Broken; [ᴵᶻᵁᴷᵁ ᴹᴵᴰᴼᴿᴵᵞᴬ]

Chapter 9.

Los personajes que aparecen en esta obra son propiedad de Kohei Horikoshi.
Si es que encuentran algún error háganmelo saber, por favor.

Gracias por leer~

Izuku no puede dejar de pensar en el sueño, pero no le toma importancia y decide dejarlo como un simple sueño; aunque de simple, no tiene nada.

Izuku quiere buscar trabajo, ya que no le agrada la idea de que Todoroki lo mantenga y él no aporte más que problemas, pero Shouto se niega y le dice que por el momento se preocupe por su salud.

Aún le duele la pérdida de su bebé, si bien, las personas que lo conocen le han dado el pésame, pero él quisiera que dejaran de hacerlo, sólo le recuerdan lo inútil que fue al permitir que Katsuki lo lastimará a tal de punto de matar a su hijo.

Aún se pregunta cómo está Katsuki, tiene entendido que no se ha atrevido a preguntar por su nueva dirección ni tampoco por él, qué rápido lo olvidó.

Izuku tiene cita con la psicóloga, está dispuesto a aceptar la terapia ya que de verdad la necesita, necesita desahogarse con una persona que sea objetiva.

Durante todo el camino no pudo evitar sentirse nervioso, había sido grosero con ella anteriormente y había defendido a capa y espada a Katsuki, ¿con qué cara llegaría a decirle todos sus problemas ocasionados por alguien a quien amo profundamente?.

Cuando estaba apunto de adentrarse al consultorio, de inmediato retrocedió y trató de esconderse detrás de la pared; Katsuki estaba ahí, nunca esperó encontrárselo tan pronto y sobretodo en ese sitio.

—¿Qué hace aquí?...—Masculló

—¿Deku...?—Preguntó Katsuki

Izuku dirigió su mirada al portador, Katsuki estaba justo enfrente.

Aún le tenía temor, no podía mirarlo ni siquiera de frente, por lo que sin pensarlo comenzó a correr tratando de alejarse de él.

—¡Espera!—Gritó Katsuki quien momentos después trató de alcanzarlo, pero fue detenido por Todoroki

—¡¿No te basta con lastimarlo?! ¡¿Ahora vas a acosarlo también?!

—¡Suéltame, maldito bastardo! ¡Deku!—Trató de llamarlo, pero le fue inútil, el chico realmente tenía miedo, además ya se había desvanecido

—Escucha, no te acerques más a Midoriya, ¿sabes que podemos levantar una denuncia? Atentar contra la libertad de una persona, maltrato físico, psicólogo y verbal, violación y homicidio

—¿Homicidio?, yo no he matado a nadie

—Provocar el aborto de tu hijo, ¿te parece poco?—Finalmente lo soltó y comenzó a correr para seguir a Midoriya

¿De verdad sería capaz de denunciarlo?

Quizás él no, pero teniendo la compañía de Todoroki, seguramente va hacerlo.

—Katsuki, ¿vas a entrar?—Le preguntó Kirishima

—No sé si deba...

—La necesitas, no pongas más excusas y entra de una buena vez—Lo tomó del brazo y lo encaminó hacia de nueva cuenta al consultorio

Katsuki no estaba seguro si debía hablar con una desconocida.

Al final, terminó hablando, pero no más de lo debido, simplemente habló de sus temores, inseguridades y sus sentimientos. Probablemente, si le llegaba a contar, llamaría a la policía, él no quiere ir a la cárcel.

—Dime, ¿te sentiste mejor?

—Algo...

—Bakugou, ¿qué te dijo la psicóloga?

Bakugou no respondió, en su lugar se mantuvo cabizbajo.

En verdad, la psicóloga le dijo que posiblemente padecía de problemas mentales; aunque no estaban muy definidos cuáles eran, en pocas palabras, lo llamó loco, a su parecer.

Kirishima se ofreció a hacerle compañía, no le parece bien que Bakugou pase la mayor parte del tiempo en soledad, pero este se negó, quería hacer algo en la tarde y no quiere que nadie se entere.

Cuando el cielo azul se tornó de un color rojizo, fue capaz de llevar a cabo su plan. Anteriormente, había preguntado por la nueva dirección de Todoroki, con la excusa de que el correo aún llegaba a su antigua dirección y obviamente se la dieron.

No podría llegar y esperar a que le abrieran la puerta, por lo que con algo de esfuerzo logró entrar por la ventana.

Tenía que verlo, quería escucharlo pronunciar su apodo y oír que lo perdone, quiere que le de un abrazo, pero sabe que eso es algo imposible, lo único que ha provocado en el chico es infundirle temor, temor hacía él.

Caminó sigilosamente con cautela en la planta alta, en busca de la voz del chico, pero en su lugar, escuchó el sonido que hace el agua cuando uno toma una ducha.

La puerta del baño estaba abierta, Bakugou se acercó un poco, tenía la esperanza de encontrarlo, y no se equivocó.

Izuku estaba tomando una ducha, pero Bakugou notó algo raro en él, su cuerpo estaba muy lastimado, lleno de moretones y rasguños, ¿acaso él se los hizo?.

No puede mirarlo ni un segundo más, la culpa de nuevo lo atormenta y decide abandonar la casa sin dejar rastro o y sin haberle hablado.

No puede creer que en verdad lo haya lastimado tanto, lo rompió, literalmente como a un muñeco de porcelana, ahora entiende porque todos los señalan, ahora entiende porque todos lo quieren lejos de Izuku que en algún momento fue la única persona que pudo amarlo tal y como es, pero todo tiene un límite y parece que Izuku lo ha descubierto.