Conseguí lo que quería pero no soy feliz

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“La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros.” Michel de Montaigne.

Como me podría sentir feliz de regresar, si a cambio de lo que yo deseaba destruí los sueños de mis papas.

La culpa se apodero de mí, no fui valiente para defender a mi familia. Fui cobarde, los recuerdos me atormentaban, y las cosas no mejoraban cada vez que la gente preguntaba porque nos habíamos regresado. Me odiaba cada día más. No cuide a mi familia, destruí sus sueños, fue egoísta al pensar solo en mí, la manera en que conseguí regresar me pareció muy vil, odiar a mis padres por avernos llevado me llenaba de culpa, eran mis padres y les desee en ese momento lo peor, me sentía una basura.

 Mi carácter empeoro, me aleje de mis padres, me encerré mas en mi mundo, jure que nunca nadie en la vida, ni siquiera mi esposo si me llegaba a casar sabría de esto, me sentía una basura, no podía contárselo nunca a nadie sentía que me despreciarían, sería mi secreto, yo cargaría con la culpa, pero sobre todo las cosas tendría que luchar por devolverles su sueño a mis papas.

Me sentía sola, en completa obscuridad, mi mundo dejo de tener luz,  cada noche a lo largo de muchos meses llore, pensaba que lo mejor sería morir, pero yo era fuerte a pesar de estos momentos en que cada noche me derrumbaba, yo no era débil, yo no podía matarme, eso era el camino fácil y no era el correcto, debía pagar de alguna forma esto, así fue mi mentalidad por muchísimo tiempo, morir, y ya que no lo iba a ser, fue enojo, siempre estaba enojada, nadie permitía que se me acercara, me volví sumamente callada, en mi mundo nadie entraba, nadie sabía de mí, que es lo que me pasaba, pero mis padres ya tenían suficiente y siendo mi culpa todo no les causaría más dolor teniendo una hija depresiva, así que ante ellos todo estaba bien, solo quería estar sola eso era todo. Y no fue difícil que no notaran lo que me pasaba, mis papas se la pasaban trabajando, mi mama estaba al pendiente pero era fácil engañarla, y mi papa igual se preocupaba pero no era una persona cariñosa así que estar lejos de él no era problema.

Además era muy normal siempre fui muy reservada, y un carácter fuerte parecido al de mi papa, y no era una niñita estúpida, estaba consiente de muchas cosas, me fascinaba observar y saberlo todo, buscar lógica a todo, muy madura para mi edad, desde pequeña fue así, y siempre me gusto ser más madura que los chicos de mi edad, me hacía sentir inteligente, menos infantil, superior,  casi no me gustaba jugar, no veía caricaturas, no me comportaba ni disfrutaba como una niña de verdad.

Pero a veces en silencio gritaba por ayuda, deseaba que mis padres si se dieran cuenta de lo que me pasaba que me ayudaran a salir, estaba cansada de la obscuridad de quien era yo, tenía mucho dolor, estaba muerta en vida, muchas veces pensé en abrir la boca y contar como me sentía, decirles la verdad, peor no quería lastimarlos no se lo merecían, mejor callaba. A veces deseaba a ver sido una niña normal, que no se da cuenta de las cosas, que es inocente, que disfruta su infancia, que juega, conoce la felicidad. A veces deseaba que mis papas jugaran con nosotras, pero no tenían tiempo, en cambio venían primos, amigos con niños pequeños y si jugaban con ellos, mi papa incluso era cariñoso, me dolía el alma al ver eso, pero no sería débil, no me dolería, no lloraría, deseaba que mi familia fuera la de antes de mudarnos, sentía que ya no tenía familia que estaba destruida, mis papas estaban todo el día en el trabajo, y yo me empecé a hacerme cargo de mi hermana, a veces ver a familia de mis amigos unidos, cariñosos, felices, me mataba, pero no lo hacía saber, solo era tonto, era cursi, eso no va conmigo, ser fuerte eso haría, nunca debía olvidarme de eso.

Después de mucho tiempo me canse de mi misma, era hora de dejar de llorar por las noches, iba a pensar la secundaria, podría ser un buen comienzo. Me decidí una noche que sería la última vez que lloraba, que la culpa no me podía vencer, sino darme más fuerzas, empecé a organizar todo en mi vida, para que los planes que estaba creando en mi mente salieran a la perfección, planes que me costarían caro, planes que trajeron muchos demonios consigo…

El amor se apiado de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora