AMOR; SIGNO DE SERENDIPIA

CINCUENTA Y CINCO

Cuatro años después...

Mizuki-. ¿Estás listo? -Dijo a su pequeño hijo-

Hikari-. Si Mamá, estoy listo -Dio su respuesta el pequeño niño-

Mizuki-. ¿Te duele la mano? -Preguntó y tomo su pequeña mano-

Hace unos días el niño tuvo un horrible accidente en el que en un viaje escolar, el bus chocó, él aún consciente trato de salir con sus ultimas fuerzas, no supo nada mas después de desmayarse y ver que alguien se acercaba lentamente a él, era un hombre alto, de unos sesenta años, con un cubreboca negro, y sombrero negro, este tomó su mano y la miró un instante, en aquel momento el niño no recordó más.

Aquel anciano no volvió a aparecer, y tal parecía que ni siquiera ayudo al niño a llegar al hospital, ya que lo encontraron los servicios de urgencia. En la clínica el niño tenía varias partes de su cuerpo envueltas en una venda blanca y una era su mano. Al quitarle el vendaje, todo su cuerpo restaba reconfortado, aunque su mano tenía una especie de quemadura con forma de triangulo.

Ayato-. Serás grande hijo, el mejor de todos, te lo aseguro. Haznos saber de lo que eres capaz

Hikari-. Si Padre... Se los haré saber, gracias... -El pequeño hizo una leve reverencia a su Padres, ajustó su pequeño cinturón alrededor de su cintura y corrió dónde estaba su Maestro junto con los demás niños, que vestían de blanco, igual que él-

Los Padres del pequeño se fueron a las gradas, al sentarse saludaron a Nozomi y a Reiji a su lado, y en brazos de la peli-verde había un niño de cuatro años, con el cabello y ojos verdes.

El árbitro tocó el silbato y llamó la atención de todo el público, dio las instrucciones y el torneo de niños dio inicio. En el turno de Hikari la puerta del lugar se abrió y dejó ver al joven de mirada coqueta, verde esmeralda, cabello castaño largo, entrar junto con su acompañante, la chica peli-negra con vestido azul, y ojos negros.

Ambos llegaron al lado de Ayato y los demás, saludaron a los chicos y se sentaron al lado de ellos. Hikari daba leves golpes a su pequeño rival para no lastimarlo. No fue tan suave como para perder, solo lo hizo para que nadie sospechara nada de un niño. Ganó la pelea, y todas las demás. Ganó el torneo, llegó dónde sus Padres corriendo muy feliz.

Hikari-. ¡Mamá! ¡Mamá! ¿¡Me viste Mamá!? ¡Gané! -Subió a los brazos de su Madre entusiasmado y muy feliz- ¿Me viste Papá?

Ayato-. Si, estuviste genial. Le ganaste a todos esos niñatos -Sonrió orgullosos de su pequeño niño-

Mizuki-. No digas "Niñato", es una palabra muy fea, Ayato.

Ayato-. Les ganaste a todos tus rivales -Corrigió-

Hikari-. Mamá, ¿Ahora nos vamos a casa? -Decía mientras se frotaba con la mano izquierda el ojo, con bastante sueño-

Mizuki-. Si, nos vamos a casa. Pero ¿Quieres dormir? Van a estar allí los hijos de tu tía Mai y Nozomi, Daiki y Katsu

Hikari-. ¡Entonces no quiero dormir!

...

Kazuki-. Miku, a pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos ¿No crees?

Miku-...-Sonrió- Claro que si, han pasado casi cinco años

Satsuki-. De todas formas no te extrañamos -Dijo la rubia a un lado-

Miku-. Mm... Disculpa ¿Nos conocemos? -Trato de hacer enojar a la chica-

Satsuki-... Tal vez, creo que me acuerdo un poco de ti, pero no se quien eres o como te llamas