04.

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Caminaba aferrada a Kushina, sintiéndome un poco asustadiza, a pesar de que ella me había dicho que no había nada a que temer. Ella se detuvo frente a una habitación para luego tocar suavemente mi espalda como dándome una señal de que debía ingresar y nuevamente el temor me invadió, ella me ha dicho que no sucedería nada, que la mujer que se encontraba tras esa puerta quería conocerme.

Pero no podía tranquilizarme al saber que muy pronto sería el contenedor de un monstruo.

Ingresé a esa habitación aún con el miedo comiéndome por dentro, al ingresar me encontré con una mujer anciana que me veía con una pequeña sonrisa y al verla sonreír causó que mis miedos cesaran un poco.

—Acércate, pequeña. —solicitó mientras con su mano me daba aquella seña de que me acercara. Yo le hice caso y me acerqué a lo cual ella una vez me tuvo cerca me abrazó; su abrazo se sintió tan confortante, eran como los abrazos de Kushina. —Como tú, fui traída aquí para ser el contenedor del Kyuubi. Puedo imaginarme la sorpresa cuando te enteraste y lo triste que estuviste.

—¿De verdad tengo que ser yo? —pregunté con tristeza, sintiendo, así como ella comenzaba a acariciar mi cabello. —No creo poder hacerlo...

Sabía perfectamente que el llegar a ser el contenedor de un Biju podía llevarme a la desesperación, la tristeza y el odio. Kushina ya me había dejado en claro todo y también me ha dicho que haría lo imposible para que yo no sufriera por eso.

—Sabes, hay una forma para encontrar la felicidad incluso si debes vivir como Jinchuriki. —aquellas palabras llamaron mi atención que incluso llegué a verla directamente a los ojos, pudiendo ver en ellos un pequeño brillo. —Primero debemos llenar nuestro interior de amor.

❝Amor❞ 

Aquella palabra llamó demasiada mi atención, debía llenarme de amor para que así aquella bestia que sería puesta en mi interior no se apoderara de mi corazón. En este momento el único amor que recibía y yacía en mi corazón era el de mi hermana mayor, Kushina.

Ella era la única que me daba fuerzas y que causaba que mis días fueran más felices.

—Seguiré su consejo, Mito-sama.

Un ninja que no había visto antes ingresó al cuarto de Mito, anunciando que era momento de que me retirara a lo cual me despedí de la anciana con educación para así seguir a aquel ninja que me llevaría con mi hermana mayor.

Cuando he visto a mi hermana no he podido evitar las ganas de abrazarla por lo que corrí y la abracé con fuerza, ella era la única que llenaba mi corazón de amor y tenía que aferrarme a ello si no quería que aquel demonio que habitaría en mi interior me controlase.

TRUST'ME; Namikaze Minato. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora