¡No lo puedo creer! Pareciera como si me estuviese siguiendo. Aunque no me explico cómo podría saber dónde encontrarme cada vez. Al menos, claro, que él sea como yo. Pero eso no explicaría que supiera mi ubicación incluso antes de que yo tuviera idea.
No, me digo para mis adentros, incómoda con esa idea. Si fuese como yo, ya me lo habría dicho ¿cierto?
Al menos eso me gustaría creer.
— ¿Se puede saber qué haces aquí? —le pregunto de manera directa.
—Eso mismo podría preguntarlo yo, ¿acaso me estás siguiendo? —me dice enarcando una ceja.
— ¿Yo a ti? Más bien sería al revés, tú me estás siguiendo a mí —lo acuso.
Me observa fijamente intimidándome o al menos esa es su intención, y aun cuando lo logra, trato de no demostrárselo.
—Mira, que quede claro que la que se acaba de chocar conmigo eres tú, yo solo estaba caminando por aquí.
Frunzo el ceño y lo miro de mala forma. Es un idiota, no entiendo cómo sigo encontrándome con él. Esto ya es el colmo.
—Sí como no, y los reyes magos existen —pongo los ojos en blanco—. Mira, no voy a discutir contigo, así que puedes seguir tu camino que yo haré lo mismo con el mío.
Y aunque no sepa exactamente dónde sea eso, no me importa. Lo mejor es alejarme lo más posible de este individuo. Cuando me dispongo a hacerlo él me sostiene del brazo impidiéndomelo, y siento como si una corriente eléctrica me recorriera en el punto exacto en donde sus manos tienen contacto con mi cuerpo. Supongo que él también lo siente, ya que me suelta inmediatamente.
«¿Qué te sucede idiota? ¿Qué es lo que quieres?
—Tranquila, no quería que te fueras de esa forma. Es que tú sacas lo peor de mí siempre que nos vemos —dice con frustración.
—Mira quién habla de sacar lo peor de quién —digo con sarcasmo, debido a que el hace exactamente lo mismo conmigo.
—Bueno ya, dejemos de lado está conversación y dime, ¿adónde te dirigías?
Observo a mi alrededor disimuladamente y lo único que logro captar es algo así como una catedral a mi derecha y un edificio antiguo con un gran reloj al estilo big ben en lo alto de la misma, a mi izquierda. A lo lejos alcanzo a ver otros edificios más, aun así, no logro saber dónde me encuentro.
—Eh... —me quede en blanco sin saber qué responder—. Estaba... ―carraspeo levemente buscando una respuesta en mi mente― caminando sin rumbo porque eso me ayuda a pensar —digo lo primero que se me ocurre.
—Entonces no te importará si te acompaño.
— ¿Y si lo hiciera, y no quiero? —pregunto enarcando una ceja.
—Te diría que, aun así, lo haría. La última vez que nos vimos te fuiste corriendo y no me diste ni la oportunidad de despedirme, y creo que podríamos continuar con nuestra conversación —me dice mirándome fijamente a los ojos, impidiéndome que aparte la mía—. Me gustaría conocerte más, viendo que te sigues cruzando en mi camino.
Entorno los ojos—: Me cruzo en tu camino, ¿estás seguro? Creo que es al revés, tú lo haces en el mío.
Se echa a reír a carcajadas.
—Creo que ves demasiadas novelas románticas y temo decepcionarte, pero esto es la realidad.
—El que se cree en una novela romántica es otro y no soy yo precisamente —le digo con sarcasmos—. Sí me permites, seguiré mi camino -trato esquivarlo de nuevo para ir a donde sea que me lleve este camino con tal de alejarme de él y esta vez no hace ningún movimiento.
ESTÁS LEYENDO
A Través Del Mundo (Actualizaciones lentas)
FantasyY de repente sucede, eso que jamás esperaría ni en los momentos más locos de mi vida. Estar en un sitio en un momento y al siguiente en otro. Quizás todo se trate de un sueño, del cual despertaré y me daré cuenta que esas cosas no suceden en la vid...