Nathaniel se encontraba en el porche de su casa mirando las estrellas. Trataba de eliminar sus frívolos pensamientos. Había sufrido trastornos debido a sus enfermedades mentales. Ya no recordaba la mayoría de algunas cosas y eso lograba hacer que se irritara con facilidad. Olvidaba eventos importantes y se preguntaba que lo motivaba a seguir adelante, se había planteado muchas veces el porque de su existir, también entre sus ideas se coló la manera de terminar con su vida, pero analizó que sería estúpido ya que eso no solucionaría sus problemas. Su vida meramente se había convertido en un infierno, esos trastornos le robaban el sueño y su depresión aumentaba. Él no era nadie para juzgar a Zack Andersson, si sus vidas meramente llegaban a ser similares, pero no tanto como la tragedia que tuvo que vivir aquel pobre chico pecoso.
Entre varios días en aquella filmación logró conocer la chica que probablemente le devolvería la estabilidad emocional que carecía. Estaba temeroso ante la idea de empezar a sentir algo por aquella castaña robusta de preciosos ojos verdes. Era la chica que siempre soñó, tan bondadosa llena de carisma, llena de amor. Nathaniel sabía que una relación entre ambos sería una catástrofe pero eso no le impedía suspirar tras los huesos de esa hermosa mujer. No tenía un cuerpo perfecto, ni una cara linda como todas esas modelos con las que se había acostado, ella era especial, le hacía sentirse vivo y por fin descubrió que tal vez su motivo para vivir sería aquella pequeña. Temía el poder mostrar sus sombras enfrente de ella y lastimarla, sin embargo por más que tratase no podía alejar a la chica que le hacía a su corazón revolotear de alegría.
Por otra parte estaba Becca, la chica de piernas de infarto con la que había mantenido un romance pasajero en New York. Jamás pensó que volvería a cruzar su camino con esa chica, la tomó como una más de su larga lista de chicas. Casualmente era la mejor amiga de su gordita hermosa, y le tomó por sorpresa encontrarlas juntas, ahora debía mantenerle la boca cerrada a la modelo o de lo contrario sus planes quedarían estropeados y no podría conquistar a la hermosa castaña.No iba a permitir que Zack Andersson se cruzará en su camino ya que estaba seguro que le había puesto el ojo a aquella chica, aunque no fuese su tipo. Lo eliminará del camino, por las buenas o por las malas. Sea cual sea la consecuencia.
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La pelirrubia continuaba con sus piropos hacia Zack, aunque este no se inmutaba a responder, solo asentía con la cabeza constantemente mientras yo estaba parada de brazos cruzados dando golpecitos con el pie izquierdo, esperando a que acabase aquel coqueteo de adolescente que se traía Nataly.
Zack entendió que estaba esperando con ansias que terminara su conversación y dejarán de ignorarme como si fuese un fantasma.
—Ehm Krysten —Murmuró dirigiendo su mirada gris hacia mi—, ¿Podrías prepararme un té? Sin azúcar, por favor, y dame mi pastilla. La cocina está a el fondo hacia la izquierda.
Asentí tratando de no poner los ojos en blanco. Seguí mi camino hacia la cocina y me encontré con la misma chica que me abrió la puerta, sonrió con educación mostrando sus pequeños dientes.
—Hola, ¿Puedo ayudarla en algo? —Preguntó la muchacha con bastante cortesía.
—Me mandó él señor Andersson a preparar un té y acercarle sus pastillas —Hice una pausa—, ¿Podrías por favor indicarme donde preparo el té y decirme dónde están sus medicamentos?
—Claro señorita, si quiere yo preparo el té y usted busca los medicamentos en la habitación del señor.
—Me parece bien, ¿Donde se encuentra su dormitorio?
—En el segundo piso hacia la derecha, es la tercera puerta, seguro que la identifica por su color negro.
Traté de que no se notará mi cara inundada por el asombro que me provocaba el saber que su puerta era de color negro. Resultaba extraño y a su vez, abrumador ¿Qué tanto esconde él señor arrogancia? Tal vez averiguar en su habitación, me de pistas de lo que él esconde.
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Filo Rosso
Ficção AdolescenteZack Andersson sinónimo de arrogancia. Krysten Ainsworth sinónimo de desgracia. Dos mundos completamente diferentes que se entrelazan trayendo consigo que la desgracia sea atrayente de la arrogancia. La vida de Krysten parece huracán y tormentas cua...