrita de la cual ni Sami ni Kevin estaban de acuerdo, que implicaba que cada “novato” tenía que presentarse ante el Rey y la Reina del campamento, es decir, Kevin y Sami.

-Pues si tantas ganas tienes de bañarte… ¿A qué esperas, sirena?- dijo Kevin mientras la agarraba en volandas y se metía en el lago con ella, Sami no podía parar de gritar y reír al mismo tiempo.

Están vestidos y empapados completamente. Esta acción de Kevin implicaría una escapada furtiva a su cuarto para cambiarse de ropa sin que nadie les viera. Porque si algún profesor les veía… tenían por seguro que se quedarían sin poder participar en las actividades de la tarde.

-¡Perfecto Tritón! Ya empezamos con los cambios de ropa, esta vez no me he traído tantas mudas ¿no podías haber esperado a que me la quitara por lo menos?- intentaba parecer enfadada, pero se quedaba en intento. La sonrisa que tenía en la cara no engañaba a nadie.

-Ha sido un acto impulsivo, no lo he pensado, ¿llevas el bañador debajo?

-Por supuesto ¿tú no? En cuanto me entere que la casa tenía un lago cerca, me compre cinco trajes de baño, más los que ya tenía… tengo bañadores para cada día y de repuesto- dijo estallando en carcajadas que Kevin siguió sin problemas. Con lo que daba a entender que él había hecho lo mismo.

-Anda vamos a cambiarnos, que ya nos hemos remojado suficiente por hoy y en cuarenta minutos comenzamos con la primera actividad- dijo mientras salían del agua y se dirigían a su habitación.

Como ya era costumbre él sabía todo lo que iban a hacer esos días aunque nunca le contaba nada a Sami. Ella era feliz descubriendo cada cosa a su tiempo.

Llegaron a la habitación que compartían con otros seis compañeros. Rápidamente abrieron sus maletas, sacaron ropa seca y empezaron a cambiarse.

Ya eran muchos años juntos y tenían mucha confianza, por eso ninguno de los dos tenía problemas en desnudarse delante del otro, excepto la ropa interior por supuesto. Podían ser muy buenos amigos pero había ciertos límites.

A Kevin el paso del tiempo le había sentado de maravilla. Ya no era ese niño de estatura media y delgada, ahora alcanzaba el metro setenta-y-cinco y se notaba que trabajaba tanto en abdominales como en brazos,  y su espalda era más ancha y su cintura estrecha. Podía presumir de tener un cuerpo bien desarrollado.

Lo que provocaba que a Sami se le parara el corazón cada vez que  tenía la oportunidad de verlo en ropa interior. Para ella, era perfecto en todos los aspectos, pero nunca lo admitiría. Eran amigos y Kevin no había demostrado nunca querer algo más.

<<No es amor, es que es muy guapo y tu amigo, ¡no te confundas!>> Se auto-convencía ella misma.

Sami por su parte había crecido, por supuesto, un metro sesenta-y-cinco estaba muy bien. Aunque seguía con sus kilos de más, pero eso ya no le acomplejaba. Su lema era: soy como soy, a quien le guste que mire y a quien no le guste… Pues que no mire. Se había cortado el pelo y ahora le llegaba a media espalda, muchísimo más cómodo para peinarlo.