TRUST'ME; Namikaze Minato. ✓

12.

El tiempo junto a Minato era simplemente maravilloso, en estos años que hemos estado juntos no me cansaba de él y mis sentimientos hacia él iban aumentando cada vez más.

Es que era imposible no amarlo, menos ahora que era todo un hombre y eso en veces me colocaba celosa. Debido a que las chicas habían comenzado a tomarlo más en cuenta desde que se volvió un gran ninja y que estaba más cerca de convertirse en Hokage.

Pero aun así la única mujer para él era solamente yo.

Aunque últimamente lo he visto más nervioso e incluso llegaba a ocultarme cosas y eso simplemente me desesperaba. Yo odiaba que me ocultaran las cosas, siempre fui de las personas que iban de frente y por eso siempre me ganaba uno que otro enemigo.

—Minato. ¿Qué te sucede? —pregunté al verlo un tanto nervioso. Extraño en él, debido a que siempre se mostraba con una expresión calmada. —¿No piensas decirme, ttebane?

El no estar recibiendo alguna respuesta de su parte simplemente me colocaba de nervios por lo que me enfurecí y lo he tomado del cuello de su ropa causando así que me viera a los ojos. Aunque eso no duró demasiado, debido a que miró en otra dirección como intentando ocultar algo.

—Ya dime lo que está sucediendo, ttebane. —exigí mientras lo sacudía, y no, no lo estaba sacudiendo de una manera suave. —Nosotros nunca nos hemos ocultado cosas.

—Solamente no sé cómo decirlo.

—Con la boca. —dije de manera obvia causando así que él soltara una pequeña risa. —Habla o de lo contrario no te hablaré durante mucho tiempo.

Minato me miró algo sorprendido por mis palabras e iba a pronunciar algo por lo que lo he soltado para así escuchar atentamente lo que me estaba ocultando.

—Esto es algo difícil para mí decir. —comenzó hablando mientras de sus bolsillos buscaba algo. —No sé si piensas aceptar o no.

—No lo sabrás si no me lo dices.

Minato había tomado una bocanada de aíre para luego sacar de su bolsillo un artefacto que no logré distinguir muy bien, pero al momento en que me lo mostró me he quedado simplemente sin palabras.

—Durante mucho tiempo he amado a una sola mujer y sé que eso seguirá siendo así por el resto de mis días e incluso hasta más allá de esta vida. —las palabras de Minato sonaron sinceras y algo nerviosas. —Es por eso que quiero que seas mi mujer. Quiero que te cases conmigo y estés siempre a mi lado, ____.

—Sí.

—¿Sí?

—¡Sí! ¡Sí quiero, ttebane! —exclamé con emoción mientras me lanzaba a sus brazos. Las palabras dichas por Minato me causaban demasiada felicidad. —Si quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, Minato. Incluso me gustaría estar contigo más allá de esta vida.

—Te amo, ____. —pronunció en mi oído causándome así un ligero cosquilleo. —Gracias por estar siempre a mi lado y darme felicidad.

—Creo que yo soy la que debería estar agradecida. —le he dicho mientras soltaba una pequeña risa para luego verlo directamente a los ojos. —Gracias a ti estoy en este lugar ahora. Gracias a ti que me has salvado aquel día estoy pudiendo experimentar lo que es el amor y la felicidad. Gracias, Minato.

Minato me sonrió como siempre lo hacía para luego colocar un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Él suavemente acarició mi mejilla con las yemas de sus dedos y así luego depositar un pequeño beso en mis labios.

En este momento no podía con toda la felicidad que estaba sintiendo e incluso llegué a pensar que me desmayaría al momento en que Minato colocó aquel anillo en mi dedo anular.

Mi amado Minato, gracias por estar siempre a mi lado y llenarme de felicidad.