Capítulo 13

2K 262 37
                                    

Después de atravesar el vientre de Shadow Weaver el tiempo pasa. Un segundo, Adora está arrodillada en el suelo en el cuarto de la Reina Angella. Al siguiente, está mirando los alrededores de Luna Brillante, una legión de soldados derribados ante ella como si nada. Su espada brilla con sangre, los campos están empapados. No está segura de cómo lo sabe, pero lo sabe.

Cuando vuelve a abrir los ojos se encuentra en su dormitorio con Catra limpiando la sangre de su piel, Catra le cuenta cómo She-Ra masacró a la mayoría de las fuerzas de la Horda. She-Ra. Como si no hubiera sido Adora.

Ha sido una victoria inequívoca para la Rebelión, y un golpe contundente para la Horda. Adora no sabe qué sentir. Siempre, desde que se convirtió en She-Ra, se ha asegurado de matar a la menor cantidad de gente posible. La mayoría de los soldados de la Horda no saben a qué les está llevando Hordak. Ella no sabe por qué lo ha hecho. Tanta gente muerta, muerta, muerta, muerta. Salta de la bañera, porque las palomitas de maíz que comió hace tantas horas - se siente como si fueran días, ahora - se repiten ante ella

Más tarde, Catra la sostiene. Huele diferente, como el jabón cítrico de Luna Brillante que Adora ha llegado a asociar con su nueva vida. Es raro, pero al menos el peso de los brazos de Catra es familiar; la forma en que sus uñas rascan su cabeza se sienten de forma cariñosa, sea cual sea el significado de hogar. Ella sabe que esto terminará, sabe que Catra tendrá que volver al Reino de las Nieves porque ese es su hogar ahora, pero -

"¿Catra?" Adora se inclina hacia Catra.

"¿Sí?"

"No me siento mejor."

"Oh, nena. Pronto te sentirás mejor. Ahora estás a salvo".

Cuando sueña, Shadow Weaver la saluda, su sonrisa lujuriosa e imponente, señalando a los soldados muertos sobre los campos. En vez de hablar, ella engulle sangre y abre su vientre de par en par, hasta que todo lo que Adora puede ver son sus entrañas derramándose en el suelo.

Se despierta con un sudor frío y se da cuenta de que tal vez nunca más se sienta segura.

----------O----------

De alguna manera, Catra no tiene su propia habitación. Técnicamente, sigue siendo la invitada de Frosta, Adora nota los susurros entre Glimmer, Bow, La reina Angella y Catra. El hecho de que Catra esté susurrando sobre ella hace que su corazón se hunda. No está segura de qué se tratan los susurros, pero sospecha que tiene algo que ver con el hecho de que diezmó, no, mató a tanta gente. Adora no sabe cómo lo hizo. Ha tenido mucho cuidado de no dejar que el poder de She-Ra la abrume, pero Shadow Weaver saco a relucir toda su rabia contenida, incluso antes de que sus recuerdos volvieran. Peor aún, le gusta la sensación de saber que la Horda necesita reagruparse debido a su poder, su fuerza. Le gusta menos la sensación de malestar. No ha sido capaz de comer una comida completa en mucho tiempo.

"Hola, Adora." La voz cansada de Catra eleva su espíritu.

"Hola." Es sólo por Catra que come, se bañarse y dar paseos cortos. Aún así, la comida es insípida, los baños son superficiales y el sol demasiado brillante.

"Te traje algo de comida. Glimmer dijo que es uno de tus platos favoritos".

Adora come tres bocados del guiso de conejo antes de empujarlo. Su estómago se siente vacío, pero el vacío se siente seguro.

Algo sobre eso desencadena la respuesta más desagradable de Catra que ha visto en años. "Vale, tienes que dejar de deprimirte." Se arrodilla ante Adora, pero no la toca. Sigue siendo demasiado amable, y Adora no se merece eso.

"No estoy deprimida. Estoy cansada."

Catra levanta una ceja. "No has hecho nada por tu cuenta en dos semanas. Nunca sales de la habitación a menos que yo te obligue, y estás perdiendo peso. Adora, estás deprimida, y lo entiendo, pero no puedes seguir así".

Adora parpadea, se da la vuelta y se arrastra sobre su cama deshecha. No es que no sepa que está siendo irracional, es sólo que no puede sentir nada, ni siquiera dolor, ni tristeza, ni nada. Es aburrido. Es agotador. Desde que mató a Shadow Weaver, ha estado vacía.

Catra la sigue, pero no se mete en la cama. Está furiosa, Adora lo sabe, pero ni siquiera eso penetra a través de la nube que cuelga sobre la cabeza de Adora.

Catra pone una mano tentativa en su hombro y Adora se tuerce, agarrando la mano de Catra, tirando de ella.

"¿Qué estás haciendo?" Catra se eriza, Adora la libera.

"Quiero sentir algo. La única vez que siento algo es cuando me tocas".

"Ador - hmmph!"

Adora presiona sus labios contra los de Catra. Al principio, Catra no responde, pero incluso cuando lo hace, no parece disfrutar. Adora al rato deja de insistir.

"Tú no quieres esto", dice ella.

"No es eso", comienza Catra, pero Adora no será como Shadow Weaver. No obligará a nadie a hacer lo que no quiere hacer. Ella cierra los ojos contra el repentino dolor. Catra continúa: "No quiero que esto sea así entre nosotras. No quiero que me demuestres tu amor sólo para hacerte sentir. Quiero que me quieras porque eso es lo que quieres. Joder Adora, lo que digo no tiene sentido."

Adora abre los ojos y se fija en los heterocromáticos de Catra. "¿Qué importa? Te quiero a ti, y tú me quieres a mí".

Catra suspira, dibuja algo así como afecto y preocupación en su cara. Ella solía mirar mucho a Adora así, en el pasado, cuando ambas estaban en la Horda, cuando Adora no se acordaba nada y el mundo era más sencillo. "Porque te amo. No quiero usarte, y honestamente, no quiero que me uses".

"Yo no soy-"

Ella se detiene. Cuando reconoce la verdad en las palabras de Catra, comienza a llorar. Ahí está, ahí está el dolor corriendo por sus venas. Por primera vez desde la muerte de Shadow Weaver, ella siente. Sus lágrimas no son por Shadow Weaver, sino por todos los soldados de la Horda muertos, por todo el dolor que sufrió, por sus recuerdos desenterrados.

Catra la sostiene, se da cuenta; su cara presiona su pecho. Es un tipo diferente de consuelo, pero ella lo aceptará.

Los recuerdos que nos atanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora