El amor se apiado de mí

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“Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno.”

Le tenía miedo al amor, sentía que lo mejor era siempre huir de él –creí que me podría volver débil, confiada, sentimental, tonta, ilógica, estaba segura que el amor no era la cura a nada sino al contrario, pensé que si el amor llegaba a mi vida podría destruirme. –yo siempre supe que en el fondo era débil, nunca fui valiente y mis fuerzas no me ayudarían mucho, sabía que en cualquier momento me podría rendir. –Aunque siempre me hice a la idea de que no necesitaba a nadie en mi vida, que sola estaba mejor, cada noche, todos los días necesitaba tanto  a alguien, pero siempre me sentí tan sola o llegaban a mi vida y cuando se iban dolía, que estaba cansada de repetir ese dolor, necesitar a alguien para mí no era la mejor opción, debía aprender a estar sola, a luchar sola.

Detrás de todos los monstruo que yo me cree, había una niña que siempre deseo ser feliz, amar, tener a alguien, ser ella y no lo que creo para los demás, quería romper el hielo, las murallas, pero siempre estuvo complaciendo a todos, viendo por los demás antes que a ella, que se olvidó de que ella también tenía una vida. Todo el mundo estaba acostumbrado a la niña fría, enojona, fuerte, responsable, buena, que está ahí para todos, que se volvió tarde mostrarles en realidad quien era.

Perdí tantos momentos de mi vida, deje pasar muchas oportunidades por siempre creer que no eran suficientes y que vendrían mejores, por pensar mucho, por querer todo perfecto, porque eso no era lo que yo planeaba. –Algún día temo que pasados los años me arrepienta por no haber vivido.

Me aleje por muchos años de mis padres, de mi hermana. Arruine momentos familiares, incluso una navidad y aunque me daba cuanta que actuaba mal jamás pude reconocer ante ellos mis errores, lastime a mi familia, a mis amigos, a gente que me quería, tampoco pude demostrarles cariño, tampoco creí en el amor que me demostraban, no creí en nadie y eso es un infierno.

Cree a una niña que todos querían, pero no lo que yo quería ser. Creí que el éxito lo era todo, creí que algunas cosas eran mi sueño, cuando en realidad era el sueño que otros querían para mí.

No sabía decir no, no me gustaba herir a la gente, me gusta ayudar, estar ahí cuando alguien lo necesita, porque se cómo se siente. Pero aprendí que primero estoy yo y después los demás y eso no es egoísmo, no puedo ayudar a todo el mundo y tomarme sus problemas como si fueran míos, lo correcto es apoyar y si te lo piden ayudar, pero sin olvidarme que primero estoy yo.

Llegaron personas maravillosas a mi vida en el momento correcto, que me enseñaron demasiado. Pero aprender dependía solo de mí,  fui una margada, no fui feliz, no viví, mi mundo fue obscuridad, viví en soledad, me sentí vacía, porque yo así lo decidí. La vida me presento mil oportunidades para tomar otros caminos, pero decidí hacer mi vida un infierno yo solita, no fue la gente que me lastimo, que me traiciono, que me uso, no fueron mis padres, no fue la vida, ni los tropiezos, fui yo.

A veces me decían que la vida es como la miren y nunca lo creí, pero es verdad. Cometí errores, me creí culpable de arruinar sueños, y yo decidí ser quien soy, decidí ver todo mal, cuando podía verlo como algo diferente, busque la perfección y solo cometí errores. Planee mi vida para no ser sorprendida y tener todo bajo control, pero termine siendo sorprendida.

Con Gerardo creí que había aprendido todo, pero nunca se aprende demasiado, llego David. La vida y mis amigos me sorprendieron mostrándome que el amor es la cura, que lo mejor de la vida es vivirla y no planearla, que orgullo sale sobrando, que no te importe lo que la gente diga, disfrutar, reír, cree, demostrar lo que sientes es de valiente y no de débiles, que hay cosas que nunca tendrán respuesta, que lo que no tiene sentido a veces llega a ser lo mejor que te puede pasar, que el éxito no es nada y el amor lo es todo, que la amistad existe, que todos tenemos demonios pero cada uno decide si ganan, que la vida a todos nos hace tropezar, pero depende de ti como lo veas, la vida no te ataca nunca, te atacas tú mismo, recordar todo es un grave error, la mala memoria es lo mejor que te puede pasar, intentar saber todo es la estupidez más grande que puedes cometer, ignorando se vive mejor, perdonando es un alivio y admitir errores te libera de una prisión.

El amor se apiado de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora