Desde la otra noche que tengo este dolor agudo en la cabeza que no me deja dormir bien pareciera que se me va a partir la cabeza en dos, palpita de tal modo que si una batería tocara de forma absurdamente ruidosa no sería nada, entenderán por tanto que mi humor está a punto de ebullición, al que se me acerca de una forma equivocada o me roza sin querer— pese a que sea un leve toque— le ladro literalmente diciéndole de todo menos lindo.
Me levanto de la cama me cambio a mi ropa habitual del trabajo, compuesta por una falda tubo hasta arriba de las rodillas y una blusa con tirantes que va debajo de la camisa así no se me nota tanto el sostén. Me tomo un analgésico para calmar este dolor, de otro modo hoy será un día donde podrían rodar cabezas y estoy segura de que más de uno lo haría al instante mismo que se me acerque. Una "persona" en especial que es mejor no mencionar, no vaya a ser que sea como esos innombrables de algunas películas que al segundo que se los piensan ¡puf! Aparecen. ¡Dios apiádate de mí! Pienso mirando al cielo a modo de súplica.
Pero definitivamente hoy estoy meada por los dinosaurios. Ni bien llego al trabajo y me dirijo a la oficina, la encuentro tomando su café rodeada de babosos del trabajo como el tal Emmanuel de la oficina ¡uf! Hoy va a ser un día largo.
Llego a mi puesto y me dispongo a atender a los clientes que comienzan a llegar para comprar sus boletos de avión. Algunos son tan afortunados de poder viajar donde quieran, me despiertan una envidia, pero claro una sana envidia, o al menos eso es lo que se suele decir en estos casos ¿no? No se crean todo lo que leen, no soy tan mala si me llegan a conocer, un poco malhumorada puede ser, pero nada que no se solucione con dulces. Después del almuerzo sigo mi rutina de trabajo, hasta que empiezo de nuevo con mi maldita jaqueca del demonio que no me deja en paz y para completar hay muchas personas. ¿De dónde habrán salido? No lo sé, pero lo qué si se es que así no puedo seguir. Desgraciadamente no me queda de otra que acudir a mi flamante compañera.
— ¿Podrías por favor Elisa, atender a los clientes? Que voy a tomar otro analgésico para el dolor de cabeza que me está empezando a molestar de nuevo—le digo de forma suplicante, porque la punzada de dolor es intensa.
Se queda mirándome con el ceño fruncido como si no captara lo que le digo.
— ¿Qué, que haga qué? —me mira de forma escéptica y yo la miro con toda la paciencia del mundo que no tengo.
— Es simple lo que te pido, es solo un favor, no te pido nada de otro mundo ¿tanto te cuesta ser amable una vez en tu vida?
Dios me debe castigar por ser una persona con una paciencia casi inexistente, porque esta chica me saca, no canas blancas, sino ¡verdes!
— Esta bien, solo por esta vez, no habrá próxima, ¿entiendes? — me dice con esa voz de pito que mi cabeza recibe como arañazos que calan hondo.
Sin perder un minuto más porque sería capaz de estrangularla en estos momentos, me dirijo a mi cartera a buscar el analgésico. Tomo una y después otra para ver si hace efecto más rápido, ya quiero que termine este día, así me voy a mi departamento y me tiro a la cama a dormir hasta el día siguiente. Y que nadie me perturbe la paz que no poseo, porque mi mente no deja de funcionar por más cansada que esté, pero es una pequeña paz necesaria.
Cuando por fin me marcho de ese infierno, parece que vuelvo a respirar aire puro. No soportaba más estar ahí dentro con esa gente y menos estar cerca de Elisa, solo espero llegar a mi casa y que Gideon no haya hecho de las suyas. Como llevar sus ligues y que me deje el departamento patas arriba, puesto que hoy no pienso soportar absolutamente nada que venga de él.
Llego y me dirijo directo a mi habitación sin mediar palabras con mi querido hermano que se ve que hoy se puso de acuerdo conmigo por una vez en su vida y no ha hecho nada para perturbarme como siempre lo hace. Como a él tampoco es que le interese mucho, ya que ni la hora me dio y ni caso me hizo. Lo primero que hago es tirarme a la cama como he dicho antes, saco mi móvil de la cartera y me fijo a ver quién me ha mandado mensajes y resulta raro, pero tengo mensaje de Flor. Ella por lo general no es muy comunicativa a menos que suceda algo importante o se le cante hablar y no es que no hablemos, lo hacemos, pero solo cuando a ella se le apetece y se ve que hoy es uno de esos días. Por lo tanto, abro de inmediato su mensaje y es bastante raro.
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A Través Del Mundo (Actualizaciones lentas)
FantastikY de repente sucede, eso que jamás esperaría ni en los momentos más locos de mi vida. Estar en un sitio en un momento y al siguiente en otro. Quizás todo se trate de un sueño, del cual despertaré y me daré cuenta que esas cosas no suceden en la vid...