Capítulo 31 - parte I

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Dedicado a vilmadelgadob ❤️️

Maju

*

El estilista de los Righieri terminó con mi peinado recogido, que lucía bastante sencillo pero le había tomado casi una hora dejarlo tan perfecto. El vestido que llevaría esta noche era de un diseñador amigo de la madre de Marina y que vendía sus piezas en las mejores tiendas de Europa y Nueva York. El vestido era negro, con un escote recto y recatado, luego la tela gruesa se adhería a mi torso y se liberaba un poco a partir de mis caderas. Para darle un toque mágico y encantador, todo el escote tenía detalles en dorado que terminaban descendiendo diagonalmente hasta mi cintura y luego en gran parte de la falda. Las formas doradas parecían abstractas, aunque en mi cabeza les vi silueta de hojas.

Era un vestido digno de princesas, y por esa noche era mío.

Por primera vez desde que había llegado a la casa de los Righieri, me sentí como una de ellos.

El estilista y sus ayudantes me rociaron de perfume y vistieron mis muñecas y cuello con prendas de ensueño que sabía que solo podría vestir esa única vez.

—Estás guapísima —pronunció Marina, boquiabierta—. ¡Espera a que Santi te vea!

—Tú no te quedas atrás.

Su vestido estaba dividido en dos partes: arriba vestía un escote de hombros caídos color azul con detalles en blanco, y a partir de su cintura caía una falda color crema que cubría hasta sus tobillos y combinaba con sus zapatos altos. Su maquillaje también era sencillo pero destacando sus brillantes ojos verdes; su cabello castaño estaba al fin peinado y en orden, que caía en ondas simétricas y espontáneas.

Cuando estuvimos solas en mi habitación, nos sentamos en mi cama a esperar a que nos llamaran para salir rumbo a la boda de Matías.

—¿No te resulta ni un poco raro? —preguntó ella—. ¿Ni un poquitín?

—¿Lo dices por lo que tuve con Matías?

—En parte. ¿No te parece incómodo que Santi esté contigo en la boda de Mati? ¿No te parece incómodo ver a Mati casarse?

—Ya todos somos adultos, Marina —resalté—. No debería haber incomodidades. Además, es el cumple de Santi, intenta no mencionarle mucho a Matías para que no se sienta fuera de lugar.

—Vamos a su boda, Maju. Creo que Santi está preparado para escuchar el nombre «Matías» una y otra vez.

Las últimas semanas habían transcurrido tan rápido que comenzaba a asustarme, me sentía a contrarreloj. Santi y yo seguíamos investigando más sobre conservatorios en Europa para él en el caso de que todo saliera mal con su banda y la productora, al mismo tiempo que me ayudaba consiguiendo más información sobre universidades en Madrid. Sabía que tendría que llegar primero a la ciudad, realizar un gran papeleo para después aplicar, pero incluso eso me generaba ilusión.

Algo bueno de las últimas semanas era que él había comenzado a hablar mucho más con su mamá, aunque yo no tanto con la mía, quien nos visitaría en un par de semanas. Tenía muchas preguntas que hacerle y ella parecía reacia a contestarlas.

Clara y Diego ahora eran «amigos» y no había incomodidades en el grupo. Marina y Ricky parecían en una luna de miel constante. En mi caso y el de Santi, los Righieri estaban enterados de que éramos novios, y por esa razón restringían sus horas de visita, así como los lugares de visita: por ejemplo, no podía ni siquiera acercarse a mi habitación, ni podíamos estar solos en ningún espacio de la planta de arriba, solo en las áreas comunes.

Contracorriente © [EN LIBRERÍAS] [Indie Gentes #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora