AMOR; SIGNO DE SERENDIPIA

CUARENTA Y SEIS

Mizuki-. Vamos a ver pequeño, a cambiarte el pañal...¿Qué? -Se sorprendió Mizuki al darse cuenta de qué el pañal estaba limpio- No... No tienes nada, bebé. ¿Qué habrá sido ese desagradable olor?

El bebé hizo unos sonidos raros con la boca, mientras su Mamá lo tomaba en brazos para salir de la habitación

Llegaron rápido a la sala. Y ahí estaba Antonio, de pie revisando atrás de los muebles

Mizuki-... Aaah...¿Antonio?¿Qué haces?

Antonio-. Mi niña -Dijo, después de terminar de revisar detrás de uno del los estantes-... Ese olor, no se a ido, y dudo bastante en que haya sido tu hijo el que provocó ese olor...

Mizuki-. Si, te creo... Pero ¿Cómo sabes que no es de Hideki?

Antonio-. Te crié a ti, niña -Dijo con las manos hechas puño, mientras las acomodaba en sus caderas-

Mizuki-... Aaah, claro. Tienes razón, pero. Aún no se de dónde es ese olor...-Decía mientras acomodaba nuevamente en su cintura a Hideki, para que no se llegara a caer-

Antonio-. Tenía la sospecha de que fuera algo muerto entre los enchufes, o detrás de los muebles... Pero no encontré nada -Decía caminando hacía el sofá, mientras miraba por debajo de las mesas y sillas. Finalmente solo se sentó-

Mizuki-. Es raro... ¿Qué es eso, negro? -Dice la Madre, llamando la atención para qué Antonio viera lo que ella quería enseñarle-

Antonio-. ¿Um?... Son moscas tranq...¿Moscas?¿Por qué están aquí? -Se dio la vuelta mientras caminaba hacia las moscas-

Mizuki-. La verdad no se que hacen aquí...-Dejó a Hideki en su corral, para que no saliera mientras ella iba dónde se encontraban los insectos y trataba, con Antonio, de sacarlos de alguna forma-

Una vez intentó sacarlas, sin éxito. Mizuki decidió dormir a su pequeño bebé, dejó lo que estaba haciendo y avisó lo que aria a Antonio, este le dijo que fuera, el se ocuparía. Grande fue su sorpresa cuando se dio vuelta y no vio a Hideki en aquél corral

Después escuchó como algo caía en la escalera, fue corriendo hacia esta, y se encontró con su hijo ahí, en uno de los escalones. Lo tomó en brazos, mientras trataba de calmarse del susto

Antonio-. ¿Que pasa?¿Lo encontraste? -Dio un suspiro de alivio al ver a Hideki en brazos de su Mamá-... Aaaay... Pobrecito. Ya, calladito bebé -Dijo al niño, ya que estaba llorando-

Mizuki miró hacia arriba de las escaleras, y se dio cuenta de que alguien estaba ahí. No era claro. Pero se podía percibir su presencia... Antonio le dijo

Antonio-. Niña Mizuki... ¿Qué...? -Miró en la misma dirección en que ella estaba mirando, y quedó perturbado al ver ello. Era claramente una persona. Una mujer, de espaldas. Alta, cabello morado, con manchas en el vestido... Manchas rojas

Antonio subió rápido las escaleras intentando atrapar a esa cosa. Pero cada vez que la alcanzaba, como por arte de magia, se movía tan rápido que no lograba verla...

...

Ayato salió de la cocina del segundo piso, y se dirigía hacia abajo, con su mujer e hijo. Cuando...

Ayato-... Ese olor... ¡Mizuki! -Llamó a su esposa, sin respuesta-...¿¡Quién está ahí!? -Pregunto al aire. Nadie contesto o hizo algún ruido-

Ayato siguió caminando, detrás de ese olor, cada vez que seguía caminando el olor era más fuerte. Su nariz lo llevó a una de las habitaciones, a la de su hijo específicamente

La puerta estaba entreabierta, así que con la mano derecha la empujó para poder dejar libre su paso, cuando iba moviendo la puerta, diviso una figura femenina con un vestido antiguo

Por sus oídos se escuchó la fina voz de una mujer, una que el conocía desde pequeño. Su voz sonaba triste... No se escuchaba tan claro, pero se lograba entender...

Matalo... Prometo que
Seremos felices si el se va...
Matala... Ella solo te aparta de mi...
Si haces lo que te pido...
Seremos felices para siempre

Tu familia no te ama
Tu esposa te engaña
Tu hijo, no lleva tu sangre
Te han estado engañando todo este tiempo
El niño, que creer, que será tu heredero lleva la sangre de un humano

Tu esposa... Ella es la peor de todas
Todo lo que te dijo de su
Vida, es mentira...

Esc-c-ucha...Aya-...Ayat...

La voz de Cordelia empezó a cortarse, mientras que Ayato se cubría los oídos con las manos. Después de seguir escuchando un momento, cerró los ojos... Ella siguió hablando y lastimosamente parecían muy reales, después...

De sus oídos lentamente comenzó a salir unas pequeñas gotas rojas. Sacó las manos de los oídos y aún con un dolor punzante en estos, se lanzó hacia esa figura

Cordelia se dio la media vuelta quedando frente a su hijo, esta lo tomó de los brazos, y por unos segundos nada importó, todo desapareció a su alrededor... Se miraron por 2 segundos, que parecieron años

L

e volvió a decir, que debía deshacerse de Hikari, y Mizuki, de no ser así. Ella lo aría...

Ayato corrió escaleras abajo, en busca de su esposa, encontró a Hikari en su corral. Su esposa ni Antonio estaban, así que tomó en brazos a su hijo y salió al jardín en busca de Mizuki

No la encontró en los jardines asi que volvió, y cuando pasó la puerta encontró a los sirvientes, a Mizuki y a Antonio corriendo de allá para acá

Mizuki-. ¡Ayato! -Gritó feliz al darse cuenta de que entró con su hijo-

Mizuki corrió dónde estos dos, y abrazó a Ayato mientras tomaba en brazos al bebé.

Ayato-.¿Dónde estabas? te busque y no te encontré

Mizuki-. Estaba buscándole... Y cuando volvimos, junto con Antonio, no vimos a Hikari, y me asusté... Que bueno que estaba contigo -Besó la frente del niño, pero este solo jugaba con sus manos-

Ayato-. Oye... Tengo que decirte algo... ¿Vamos a la cocina? -Puso su mano en la espalda de Mizuki, mientras la guiaba a la cocina para tener más privacidad-

...

Ayato-. Y... Dijo que si yo no me deshacía de ustedes, ella lo iba a hacer...Mizuki, yo...Yo no quiero que les pase algo -Dijo apoyándose en la mesa, con su esposa frente a él. Habian dejado a Hikari junto con Antonio-

Mizuki-... Aaah... ¿Entonces, era ella quien dejaba esas manchas en la ropa de nuestro hijo?

Ayato-. Lo más probable... ¿Qué... Qué haremos? -Se acercó más al cuerpo de su esposa, y ahora la conversación eran solo susurros-

Mizuki-. Enfrentarla...No nos vamos a mover de esta casa... Le vamos a poner en claro que no va a hacernos nada porque se está metiendo en lugares dónde no debe... Con nuestro hijo no se mete -Dijo a Ayato, este sonrió mientras admiraba a la chica-

Ayato-. Así será...

...