✨ 10.- Viene la calma. ✨

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No supo en que momento le gano él sueño, hasta que el sonido de una ambulancia que llegaba lo hizo despertar, saco su móvil de su bolsa y miro la hora 

5:30 am.

Se levanto de aquel mueble y camino hacia la cafetería, se sirvio un vaso de cafe y comenzo a tomarle un sorbo ya de regreso a la sala de espera, y vio al doctor que salío la noche anterior a decir sobre la salud de Elizabeth.

-¿Alguna novedad con Elizabeth Heartfilia?.-
Pregunto al acercarse a él.

-¿Es usted familiar de ella?.-
Pregunto aquel doctor de bata blanca, cabellos cortos negros, tenia una tabla medica en sus manos.

-Soy su novio.-
Contesto rápido.

-Si, ya esta despertando de la anestesia, parece que todo va bien, ya la pasaron a una habitación. La enfermera le dirá cual es para que pueda ir a verla.-

Respondio tranquilo para luego seguir apuntando en aquella pieza de madera que tenia en manos.

La enfermera que estaba ahí lo hizo seguirla.

-Es la habitación 6.-
Mencionó mientras caminaban por aquel pasillo.

Meliodas estuvo nervioso en todo él camino como si fuera la primera vez que la veria.
Llegaron rápido a la habitación 6, la enfermera golpeo la puerta y se escuchó un -¡Pase!- desde la habitación, sabia que era la voz de su dulce novia.

Cuando la puerta se abrió completamente pudo verla sentada en aquella cama, otra enfermera le ayudaba a acomodarse, y le revisaba sus signos vitales

Se quedo de pie mirando lo que le decían por las enfermeras. Hasta que Elizabeth notó a su rubio ahí de pie.

-¡Cariño!-
Le hablo con dulzura al verlo ahí de pie con una mirada angustiada y sus grandes ojeras debajo de sus ojos, señal de que no había tenido buena noche.

Se acercó lentamente a ella, mientras las enfermeras terminaban de examinarla.

-En unos minutos mas, le traerán su desayuno. Debe recuperar fuerza para que pueda salir pronto de aquí.-

Sugirió la enfermera que habia guiado a Meliodas hasta ahí.

-¡Si!-
Respondió con una sonrisa la rubia ojiazul.
Ambas enfermeras se retiraron y dejaron a solas al par de novios.

La veia detalladamente, sus mejillas estaban pálidas, su brazo izquierdo estaba vendado y tenía un soporte para que no mueva mucho aquel brazo. Tenia solamente una intravenosa que estaba conectada al suero.
Le dolia mucho verla así, él es el que deberia estar en esa situación y no su dulce novia.

Algunas lágrimas cayeron de sus mejillas de impotencia y coraje.

-¿Meliodas? ¿Porque lloras?-
Preguntaba sorprendida.

-Perdoname Elizabeth por mi culpa estas así, yo deberia estar ahí y no tu. Por culpa de esa tonta de Diane estas ahí.-

-¿Diane? ¿La chica castaña que hablaba contigo? ¿Quien es ella?.

La miro directo a los ojos, con lo que habia pasado ni siquiera le había dicho quien era ella.

-Si, ella. Bueno veras ella, fue mi novia hace algunos años, pero se fue con otro hombre, y la verdad no estoy seguro en que este metida, me buscó porque queria que la ayude a pagar algo, pero no sabia que aquellos tipos la estaban siguiendo. La bala debio ser para ella, pero la recibiste tu.-

Elizabeth se quedo callada unos segundos con la mirada baja, analizando lo que Meliodas le acababa de decir.

-Bueno, si ella esta en malos pasos, supongo que le hubiera ido peor a ella, al menos yo viví para contarlo.-

* Entre el Amor y el Odio *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora