Cinema. {hs}

04; robes et peurs.

Sally's POV
Lunes, 6:00 de la mañana.
Día del estreno.

Esto era un caos. Pero un caos de los buenos, o eso esperaba. Niall me despertó hace media hora y Joe estaba despierto desde las cuatro, no sé si era por lo nervios o porque faltaba algo, aunque eso era imposible pues los últimos días nos matamos dejando todo perfecto. — Aún no entiendo que tanto alboroto, no estén tan nerviosos, va a salir todo bien. — Dije sosteniendo una taza de café, intentando tranquilizar a los tres escandalosos dueños del cinema. Lo peor es que ni yo me la creía, creo que a mis adentros estaba incluso mas aterrada.

— No entiendo como estás tan tranquila, niña. Ni siquiera tienes algo formal para ponerte. Digo, eres una de las dueñas del cine, debes estar en la entrada presentándote y hablando con la gente. — Dijo Lizbeth mirándome con el ceño fruncido.

Mis ojos se abrieron como platos. Nadie me dijo que era formal. Nadie me dijo que debía socializar. Yo, socializar, con gente famosa, ahora si que era irreal. ¿Donde conseguía un vestido?
Tomé de la mano a Niall y lo llevé a otra habitación, para que Joe y Lizbeth no escucharan. — Explícame por qué mierda no me has dicho que era de gala y que debía hablar con gente. — Lo miré seria. Él lo sabía y no dijo absolutamente nada en toda la semana.

— Pensé que lo tenías dado por hecho. Es lógico. — Sonrió inocentemente.

— ¿A donde mierda conseguiré un vestido tan rápido? No tengo nada, ni siquiera tacones. — Empecé a entrar en pánico. Mi pensamiento era que iba a quedarme en la sala de proyección toda la noche y que nadie me vería.

— Quizás le puedas pedir una a...— Lo interrumpí.

— No. A cualquier persona menos a ella. No le hablo hace meses, lo que hizo es imperdonable y no seré yo la que la busque. Ella la cago. — Marie Jo, era mi supuesta mejor amiga, la conocí en la universidad y desde ese día fuimos inseparables. Hasta que empecé a salir con Niall, a ella siempre le gustó y nunca me dijo nada. Una noche, salimos de fiesta, yo me había ido por una emergencia en el cine, dejando a Niall y a Mj solos, ella intentó follarselo, literalmente casi lo viola y como Niall es el ser humano más bueno que conozco intentaba pararla, pero ello casi lo noquea para poder tener sexo con él. Por suerte Niall se pudo zafar y fue corriendo a contármelo. Desde esa noche no he sabido absolutamente nada de ella.

— Entonces irás con un saco de patatas. — Dijo Niall desesperanzado. Creo que no tenía otra opción. Tomé mi celular dispuesta a mandarle un mensaje.

Hola Mj.

Hey Sally, tanto tiempo. ¿Que tal estás? Te extraño mucho.

Ya, haré como si te creyera. En fin, no se si supiste que el cine será el estreno de una película y como soy dueña debo ir de gala, y aunque hayas sido una hija de puta conmigo, eres mi única amiga, ¿podrías porfavor prestarme un vestido?

¿Eso significa que me perdonas?

No lo se, creo. ¿Me lo prestas o no?

Vale. Te llevaré uno al cine en un par de horas, es el rojo, ¿lo recuerdas? te quedará lindo.

Muchas gracias. xx

Bloqueé la pantalla del celular suspirando, desesperada. Caí bajo, pero era necesario. Miré a Niall y a los chicos, los cuales estaban muy concentrados leyendo algo que no pude descifrar que era. — ¡Voy a salir! — Grité sin tener respuesta alguna.
Me senté en una de las bancas de afuera del cine y encendí un cigarrillo, no solía fumar, pero por la situación lo necesitaba. Este será un largo día.

Harry's POV
Lunes, 5:00 de la tarde.
2 horas para el estreno.

Acomodé mi moño color rojo escarlata y me analicé en el espejo. Guapo. Guapísimo. Como siempre. Miré mi reloj, quedaban dos horas aún pero Michael me dijo que iban a pasar por mi a las cinco y media para hacer una pequeña reunión antes del estreno. — ¡Melissa! ¿Estás lista? — Grité buscando a la rubia, la cual estaba en la otra esquina de la casa.

— ¡Dame cinco minutos, H! Me estoy maquillando aún. — Gruñí. Michael me dijo que iba a pasar esto, que se iba a tardar años, que él me conseguía una maquilladora. Pero ella no valía la pena como para una maquilladora.

5:30 de la tarde.
La limosina llegó.

— ¡Melissa! ¡La puta madre, sal de ese baño! ¡O si no me voy sin ti! — Grité enfurecido. La zorra aún no salía del baño y la limosina estaba abajo esperando. Juro que si no llegaba la mataba.

— Perdón, perdón, estaba intentando algo distinto. — Dijo con su voz chillona. La miré de abajo hacia arriba. Condenadamente buena. Solamente que al llegar a su cara vi su maquillaje, parecía que fuese maquillada por la escopeta de Homer Simpson en modo callejera. Ni siquiera se sabía maquillar la estupida. Pero ya no podía hacer nada, la tomé del brazo y a paso rápido nos metimos en la limosina.

Sally's POV
6:45 de la tarde.
5 minutos para el estreno.

Me miré por última vez al espejo. Era un vestido largo plateado, eso me beneficiaba pues como no tenía tacones, abajo llevaba mis zapatillas y no se veían.

— Uno de los productores nos dijo que alrededor de la alfombra roja ya había petado de gente. Nunca había estado el cine tan lleno. — Dijo Niall entrando con entusiasmo pero se detuvo al instante, analizándome con su mirada. — Wow. — Me abrazó por detrás. — Te ves increíble. — Susurra en mi oído haciendo que se me erice la piel. Estaba excitado, se notaba en sus ojos. — ¿Que tal si mandamos a la mierda el estreno y vamos a la sala de proyección? — Susurró.

— Ojala fuera tan fácil, cariño. — Suspiré alejándome lentamente de él. — Te ves guapo. —Le di un casto beso en los labios para después salir hacia el "lobby" del cine. Estaba todo decorado, lleno de carteles de la película, toneladas de comida cara, la alfombra roja llegaba hasta la sala y se escuchaban gritos de fans afuera de la entrada. Este definitivamente no era mi cine.

— Sally, te ves preciosa. — Sonrió Joe, mirándome con orgullo. — Pensar que hace un par de años estabas aquí mismo intentando colarte por la cortina. — Reímos. — Y hoy estás aquí, echa una verdadera mujer. — Sonrió y me abrazó, con lágrimas en los ojos.

— Oye, oye. — Tomé sus mejillas con ambas manos. — No es tiempo de llorar. Este es tu momento, tuyo y de Lizbeth. Tanto esfuerzo a tenido frutos. — Lo abracé nuevamente. — Esta es tu noche, no lo olvides. — Miro el gran reloj que decoraba la sala. — Ya es hora.