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Mansión de los Jeon
Calabozos

Jimin estaba muy asustado, después de que se desmayara y todo se volviera negro no recordaba nada, y para cuando Jimin despertó se dio con la gran sorpresa que estaba encadenado en una celda.

El pequeño omega no paraba de llorar desde entonces llamando mediante el lazo a su alfa. A pesar del enojo que había sentido Jimin cuando le contó que todo había sido culpa suya, él amaba demasiado a Yoongi y jamás lo dejaría solo.
Jimin estaba demasiado asustado, ya que no tenía idea de donde estaba, miro a sus costados observando que también había otros prisioneros, pero estos estaban separados por rejas metálicas. Todos vestían ropas sucias y rasgadas, algunos estaban heridos y otros simplemente no hacían ningún ruido.

Deja de llorar pequeño omega. -- Jimin se asustó al escuchar aquella voz, era muy aguda y rasposa como la de una viejita.

— ¿Do-donde es-estoy?. — hablo entre hipidos.

— Busan, estás en los calabozos de la mansión de los Jeon. — habló la misma abuelita.

— Voy a morir aquí. — Hablo, volviendo a quebrar en llanto, se sentía muy débil al estar separado de su alfa.

— No pequeño, yo sé que tu alfa es alguien poderoso, ¿no es así? Tu destino no será morir aquí, tenlo por seguro.

— ¿Usted como sabe sobre mi alfa? — Jimin hablo tratando de evitar hipar.

— Yo lo sé todo, sé que tu alfa es de Daegu y que te marcaron hace dos días apenas, pero que tú los has amado desde mucho antes. — La voz de la abuelita dejo de parecerle aterradora, pero aún era incómoda.

— Usted es una adivina. — dijo el omega después de unos minutos. — Yoongi no cree mucho en ellas.

— ¿Acaso dijiste Yoongi? — esa voz no era rasposa, era más delicada. Jimin se dio cuenta de que se trataba de una señora que se encontraba a unos cuantos metros de él.

— S-si, Min Yoongi es mi alfa. — puedo escuchar muchos murmullos de alguno de los prisioneros, pero les resto importancia.

— Yo soy Min Yang-Mi, la madre de Yoongi. — se escuchó la voz llorosa de la mujer y Jimin se quedó atónito. — ¿Tu cómo te llamas?

— Soy Jimin, Park Jimin... lamento que nos conociéramos así, su hijo la extraña mucho. —al omega aún le dolía recordar todas las veces que había visto a Yoon llorar.

— ¿Jimin oppa? — esta voz era diferente, era más aguda. Pero Jimin la reconocería así pasarán millones de años.

— Hye Rin... ¿Rinnie eres tú? — de una de las rejas de su costado, una chica delgada se acercó hasta él.

— El destino es sabio, ¿no lo creen? — la adivina volvió a hablar soltando una pequeña risa.

Jimin no tenía palabras, se acercó hasta la chica separada por una reja. La pequeña ya no era una niña, su cabello estaba alborotado y largo y su piel algo maltratada, se dio cuenta de que su hermanita era una omega al igual que él pudo sentir el aroma de bosque y margaritas en ella.

— No sabes cuánto tiempo esperé para este momento Jimin oppa, jamás perdí la esperanza. La adivina me dijo que llegaría el día que mi media luna me rescataría y que tú estarías allí a mi lado. — Jimin quiso llorar al ver a su hermanita de esa manera. — Ya estás aquí, y nos rescatarán por fin.

La chica ya debería tener unos dieciséis años, pero aún conservaba esa ternura en su rostro. El omega miraba a su hermanita y sentía que la mitad de su vida había sido devuelta a él, pero sentía un gran remordimiento por no haber sido capaz de ayudarla aquella vez.

— Oh, qué hermoso reencuentro de hermanos... lástima que no durarán mucho.

Jimin gruñó al ver otra vez al alfa en frente de él, su lobo se escondía, pero él dejaría de hacerlo, ya no quería ser un cobarde porque esta vez no dejaría a su hermana sola.

— El alfa Jeon te quiere ver. — Abrió la reja y arrastró al omega hasta la salida, quien forcejeaba con aquel alfa para no ser llevado a ningún lugar.

Obviamente, el alfa era mucho más fuerte que Jimin, así que lo llevó con facilidad hasta la oficina del Alfa Jeon. Jimin pateaba la espalda del alfa, pero este ni se inmutaba por sus golpes.

Lo guío por varios pasillos, la mayoría de estos eran oscuros y sin ningún arreglo hasta que llegaron a una puerta de madera enorme.

— Aquí está padre. — hablo Kato tirando al omega al suelo, quien se quejó con un agudo aullido.

— Puedes retirarte, Kato déjame a solas con él.

Kato se retiró de la oficina inmediatamente, y Jimin se quedó sentado en el suelo incapaz de ponerse de pie.

— ¿Tú eres el omega de Yoongi verdad?. — Jimin solo movió la cabeza en forma de afirmación.-- Te dejaré vivir si me cuentas sobre él; quiero saber sus temores, sus lados débiles. Quiero saberlo todo.

La mirada de aquel hombre era aterradora, lo miraba con odio como si quisiera matarlo ahí mismo. Pero no importa si aquel hombre lo torturaba, él no diría nada, jamás traicionaría a su alfa.

— No le diré ni una mierda.

No pudo decir nada más, ya que la mano del alfa se estrelló en todo su rostro causándole un terrible dolor.

Dime todo lo que te pedí. — Hablo furioso el alfa.

— Yo solo obedezco a la voz de mando de mi alfa, la suya no me provoca nada. — otro golpe.

El labio del omega había sido roto por la brusquedad de los golpes, pero él no cedería ante él. Los golpes llegaban uno tras otro, Jimin ya había pasado por esto, pero en esta ocasión estaba seguro de que no moriría, no sin antes sacar a su hermana de este lugar.

— No vas a hablar, ¿Verdad? — el alfa tenía los nudillos con sangre. — te daré un día más para que recapacites sobre lo que te conviene.

El alfa llamó a sus guardias para que se lo llevaran otra vez al calabozo. Le daría una última oportunidad, mala idea el alfa no sabía lo que se le avecinaba.

Daegu
Mansión de los Min

Yoongi ya tenía todo preparado para atacar a la mansión de los Jeon, gracias a todo lo que Kook conocía de aquella mansión, él podría atacará de sorpresa.

— Hoseok, quiero a los mejores guardias conmigo. — Su primo lo miro preocupado.

— No pensarás ir sin mí, ¿Verdad? — dijo algo molesto. — No me importa lo que digas, iré a donde tú vayas. Lo sabes Yoongi.

— Y ¿quién se quedará aquí?

Hoseok sonreía mientras recordaba aquel ex-viajero con el que siempre se encontraba cuando bajaba al pueblo.

— ¿Te acuerdas de mi amigo Namjoon?. — Yoongi lo miro afirmando. — Dale la oportunidad de demostrarte que es capaz de ayudar en esto. Solo tiene que quedarse aquí y tomar alguna decisión si Kato o algún guardia de los Jeon aparece.

Yoongi dudo por un momento pero luego pregunto. — ¿Tú confías en él? — Hoseok afirmó con una gran sonrisa. — Si confías en él, yo lo haré también. Llámalo.

Yoongi salvaría a su omega y a su madre de las garras de Jeon cueste lo que cueste.

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A través De Un Sueño  《 Omegaverse YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora