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Palacio de Daegu
4 años antes

— Joven Yoongi, se corrieron los rumores que fuerzas del imperio Jeon están cruzando las fronteras de Daegu, las casas alejadas están siendo atacadas, nos han llegado algunos rumores por los guardias que han ido a vigilar hace unos días el lugar. — hablo el guardia de seguridad, un beta que sirvió a la familia Min desde los 17 años.

— Que todos los guardias estén atentos, si los bastardos cruzan más allá de la línea fronteriza, atacaremos. — el joven Min hablaba mientras miraba hacia el gran ventanal que daba hacia el jardín.

— Pero, joven Min, muchas de las casas que habitan esas zonas están siendo saqueadas. No podemos quedarnos aquí mientras ellos están probablemente muriendo a manos de los Jeon, su deber es defender a cada aldeano de la ciudad.

— Artesanos y agricultores. — hizo una pausa para voltear a verlo. — si vamos hasta allí perderemos muchos hombres, esa área no es confiable, es sacrificar unos pocos para salvar a muchos más.

— Pero Yoon ...

— Si eso es todo Siwon, puedes retirarte. — le corto sin más.

En las afueras de Daegu.

El joven Park trataba de esconder a su pequeña hermana en uno de los roperos de su casa, la bulla de afuera se sentía cada vez más cerca, los gritos y los disparos alarmaron a la pequeña Hye Rin, que entre sollozos trataba de llamar a su hermano. No sabían lo que ocurría pero los dos tenían tanto miedo que no incapaces de moverse.

— Jimin oppa. — decía ella mientras su hermano la abrazaba.

— Tranquila Rinnie, ya se irán tú solo quédate callada, ¿sí? — Jimin trataba de calmarla aún sabiendo que él estaba igual de asustado que la pequeña.

Los ruidos se hicieron más fuertes cada vez, el grito de su madre lo alertó, saliendo de su escondite en busca de su madre. Bajo las escaleras divisando a la mujer tirada en medio de la cocina con sangre a su alrededor.
— M-mamá. — trago en seco al observar a un joven no mayor que él con una arma en su mano, sus ojos cafés eran fríos. Llevaba una insignia característica de los Jeon, un hacha rodeada de espinas de rosa.

— ¿Qué q-quieren? — hablo Jimin aún en el suelo al lado de su madre.

— Pero miren que tenemos aquí, un omega, un hermoso omega. No te haremos nada, tu madre fue estúpida al querer meterse conmigo, solo le di su merecido. — camino lentamente hacia el omega, le parecía un chico muy hermoso, esos labios esponjados, sus mejillas regordetas lo hacían ver tan inocente, él quería quitarle su inocencia y más aún sabiendo quien era ese lindo omega.

Jimin empezó a alejarse mientras el otro joven se acercaba a él, hasta que tropezó y cayó de espaldas, su olor empezó a ser cada vez más fuerte debido al miedo que tenía. Un olor a vainilla y chocolate inundó toda la habitación, lo que causó que el alfa enloqueciera y se abalanzó hacia el pequeño omega.
Jimin trataba de zafarse del agarre, pero el alfa era demasiado fuerte, este empezó a besar su cuello mientras sus manos trataban de tocar sus muslos, Jimin solo lloraba pidiendo que lo suelte.

Jimin estaba a punto de resignarse y dejar de luchar, ya que era inútil, pero se fijó que el alfa había dejado el arma a un costado de su cuerpo. Con todo el coraje que tenía estiró su mano para alcanzar el arma, al tenerla entre sus manos golpeó con ella la cabeza del alfa, este al sentir un dolor punzante en su cabeza llevo su mano hacia ella, encontrándose con sangre en la parte superior derecha. Los ojos del alfa se oscurecieron y rabia inundó todo su ser.

— ¡¿Pero qué mierda acabas de hacer omega?!. — dijo el alfa expulsando su olor a menta y frutos cítricos con mayor intensidad, se podía oler claramente que estaba enojado. —Acabas de cavar tu propia tumba.

Se acercó al joven alfa con furia, mientras que Jimin solo temblaba de miedo arrodillado en el suelo, el alfa lo agarró del cuello y empezó a golpearlo con demencia, una y otra vez en el rostro, hasta que una de las cejas fue abierta y su labio fue partido. La sangre empezó a correr por el cuello del lindo omega.
Al alfa no parecía importarle que alguien pudiera irrumpir en la casa e intervenir, el alfa empezó a golpear todo el cuerpo del indefenso omega, lanzando patadas y puñetes a diestra y siniestra.

Jimin no opuso resistencia, sabía que era inútil siquiera tratar de pedir piedad. Recibió cada uno de los golpes hasta que su vista empezó a opacarse por el rojo de su sangre, poco a poco los gruñidos del alfa se escucharon más débiles, posó su vista hacia la puerta donde la tormenta cada vez era más fuerte, las gotas de lluvia mojaban todo a su paso, un gran rayo cayó muy cerca de aquella cabaña y todo se volvió negro. Ya no sentía nada, ya no veía nada.

El joven alfa al darse cuenta de que el omega estaba totalmente inconsciente paro con los golpes, sus nudillos estaban llenos de sangre al igual que parte de su camisa, lo más probable es que el chico muriera desangrado por todas las aberturas que había causados sus anillos.

— Lo siento omega, no fue nada personal.

Salió de aquella cabaña a paso lento, como si hace un momento no habría golpeado brutalmente a ese pobre omega.

En la cabaña, Jimin se encontraba inconsciente, la sangre corría por todos lados, de pronto una pequeña luz, como la de una luciérnaga, alumbró el lugar flotando sobre el cuerpo de pequeño Park. La luz viajó por todo el cuerpo hasta posarse en la boca del joven, allí la pequeña luz entró en su boca y desapareciendo en el interior. El destino estaba escrito. No había marcha atrás.

Busan, mansión de los Jeon
Después del ataque a Jimin

— ¡¿Cómo que no trajiste al omega contigo?! — el señor Jeon estaba más que enojado.

— Lo dejé casi moribundo señor, es imposible que sobreviva a esos golpes, ¿no es mejor eso? ¿No es mejor que muera a que esté vivo y prisionero aquí?. — hablo el joven alfa.

— Solo espero que lo que me dijiste sea verdad, y ese omega este realmente muerto, o tú serás quien pague por ello, me importa una mierda como.

— Así es señor, no dude de mi habilidad.

El joven alfa salió sin más de aquella habitación, pero el señor Jeon no estaba del todo convencido, las palabras de la vieja adivina retumbaban en su cabeza.

Serás derrotado a manos de la media luna de tu más grande enemigo, no importará lo que hagas, o donde te escondas. — hablo la anciana. 》

A través De Un Sueño  《 Omegaverse YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora