Con Adrien terminamos de desayunar y dejamos todo limpio para así poder ir a dejar a Pionera a su nuevo hogar.
- ¿No crees que es bella? - pregunté mirándola de cerca mientras la llevaba entre mis manos.
- Son muy especiales y únicos los ruiseñores, es un ave maravillosa - dijo apreciando también a Pionera.
- ¿Ya casi llegamos? - pregunté.
- No recuerdas el camino ¿cierto? - dijo Adrien riendo.
- Hey, es un gran bosque - me excusé.
- ¿Siempre eres tan distraída? - dijo riendo aún más, lo miré y el apuntó al frente.
- ¿Eh? - exclamé y dirigí mi vista hacia al frente.
Estaba la cabaña justo ahí.
Él empezó a reír - creo que si, siempre eres distraída - yo lo fulminé con la mirada.
- Vamos Pionera, no lo escuches - dije haciéndole desprecio.
- A veces pareces menor - me dijo riendo.
- Y tú a veces pareces molesto - dije entrecerrando mis ojos.
Intenté abrir la puerta pero ni caso, maldita puerta ¿por qué no quieres abrir?
- Raven - dijo suave Adrien.
- Espera ¿no ves que intento abrir esta cosa? - dije sujetando a Pionera en una mano mientras hacía lo posible de abrir la puerta con la otra.
- Raven - insistió.
- ¿Qué rayos? - exclamé girándome, él comenzó a reír.
- ¿Por qué eres así? - dijo riendo aún más alto.
- Oh - dije al notar que tenía una llave en la mano, claro estaba con llave la puerta.
Hice puchero, ¿en serio era tan torpe a veces? a veces me daba vergüenza ajena.
- Déjame ayudarte dijo Adrien - se acercó a la puerta y me le quedé viendo.
Era de pelo rubio oscuro con unos mechones más claros y unos bellos ojos verdes, tenía una mandíbula muy definida y unos labios... ¿qué? algo me sacó de mis pensamientos.
- Raven - dijo sonriendo.
- Adrien - dije al notar que se dió cuenta de que lo estaba mirando.
- Deja de mirarme así o no respondo - dijo mirándome fijo, abrió la puerta y pasó.
Lo seguí y cerré la puerta.
...
Pionera ya estaba mucho más alegre, entonces Adrien la alimentó y se fue. Él debía ir a preparar el almuerzo para su familia, dijo que más tarde iría a mi casa a dejarme un poco.
- Gracias, nos vemos luego - dije sonriendo.
- Nos vemos Raven - dijo despidiéndose con un beso en mi mejilla.
Lo vi alejarse, ¿qué podía hacer? aún no deseaba ir a casa, quizás pasear un poco no me haría mal. Me decidí no ir tan lejos y caminar cerca de la cabaña para poder así saber como regresar, comencé a apreciar mi entorno.
Los árboles eran muy altos, habían pequeñas florecillas esparcidas por todo el bosque. Las aves iban de un árbol a otro, vi algunas libélulas y mariposas que revoloteaban por ahí. Hasta que vi un conejito blanco, me le intenté acercar pero cada vez saltaba y se alejaba más de mi.
- Hey, no te alejes pequeñín - dije intentando alcanzarlo.
Por fin lo alcancé y pude acercarme a el, cautelosamente empecé a acariciarlo hasta que éste dió un brinco y se ubicó sobre mis piernas.
- Que lindo conejito eres - dije, recordé que ya debía ir a almorzar - bueno, ya debo irme - dije tomando el conejo entre mis manos y dejándolo en el suelo.
Vi como éste se alejaba y me volteé dispuesta a volver a la cabaña, pero ya no la divisaba. Caminé en línea recta a ver si lograba verla, nada. No veía nada ¿dónde está la cabaña? no podía ser verdad.
- Creo que me he perdido - dije en voz alta.
...
Pasé horas caminando y nada, no encontraba la cabaña. Creo que cada vez me perdía más y más.
- Ya está, estoy perdida - dije rendida y me tiré al suelo apoyándome de un árbol.
Miraba hacía todos lados, ¿qué podía hacer? si caminaba posiblemente me alejaría más de la cabaña. Ya había pasado mucho tiempo y como siempre había dejado mi teléfono en la casa, debía dejar de ser tan despistada.
Estaba algo asustada, no sabía que clase de animales había en éste abundante bosque y ya estaba atardeciendo, me preguntaba cuantas horas habían pasado.
Me decidí por esperar a que alguien viniese y me rescatara, aunque no sabía en cuanto tiempo más sucedería eso. Ya casi entrando en pánico al no escuchar nada más que el silencio total del bosque, comencé a dar vueltas y vueltas en círculos.
- ¿Qué hago? - preguntaba en voz alta.
Probablemente si intentaba caminar, podía perderme más o encontrar un animal salvaje. Era definitivamente mejor quedarme ahí a esperar ¿pero cuánto rayos más debía esperar?, quizás si cantaba el tiempo iba a pasar más rápido.
Me ayudaba mucho hacerlo, cuando estaba triste o feliz, cantar siempre me ayudaba a expresar lo que sentía, al menos ya sabía cual sería la canción indicada.
Desatar de Karla Grunewaldt.
Comencé a cantar el coro y decía algo así ...
"Hoy reconocí mi piel
entre heridas del ayer
refugio un ser más fuerte.Hoy reconocí mi piel
las cadenas vi caer
librando así mi mente."Se había convertido en mi canción favorita, me gustaba como sonaba cada palabra en esa canción, como iba creciendo la fuerza con la que se cantaba al pronunciar cada verso nuevo.
¿De qué hablaba? Para mi era como una persona volvía a vivir.
Reconociendo las heridas del pasado, viendo lo que habían provocado. Siendo ahora una versión que ha soportado y luchado.
Una persona más fuerte.
Liberándose de las cadenas de ayer que quizás nos habían limitado, liberando así nuestro cuerpo y mente.
Cuando escuchaba esa canción sentía que eran palabras llenas de fuerza y pasión, además de valor.
Al terminar de cantar escuché unos pasos pisando las hojas y ramas del bosque.
- ¡Ethan! - exclamé y corrí hacia él.
- Adrien y yo estábamos preocupados al saber que aún no llegabas a casa - gritó corriendo también a mi.
- Tenía mucho miedo de que siguiera atardeciendo y nadie me encontrara - dije muy exaltada y lo abracé por la emoción.
- Tranquila, por suerte te encontré - dijo y me abrazó también.
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El bosque de Raven
Teen Fiction"Nunca está de más la fantasía y lo irreal" Es una conclusión a la que llegó Raven cuando llegó a la ciudad, cuando descubrió donde sería su nuevo hogar, cuando conoció lo misteriosa que era esa bella ciudad. Raven una chica tímida y común, a la cu...