Diarios de un Asesino / NOTA

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Despertó sintiendo un dolor que se extendió por toda su espalda. Un gemido de dolor se escapó de sus resecos labios.

Sintió que unas manos suaves la volvían a recostar sobre la cama con delicadeza.

—Necesitas descansar, Phoenix —escuchó que decía la voz de su hermano gemelo.

Phoenix abrió los ojos y se encontró el bello rostro de Dorian Dovroux, parecía preocupado pero ella sabía muy bien que él estaba molesto.

—Lo que necesito es encontrar a Lenabeth Drablow.

—Da gracias que te salve la vida antes de que ella te matara.

—Por sí acaso lo olvidaste, Dorian. Ese es nuestro trabajo, matar a los objetivos o morir en el intento.

—Phoenix—la voz de Dorian se alzó —, habíamos dejado en claro que Lenabeth es mía.

—Sí, lo dejaste muy en claro cuando nos dieron la misión...

Hubo un silencio, Phoenix no se atrevió a mirar a su hermano. Mientras que él se puso en pie y tomó el abrigo que estaba tendido en el respaldo de su asiento. Acto seguido se lo lanzó a su hermana.

Ella lo miró con ojos sorprendidos.

—Vamos, el tiempo corre —Dorian habló con seriedad, pero Phoenix pensó que bromeaba.

Dorian se encaminó hacia la salida del sanatorio. Y al salir dijo en voz alta:

—Estaré en el auto, tenemos hasta la Luna de Sangre para encontrar Lenabeth.

—Pero estoy herida, debo descansar —se quejó Phoenix.

—No, no lo necesitas. Necesitas encontrar a esa chica.

—Idiota —murmuró Phoenix al ver a su hermano salir.

—¡Es de familia! —exclamó Dorian.

                                 †

A la hora del desayuno, todos se encontraban en la mesa.

Los vampiros tenían una copa llena de sangre frente a ellos, mientras que Bonnie y Jeremy tenían una taza de café junto con un muffin.

Todos estaban en silencio y se miraban unos a otros.

Elena Gilbert evitaba tener contacto visual con Damon y Stefan. Miraba la copa que tenía en su mano. Después de su conversación con Lenabeth, se sentía molesta poeque Damon nunca le había comentado lo que pasó en aquella celebración de año nuevo.

Noah...

Por un momento escuchó los gritos desesperados del chico, aunque ella nunca lo conoció, se imaginaba a Noah gritando mientras Stefan reía al tiempo que arrancaba sus brazos y piernas. Parte por parte....

¡Basta! ¡Basta!

De pronto, Elena se dio cuenta que Lenabeth la estaba mirando. Se miraron fijamente unos segundos. Elena no escuchaba nada más que gritos.

¡Por favor! ¡No! ¡AHHHHHHHHHH!

Algo se quebró e hizo que rompieran el contacto visual, al tiempo que los gritos se acallaron.

Elena miró a su alrededor.

Todos la miraban con miradas sorprendidas.

¿Qué están mirando?

Iba a tomar un poco de sangre y fue cuando se vio la mano. Toda cubierta por un espeso líquido escarlata. La copa se había transformado en pequeños pedacitos de cristal sobre la mesa, algunos los tenía incrustados en su mano.

The Vampire Diaries: Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora