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Sally's POV
Miercoles, 4:15 de la tarde.
Sony Pictures.

Me aferré a la carpeta que contenía mis guiones mientras entraba por las grandes puertas de aquel grande y emblemático edificio. Finalmente, he llegado, mis sueños se están haciendo realidad. Pensé. Miré hacia todos lados, analizando cada metro cuadrado del lugar. Nerviosa, me acerqué a recepción. — ¿Hola? Mmh, tengo una reunión para trabajar aquí. — Dije jugando con mis dedos. La recepcionista ni siquiera me miró.

— ¿Quién te ha citado para la reunión? — Dijo mientras se pintaba las uñas. Mierda. No me habían dicho quién o quienes me habían citado, sentía como empezaba a entrar en pánico.

— Roman Polanski. — Mentí. La chica levanta su mirada por primera vez y ríe de manera sarcástica.

— Cariño, no seas estupida, Polanski nunca cita a la gente. Ahora, vete. — Dijo con cierto recelo.

— P..pe..pero. — Tartamudeé, sientiendome pequeña, insignificante e incluso inferior. Suspiré e intenté reponerme. — Mi nombre es Sally Grant, llame a su oficina porfavor. — Mi propia seguridad en mi actitud llegó a asustarme. La chica rodeó los ojos y tomó el teléfono, marcando un número el cual no pude ver cual era.

— Hola...tengo a una chica que lo quiere ver...ajá...sí...Sally Grant...está bien, señor. — Cortó y me miró. — Piso 7 a la izquierda. — Dicho eso, siguió en lo suyo. Suspiré asintiendo lentamente con la cabeza y busqué los ascensores con la mirada.
Al subirme a este, vi que alguien estaba junto a mi, me giré y era el puto Liam Neeson, sentí como mis manos comenzaban a sudar. ¿Que mierda hacía yo ahí? Esto era algo muy grande, finalmente estaba cumpliendo mi sueño, finalmente iba a poder hacer el arte que tanto amo. El silencio era extremadamente incómodo y un viaje de minutos se hicieron como horas. Miraba de reojo a el señor Neeson, el cual se veía muy entretenido en su celular. Un tintineo me despertó de mis pensamientos y vi que el actor se bajaría del ascensor.

— Gracias por dar tantas grandes actuaciones, señor Neeson. — Balbuceé nerviosa mientras este se bajaba, él se giró y me regaló una sonrisa. Dios mío.
Llego al piso respectivo y me bajo, analizando todo lo que está a mi alrededor. El pasillo es grande, con algunas paredes y puertas de vidrio, las cuales parecen ser salas de reuniones, ¿tendré que ir allí? Al otro extremo del pasillo habían muchas puertas, con una gran división, supuse que eran oficinas particulares. Busqué con la mirada alguna persona que me pudiese guiar hacia donde debía ir, fui a la izquierda y vi notoriamente una puerta la cual tenía una placa que parecía de madera, la cual decía, Roman Polanski. Suspiré nerviosa y toqué la puerta, dando tres golpecitos.

— ¿Quién es? — Se escuchó una voz al otro lado de la puerta, no parecía Polanski.

— S...Sall...Sally Grant, vengo a la reunión citada. — Dije nerviosa.

Se escucharon unos murmullos. — Pasa. — Abrí la puerta y vi a Polanski junto un hombre de mediana edad con un cigarrillo entre sus dedos. La oficina era grande, enorme, detrás de su escritorio había un gran ventanal, habían grandes estanterías con libros y en una esquina una especie de bar. — Buenas tardes, Sally. — Polanski me sonrió y yo le devolví el gesto. Esto era irreal. — Te quiero presentar a Noah Bunster, el es el que podría llegar a ser tu nuevo jefe. — El hombre me regaló una sonrisa y acercó su mano para estrecharla, con mis manos temblorosas le di un apretón de manos.

— Es un gusto, señor Bunster. Déjeme decirle que sería un gran honor trabajar para usted. — Sonreí intentando parecer una persona con seguridad, aunque era lo contrario en aquellos momentos. El hombre sonrió.

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