Capítulo 7.

242 25 6
                                    

Estoy sentada sobre la alfombra frente a la chimenea, totalmente inmersa en mis pensamientos. Ahora estoy más tranquila pero aún sigo teniendo un nudo en mi garganta que amenaza peligrosamente con asfixiarme de forma despiadada. Luke ha traído suficiente madera de la parte de atrás de su casa así que la chimenea estará encendida por un rato más.

Al llegar aquí llamé a Frank para decirle que papá se ha ido de la casa, un cambio en su voz me notificó que él se sentía tan mal como yo, aunque no quiso admitirlo, simplemente me dijo que le daba igual y después me colgó. Quise decirle que nos teníamos el uno al otro pero no le importó, seguro estaba bastante ocupado con Danna como para ponerse sentimental con la dramática de su hermana.

— ¿Quieres chocolate caliente? —me pregunta Luke asomando su cabeza por la puerta de vaivén de la cocina.

—Sí, por favor —asiento mirándole brevemente.

—En un segundo.

—Gracias.

Luke vuelve a la brevedad con una charola en sus manos, la bebida que ha preparado huele muy rico, y le sonrío a modo de agradecimiento. Él deja la charola sobre la mesita de la sala y después camina hacia donde estoy.

—Ven —me indica tendiéndome su mano.

—Me gusta estar cerca de la chimenea —murmuro.

—No pensaba alejarte, solo acercaré el sillón para que estés más cómoda.

Me pongo de pie y ayudo a Luke a recorrer el sofá más grande de su sala hasta que queda a tan solo un metro de distancia de la chimenea. Él me entrega la taza con chocolate caliente y posteriormente nos sentamos juntos, tan juntos que empiezo a poner nerviosa cuando recarga su rodilla en mi pierna. Cierro los ojos por un par de segundos mientras recuerdo el centenar de sensaciones que corrían por mi cuerpo a mil por hora cuando Luke me besó con tanta suavidad en la comisura de la boca.

— ¿Te sientes más tranquila ahora? —cuestiona en voz baja y después bebe un poco del contenido de su taza.

—Supongo —me encojo de hombros y le miro de reojo—. Lamento ser una pésima compañía justo ahora. Y también siento haber venido hasta aquí para traerte mis problemas.

—No digas eso —suspira—. Te lo dije, me encantaría hacer algo por ti. Además me gusta que estés aquí. Todo es más fácil cuando no estás solo —me guiña.

—De verdad, muchas gracias, Luke —sonrío.

El chocolate caliente es delicioso y, de cierta manera, me reconforta. El silencio que hay en esta casa no se siente pesado como el de mi 'hogar'. Me pregunto vagamente qué es lo que Luke hace conmigo para que me sienta tan cómoda y familiarizada contándole lo que ha pasado con mi familia en estas últimas semanas. Es demasiado extraño para mí la fluidez con la que se escapan las palabras de mi boca.

—Ojalá alguno de mis padres hubiese tenido el valor para hacer lo que hizo tu padre, Sarah —murmura en voz baja, perdido en sus recuerdos, supongo—. No quiero decir que los problemas de tu familia terminarían como los de la mía, pero...

—Lo entiendo, gracias, Luke —sonrío.

—No tienes que agradecer nada —me sonríe—. Todo va a mejorar.

—Supongo que solo se necesita un poco de tiempo —suspiro—. O mudarme con mi papá. Después de que mi mamá me peg...

Me corto abruptamente porque ahora que estuve a punto de decirlo en voz alta me duele más. Mi madre jamás me había puesto una mano encima. Ni siquiera cuando rayé las puertas de su automóvil nuevo con una llave, claro que yo era una pequeña que no tenía la mínima idea de lo que estaba haciendo. Pero aun así creo que ella no tenía suficientes motivos para agredirme físicamente.

KILLER - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora