TREINTA Y UNO

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Satsuki-. ¡¡Esta temblando!! ¡¡Salgan de la arena!!... ¡¡Ahora!!

Ninguna de las dos parecía entender, lo que empezó como sismo, terminaría en terremoto

Mizuki estaba inundada de ira y coraje, tenía tomada del cuello a Miku, estaba golpeando su estomago

Los animales empezaron a correr apenas sintieron el movimiento de la tierra, y los mas pequeños se fueron cuando sintieron que en Mizuki, había cambiado algo

Miku se hartó de ser golpeada por alguien tan insignificante, como lo era Mizuki, quien claramente pudo ser parte de la servidumbre en su castillo

Así que, tomo el cabello de su adversaria y con la mano libre, golpeó muy fuerte su estomago, aún sabiendo que estaba embarazada, no tuvo titubeos ante su decisión 

La dejó tirada en el suelo con una mano en el estomago

-Bebé quédate ahí... Quédate ahí...-Es lo que pensaba Mizuki, no quería perder a su bebé por una estupidez, pero rápidamente sintió algo calido entre las piernas

Y pasos en su dirección, miró hacia arriba y se encontró con la imagen del mismo demonio

Era Miku quien la miraba con despreció total, pero si la observas bien, sus ojos estaban llenos de arrepentimiento 

Arrepentimiento, el cuál no iba a admitir con palabras, si no con el paso del tiempo

Miku, sintió que algo muy malo iba a suceder en pocos segundos, la plataforma ahora era mucho mas alta que antes, a la vez que también era firme...

Esta tomó, a la chica del suelo en sus brazos, y la arrojó afuera de la plataforma, Ayato corrió en su dirección, y la tomó muy fuerte en brazos, Mizuki lloraba, sabía que ya había perdido al bebé

Ayato, y todos los demás presentes sintieron un crujido muy fuerte, así que miraron a Miku, que estaba arriba aún del cuadrilátero

Este se estaba rompiendo, y ella no tenía intenciones de bajarse

Raito, gritaba desde el suelo, pues si seguían en las gradas, estas se podían caer, y fácilmente ellos morirían aplastados

El terremoto era demasiado fuere, y de las montañas, caían grandes pedazos de rocas

Los árboles alrededor de la arena estaban cayendo... De pronto, la mirada de Raito y Miku se encontraron... Parecía que el tiempo se detuvo por un momento

Con los ojos, ella pidió perdón, y con lagrimas él las aceptó, reacciono cuando vio que Miku caía al suelo, cuando la tierra se partió en dos, y esta cayó en medio

Él, con sus capacidades, no iba a permitir que la mujer que él tanto amaba, muriera

Así que se teletranportó dónde Miku, la abrazó muy fuerte, ahora tenía mas heridas que antes, pues al caer, se golpeo con el cemento, y pedazos de este que al igual que ella, empezaron a caer

Miku, cerró los ojos, y de la nada ya no sintió los gritos, no vio mas oscuridad, y sintió la suave brisa en su rostro

Abrió los ojos, y estaba en un jardín, lleno de lavanda, el suelo morado por las flores era hermoso...

Sintió que los brazos de Raito la sujetaban ahora con mas fuerza

Miku-... ¿Por qué hiciste eso?¿Por qué me salvaste?... Porque estoy viva ¿Cierto?...

Raito-. Si... Y te salve porque... No se... Te vi arrepentida y solo... Lo hice

Miku-... Eres muy bueno

Raito-. Jajajaha.. No es cierto

Miku-. Si, tal vez en el pasado no lo eras... Pero conmigo, eres diferente... Tal vez

Raito-. Tal vez sea porque, me gustas

Miku miró a los ojos, a Raito, aún no esta convencida, de que debió ser perdonada por él 

Miku-. ¿Te gusto?

Raito-. Si... Nunca me había pasado, pero, creo que es lo que siento ahora

Miku-. ¿Nunca, te haz enamorado? -Se separó de los brazos del oji-verde-

Raito-... No... Nunca tuve la dicha de hacerlo...

Miku-... -Miku bajó la cabeza, mirando las flores en el suelo, luego preguntó- ¿Dónde estamos?

Raito-. Otro país... -Sonrió, pues era una sorpresa-... En Inglaterra...

Miku-. Ahh... Mi casa

Raito-... -Borró su sonrisa, pues pensó que ella quería volver a su vida de antes, cuando aún no lo conocía- ¿Quieres, volver?

Miku-. No... Estoy bien contigo... Pero no creo que... Sea bienvenida en la mansión de nuevo... ¡¡Aah!! ¿¡Que importa!? ¡¡Yo también soy una novia elegida por Karl!!¡¡Si y a los demás no les gusta se aguantan!!

Raito-. Ajajaha... Eres... Totalmente diferente a mi... Pero muy parecida a mis hermanos 

Miku-... Ah... -Dijo con desinterés- ¿Cuándo volvemos?

Raito-. Ah bueno, yo tenía la intención de pasear un rato por aquí... Pero si quieres volver...

Miku-. Entonces... Vamos a dar unas vueltas y... De ahí nos vamos

Raito-. Si... -Este tomo la mano de su princesa, y le preguntó- ¿Te haz preguntado lo que se siente volar?... Igual que un ave...

Miku-. Muchas veces ¿Por qué?

Raito-. Ven, afirmate de mi cuello...

Ella obedeció, y envolvió el cuello del vampiro, con sus brazos, él la cargó como la princesa que es, y empezó a elevar su cuerpo en el aire... Ella estaba sorprendida, y tal vez, por primera vez, con un poco de miedo, pero Raito la apretó contra su cuerpo y ya se pudo sentir mas segura...

Después descendieron en un callejón, para que nadie pudiera ver que estaban volando, luego salieron de este, y caminaron por las calles, entraron a las tiendas de ropa, ya qué Raito la obligó a entrar... Pues quería comprarle un nuevo conjunto para ella

Raito-. ¿Te gusta este Miku-chan? -Tenía en sus manos un conjunto verde con negro-

Miku-. Aahhh... No...

Raito-.-Dejó el conjunto y tomó una polera blanca- Mira, esta se te vería muy linda...

Miku-. -Miró la polera como si fuera un animal sucio- ¿Tu crees?... -Raito asintió- Ahhhh... Bien me la probaré...

Raito-.-Tomó un vestido blanco de la talla de Miku, lo miró y pensó como se vería en él, y un rubor apareció magicamente en su mejillas- Miku~ Mira este... Se te vería tan lindo~ Nfu~ Nfu~ Nfu~

Miku-. Estas... ¿Ruborizado?...

Raito-. Te acompañaré al provador~ -Ignoró por completo la pregunta de Miku-

Miku-.¿¡Qué!? No... Yo voy sola... Por mientras me pruebo estas cosas... Tu puedes, elegir algo para ti...

Y así lo hizo, ella se empezó a probar las cosas, mientras él estaba mirando ropa de hombre de su talla, le gustó un pantalón azul rasgado

Miku-. Raito...

Raito se dio vuelta, y sonrió tiernamente al verla con el vestido blanco puesto, luego corrió hacía ella y la abrazó por la cintura, pegó su frente con la de ella y miró sus ojos

Raito-. Te vez hermosa princesa...

Miku-. Ejehe... No me digas así...

Raito-. Muy bien... Te lo compraré...

Miku-. Esta bien, la polera no la compres, no me gusto... Ahora voy a cambiarme

Raito-. Tomate tu tiempo...




AMOR; SIGNO DE SERENDIPIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora