La dudas se acentúan

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Me siento extraña como si estuviera siendo transportada por una nube y el viento que siento en el rostro —o eso es lo que pareciera—, me adormeciera. Pero de repente escucho murmullos, como ecos lejanos, los que causan que quiera abrir los ojos y, aunque trato, no lo consigo. Es como si mis parpados pesaran una tonelada y me impidieran hacerlo.

Es cuando me dejo llevar por la bruma que me arrastra a un estado de inconsciencia y es como si flotara en la oscuridad o esa es la sensación que siento.

No sé cuánto ha pasado, pero intento nuevamente abrir los ojos y unos instantes antes de hacerlo, escucho a alguien diciéndome a lo lejos: "Ten cuidado, no confíes en él" es lo consigo oír antes de despertar.

Miro a mi alrededor desorientada porque no entiendo que hago aquí. Intento recordar que fue lo que me pasó, pero no lo logro. Trato de levantarme y al instante me vuelvo a acostar al tener una terrible punzada en la cabeza, causando que emita un quejido de dolor.

— ¿Te encuentras bien? —Me pregunta mi hermano, el cual, no me había percatado de su presencia.

—Eh... sí... —Trato de hacer respiraciones profundas, de ese modo tratar amortiguar el dolor—. ¿Qué fue lo que me pasó? ¿Qué hago aquí?

—No sabría decirte con exactitud —responde—. Llegué al departamento y estabas tirada en el piso y como no despertabas, te traje.

— ¿En serio? No recuerdo nada. —Trato de acordarme que fue lo que me pasó, aunque no entiendo el porqué de mi desmayo, solo sé que estaba con Anderson en Grecia y después... volví... supongo que fue en ese lapso, cuando perdí el conocimiento.

—El doctor dijo que no era nada que quizás solo te haya bajado la presión o fue un pico de estrés, el causante de tu desmayo. Dado que los estudios que te realizaron no mostraron ninguna anomalía. —Mientras me explica lo que ha dicho el doctor, me observa fijamente como si buscara algo y no lo encontrara.

— ¿Sucede algo? ¿Por qué me ves de esa forma? —pregunto después de un tiempo en el que no me ha quitado los ojos de encima.

—No es nada, pero... —La duda se ve reflejada en sus ojos, no está seguro de decirme o no, sea lo que sea — ¿no tienes nada que debas decirme? ¿Te ha pasado algo últimamente que deba saber?

Y es cuando entiendo porque dudaba. Está vez, soy yo la que lo observa con detenimiento, debido a que es raro que él se preocupe por mí o que pregunte siquiera si algo me ha sucedido. ¿Será qué le abran lavado el cerebro o algo por el estilo? O ¿En unos de sus desfiles, finalmente ha claudicado? Lo miro moviendo la cabeza de costado colocando mi mano derecha en mi barbilla como si estuviese pensando, sin dejar de observarlo.

— ¿Estás seguro de qué eres mi hermano? ¿No eres alguien qué se está haciendo pasar por él? —le pregunto a modo de burla, porque la mayor parte del tiempo hace de cuenta que no existo y el resto me ignora, y me pregunta si me ha pasado o tengo algo que contarle. ¡Increíble!

No puedo evitar soltar un bufido de incredulidad.

Él solo pone los ojos en blanco y dice—: Es enserio, Nina, respóndeme.

— ¿Desde cuándo tú quieres saber qué es lo que me sucede? —digo cabreada-. Nunca te ha importado, así que discúlpame si no te digo lo que no es de tu incumbencia, querido hermanito.

—Tranquila, solo es una simple pregunta que podrías contestar sin ponerte a la defensiva, no es necesario que actúes de esa forma estúpida. —Se va hacia la puerta y la abre—. Discúlpame por preocuparme por ti, no lo vuelvo a hacer quédate tranquila. -Sale y cierra la puerta de forma brusca. Y yo suelto el aire que, al parecer, tenía contenido.

A Través Del Mundo (Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora