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A las afueras de Daegu
Cuatro años y cuatro meses antes

HyeRin se escondía como su hermano le había ordenado, la pequeña de tan solo doce años trataba de callar su llanto para no ser descubierta por nadie. La bulla de afuera se escuchaba más fuerte que antes, pero esta vez se podían escuchar también los aullidos de su hermano.

Rin se quedó quieta mientras un montón de lágrimas corrían por sus mejillas, estaba dentro del armario abrazando sus rodillas. No recordó el momento exacto en el que el ruido de golpes y gemidos de dolor dejaron de oírse.

— Jimin oppa. — susurro la pequeña mientras salía del armario y bajando las escaleras lentamente.

Las escaleras crujían a cada paso que daba, la pequeña arrugaba sus manitas mientras sollozaba. Al llegar a su cocina la escena ante sus ojos era más que aterradora, su madre muerta yacía en el suelo y su hermano también estaba allí.

HyeRin se arrodilló frente a su hermano tratando de despertarlo, pero este no daba ninguna señal de vida.

— Jimin oppa... — lloraba la pequeña. El cuerpo de su hermano está lleno de moretones y heridas producidas por puños.

Rin lloraba pensando que su hermano había muerto al igual que su madre, el padre de la pequeña aquel día había viajado lejos por problemas de su trabajo, por lo que la niña se encontraba sola en aquella casa.

— Ayuda. — susurraba entre llantos.

Se quedó arrodillada por más de media hora al lado de su hermano orando a la madre luna para que despertara, salió de su casa tiempo después para pedir ayuda a algún aldeano. Encontrándose con un hombre alfa a unos pasos de su casa, este al verla llorando fue hacia la pequeña.

— Mi her-hermano no de-despierta. — hablaba entre hipidos producto al llanto.

— Ven nena, te llevaré a un lugar seguro.

La pequeña había aprendido de su hermano a no confiar en nadie que no conociera ni permitir que se le acerque a sí que trato con todas de escapar de aquel hombre, pero este al ser mayor y mucho más fuerte se la llevó con facilidad. La niña lloraba por ser alejada de su hogar incapaz de hacer algo para escapar.

Luego de varias horas inconsciente producto que un gran golpe, Rin despertó. Se encontraba con muchas más personas a su alrededor, algunas encadenadas y otras riéndose y golpeando a los demás. Entendió que había sido capturada y probablemente estaría ya muy lejos de casa.

— ¿Quién trajo a esta niña aquí?. — hablo el señor Jeon al ver a la pequeña en el suelo.

— Yo alfa Jeon. — hablo el alfa que la había raptado. — Creí que sería de utilidad al ser hermana pequeña del omega que nos mandó a matar.

— Quizá lo sea, llévenla a los calabozos junto con los demás.

Desde aquel día la pequeña HyeRin había vivido encerrada en aquel lugar, esperando el día en el que fuera rescatada o asesinada.

Mansión de los Jeon
Actualidad

El alfa Jeon recordaba el día que había atacado a Daegu, llegando a su mente el momento en el que conoció a la pequeña hermana de Jimin, una sonrisa apareció por todo el rostro del hombre al recordar aquello.

— Al parecer si me será de utilidad. — susurro el viejo alfa.

Llamó a sus guardias y les ordenó que le trajeran al omega Jimin y a su hermana a su oficina.
Los hombres fieles a su Alfa Líder fueron hasta los calabozos llevando a rastras al joven omega y a su hermana hasta la oficina principal, dejándolos en el suelo sin ningún cuidado.

— Los golpes que te di esta mañana están realmente horribles. — el alfa se carcajeó en frente de los omegas.

— Creí que me dejaría en paz hasta mañana. — hablo Jimin mirándolo con odio.

El alfa se acercó hasta quedar a centímetros del rostro de Jimin y hablo. — Yo decido en qué momento parar. Ahora tú me dirás todo lo que sabes, te estoy dando otra oportunidad Park.

Jimin lo miro a los ojos y escupió en toda la cara del alfa, él no cedería esta vez.

— Eres muy valiente, mocoso. — el alfa se limpiaba el rostro con una de sus mangas.

Un golpe se enterró en toda la mejilla derecha del omega cortando un poco la carne a su paso, luego otro cayó en su vientre y luego otro en sus costillas.

La hermana de Jimin gritaba que el alfa parara sus golpes entre gritos y llantos, el omega está en el suelo siendo pateado y golpeado con brutalidad por el alfa.

— Vas a decirme todo lo que sabes Jimin. — el pequeño Park tosía el resto de sangre que se había instalado en su boca.

— Va a tener que matarme entonces porque no le diré ni un carajo.

El alfa volvió a atacar al omega pateando sus costillas, su estómago y su cara repetidas veces, Jimin no emitía ningún sonido. Se quedó allí recibiendo todos los golpes en silencio, no le daría el gusto de escuchar sus aullidos de dolor.

— Po-por favor pa-pare. — lloraba Rin mientras agarraba uno de los pies del alfa para detener sus golpes.

— Oh mierda, por poco y olvido que estabas aquí. — hablo el alfa patentado la mano de HyeRin.

— A ella no la toque, no sabe nada. — dijo Jimin en un pequeño susurro.

— Pero tú sí. Me vas a decir todo o tu hermana la pagará. — Rin miro a aquel alfa tratando de parecer decidida.

— No lo hagas Jimin.

Un golpe hizo caer a la joven al lado de su hermano.

— Tú decides Jimin.

Silencio, Jimin no podía articular palabra alguna, los golpes lo habían dejado muy débil. Otro golpe fue a dar hasta su hermana. De pronto Jimin lo escucho.

《Mochi, amor...

Podría ser que Jimin estaba tan golpeado que no escuchaba bien, pero por una extraña razón sentía que tenía que responder al llamado de su alfa.

《Yoon, ayúdame

Vio cómo su hermana volvía a ser golpeada.

《Estoy cerca amor, aguanta un poco más

Sintió en grito de su hermana, quien seguía siendo golpeada.

HyeRin, estaba a pocos segundos de quedar inconsciente, al ser pequeña y una omega, no resistía tanto como su hermano a los golpes de aquel malvado viejo alfa.

Después de algunos golpes cayó inconsciente, pero antes de que todos sus sentidos se fueran sintió un aroma que la tranquilizó. Maracuyá y Limón. Jamás había sentido aquel olor y poco a poco con la suavidad de aquel olor cerró sus ojos.

— ¡Mataré a tu hermana si no me dices lo que te pedí!. — Grito el alfa.

— Us-usted no sa-sabe a quién sé en-frenta. — hablaba con dificultad Jimin.

— Tu alfa no es invencible. Yo tengo algo que podría ponerlo de rodillas a mí. — dijo Jeon sonriendo con maldad.

— Usted ja-jamás va a ga-ganar.

El alfa se estaba irritada por aquel omega faltoso.

— ¿Cómo lo sabes?. — El alfa se acercó al omega ensangrentado.

— N-no lo sé, so-solo estaba ha-haciendo-dolo perder el tiempo.

El alfa no entendía de lo que aquel omega decía.

—¿Qué...?

Antes de que pudiera decir otra cosa, la puerta de su oficina se abrieron de par en par, dejando a la vista a dos alfas sumamente enojados.

— ¡No volverás a tocar a mi omega maldito hijo de puta! — hablo uno de ellos tirándose encima del viejo alfa.

《Nunca ganarásÉl alfa recordó aquellas palabras con dolor recordando a quien se las dijo.

A través De Un Sueño  《 Omegaverse YOONMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora