El León y los dragones

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Los soldados Lannister llevaban las carretillas con sus municiones recién ganadas en el asalto a la casa Tyrell, Ser Jaime tenia opiniones encontradas, pensó que actuaba de buena manera al facitarle una forma indolora de morir a Lady Olenna y ella en su último momento confesó haber envenenado a su hijo Joffrey con satisfacción.

Pero el León había obtenido una victoria donde todos los creían derrotados, perdió Lannisport que sólo poseía valor emocional pero ganó las fuerzas del dominio dejando sin sustento a los ejércitos de Las Targaryen.

-El muchacho Tarly tiene la expresión de alguien que ha sido violado -Se Burló Bronn a su lado.

-Debes ser más condescendiente, acaban de matar a los soldados de Olenna, su antigua reina -Respondió el Matareyes.

-Al diablo con eso, la guerra es así -Respondió el mercenario.

-Peleamos con honor -Le recordó Jaime- Es lo que nos diferencia de los salvajes.

-Al final todos huelen igual de mal después de la batalla, salvajes o caballeros, yo solo Huelo mierda, sudor y sangre -Dijo Bronn con una mueca.

El Matareyes estaba acostumbrado a la vulgaridad de su amigo de aguas negras, sin embargo ahora se mantenía concentrado en lo que pensaría Cersei, ahora estaba prometida a Euron Greyjoy pero el no permitiría que se casaran, primero tendría que matarlo, además, el había conseguido oro y alimentos, aunque el kraken había asaltado exitosamente a los dornienses y hombres del hierro, ahora el León había conseguido más.

De pronto un sonido extraño llamó su atención, eran gritos, aunque en un idioma que jamas había escuchado en su vida, Ser Jaime montó su caballo y cabalgó para ver de donde provenían y pronto entendió que no eran gritos de pocas personas, era un ejercito, de salvajes Dothrakis.

-¡Formarse! ¡Formense! -Gritó Jaime.

La horda Dothraki llegó rápidamente, tomando a la mayoría de soldados desprevenidos, igualándolos en número, pero los salvajes disfrutaban en verdad lo que hacían, como si estuvieran saciando su sed de sangre, se paraban en sus caballos y brincaban hacia los caballeros, rápidos, salvajes y brutales.

Por más que intentaban defenderse, los caballeros estaban siendo masacrados, pero por lo menos tenían la oportunidad de mermar un poco la horda Dothraki de las dragones Targaryen.

Rugidos y sombras en el cielo llamaron la atención de todos, las llamaradas de fuego no se hicieron esperar, dos dragones adultos montados por dos mujeres de cabellos plateados acababan con todos los soldados Lannister, extinguiendo por completo la posibilidad de ganar la batalla.

-¡El Escorpión! Buscadlo -Ordenó Jaime a Bronn.

-Ve tú -Le respondió este con temor por los dragones.

-¡No puedo usarlo con una sola mano!

-Maldito seas Jaime Lannister -Respondió el mercenario.

Por su parte Rhaenys y Daenerys dirigían a sus dragones como si lo hicieran desde que nacieron, con fiereza, certeza en cada llamarada, poco quedaba del bando enemigo cuando una lanza inmensa atravesó el ala de Drogón y Dany empezó a descender, la princesa preocupada aterrizó junto a ella, la sombra alada rugía de dolor mientras Rhaegal cubría sus espaldas después de destruir el escorpión .

-No puedo sacarla -Dijo la reina con preocupación.

-Le duele mucho -Concluyó la princesa- No podrá volar bien con ella, debemos sacarla.

Desde lejos no podía distinguirse quién era quién, cuál era la reina y cuál era la princesa puesto que los cabellos oscuros de Rhaenys no se distinguían a lo lejos pensó Tyrion, pero mientras se concentraban en ayudar a Drogon dejaron un punto ciego que Jaime Lannister vió, su pequeño hermano rogó a lo lejos que no fuera tan idiota como para intentar atacar a alguna de las Targaryen tan cerca de sus dragones.

El Dragón del Sol (Fanfic de Game of thrones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora