HILO ROJO •[ HopeV]• Omegaverse

•| Capitulo 1 |•

Jung Hoseok:

Mi padre, dueño de una de las cadenas hoteleras más concurridas, sabía bien que tenía varias locaciones en diferentes países, un alfa digno de continuar con una hermosa omega que fue muy valorada en su época, teniendo a mi padre a sus pies por su belleza y actitud, que de esa unión de "amor" nació un pequeño muy sonriente, lleno de vida y esperanza, sí, esa sería una hermosa historia, ¿No? pero no, mi madre era guapa pero nunca salía de su habitación por órdenes de mi padre, según él era porque muchos alfas a pesar de estar "marcada" estaban admirándola, él no quería eso y casi nunca la veía ya que lamentablemente por su Naturaleza era muy sumisa, mi padre de por si era cariñoso, no tanto como la palabra lo diría pero sí, se podía decir que lo era.

No hablaré tanto, soy directo iré donde más me interese la historia. Un día muy soleado mi padre me llevó a un parque, era extraño porque siempre jugaba solo en el patio trasero de la casa pero que me sacara significaba algo bueno, ¿No? Me presentó al hijo de uno de sus socios, el cual pensé que era bastante extraño y me causaba curiosidad ya que nunca tuve un amigo, mi padre no quería, decía que los otros niños no me merecían, ¿Qué significaba eso ?, abrí los ojos. sorprendido de observar a ese cachorro, era un niño muy tierno, en sus ojos veía nervios y felicidad juntos, una rara y hermosa combinación además de su cabello castaño y piel canela que se escondía detrás de la pierna de su padre cuando apenas tenía cinco años entendí que era mi menor, pues nos llevábamos por tres años.

Desde que le di una de mis tiernas sonrisas y sacó la cabeza sonriendo conmigo, no me he separado de él .... Taehyung ... Kim Taehyung ... ese es su nombre, el lindo niñito que siempre moría por ver, su cálida presencia siempre me tranquilizaba y me llenaba de alegría con tantas de sus ocurrencias, ni él ni yo nos separamos, ¿por qué? No pude encontrar ninguna razón pero me sentí tranquilo al tenerlo cerca y no me importaba encontrar una razón concreta, importaba poco además que era una cosa maravillosa vivir a unas calles de distancia, nunca me había dado cuenta porque no iba más allá de los enormes muros que me separaban del exterior, todas las tardes después de mis clases con mis maestros que me brindaban enseñanzas que según ellos me serviría demasiado a futuro, además de que aún existía el deseo constante de estudiar con otros niños, mi papá no quería, me miraba frío cada vez que le mencionaba la escuela, hubo una vez que le lloré hincado que me dejaría ir por lo menos un mísero día, solo por ello recibí una fuerte bofetada en mi mejilla la cual quedó lastimada, a pesar de ello Taehyung besó mi mejilla pensando que se curaría más rápido, tan dulce , bueno continuando sin excepción nos veíamos todas las tardes después de terminar mis clases y jugábamos en el parque o en alguna de nuestras casas, desde que apareció ya no me importaba querer conocer a otros niños.

Era divertido pasar las tardes con él. Pasaron los años, bueno los años pasan tan rápido que a veces pienso que fue solo ayer que lo conocí, llegó el año feliz del que cumplí trece años y me presenté como un alfa, un alfa orgulloso para mi padre, que no podía estar más que feliz por la noticia, un sucesor, un digno hijo suyo como él dijo, no me hubiera imaginado que me hubiera ocurrido al llegar a ser omega, tal vez me hubiera dejado en la calle o peor encerrado como mi madre. Nunca entenderé por qué eres un padre tan cruel, pero toda la poca felicidad que había en la casa terminó cuando Taehyung cumplió diez años y se presentó como un omega a una edad temprana extraña en absoluto, generalmente se los representa a la edad de de trece o catorce años, se adelantó, hubiera rezado para que eso no sucediera.

Con un aroma a vainilla y menta, un olor exquisito para mis sentidos que me hacía sentir agitado, tranquilo, con ganas de querer hundirme en su cuello, Taehyung siempre fue raro, a veces lo apodaban "alíen" los niños que conocíamos en el parque que rara vez íbamos venían a hablar con nosotros, no íbamos mucho al parque por órdenes y si íbamos, un tipo con un traje completamente negro nos miraba, con una mirada fría pero sabía que era bueno, nos cuidaba a los dos. Si bien los niños de allí no se acercaban a Taehyung, no lo hacían porque decían que parecía de otro mundo y que debía regresar a su planeta haciendo brotar lágrimas de sus hermosos ojos que sentía como se apretaba mi pecho, en mi opinión yo diría que era completamente diferente a los demás y eso lo hacía único, todavía recuerdo cuando fui al parque a encontrarme con él y lo encontré jugando solo en el arenero mientras los otros niños lo llamaban anormal por hablar inconsistencias con sus juguetes cuando parecía muy lindo yo, demasiado dulce, ¡Oh diabetes quien te conoce!

Debido a que se presentó como Omega, mi padre me prohibió totalmente que lo viera, tenía la idea equivocada de que podríamos tener una relación debido a la cercanía constante que teníamos, porque siempre decía que el hombre alfa debía estar con una mujer omega o beta, así deberían ser las cosas, no parejas del mismo sexo, que era una completa aberración, algo que a mí me importaba lo mínimo, veía a parejas del mismo sexo en los programas y su amor se manifestaba a kilómetros, su pensamiento era muy medieval porque ahora es muy común ver parejas del mismo sexo; Además, ¿Qué voy a saber yo sobre el amor? Taehyungera mi amigo el que se ponía raro era mi lobo, no es mi culpa que mi lobo quiera abrazarlo y llenar sus mejillas de besos, que culpen a mi lobo, no a mí.

Extrañaba mucho a Taehyung, su sonrisa cuadrada, su exquisito aroma que me hacía dormir plácidamente, extrañaba todo de él, tanto que mi lobo me gritaba que fuera por él, que corriera a su casa ahora mismo, un muy terco lobo, de hecho, no entendía la razón. ¿Qué más podía hacer contra eso?

Me escapé de la casa para verlo, esquivando sigilosamente a los guardias hasta que sentí un tirón en mi cuello y estando a punto de salir por una pequeña puerta, apreté los labios pensando que era mi padre y la paliza que me esperaba, por última vez quería verlo antes de la mudanza y si mi padre había comprado una casa nueva lejos de ese barrio, una igual de hermosa pero muy lejos de Taehyung, suspiré profundamente cuando sentí que me soltaba el cuello y me volví para ver a ese hombre de traje negro que me sonrió por primera vez, me acompañó a su casa, supe que el hombre cuyo nombre nunca me dijo era un buen hombre o si lo hizo no lo recuerdo, señor cuando me muera estará en mi testamento junto con Taehyung.

Al llegar entré al patio trasero mirando el gran ventanal donde estaba su habitación, agarré unas piedras pequeñas y comencé a tirarlas una a una, esto parecía más una escena romántica, me sentí como en la novela de Romeo y Julieta, la cual leí con curiosidad por orden del profesor de literatura, que trágicamente no quería que mi historia terminara así.

—Oh TaeTae, TaeTae, ¿Dónde estás que no te veo?