Capítulo 39: Regresa, Denisse.

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Zack corrió junto con los policías buscando donde se habían llevado a Denisse, observó el camino hacia donde había corrido Demien, visualizó su larga melena cobriza escabullirse bajo unos arbustos cerca del río, para que después Nathaniel lo siguiera reprochandole algo en voz baja. No veía a Denisse por ninguna parte, no vio que la hayan jalado con ellos para esconderse, y temió lo peor.

Les señaló a los policías el escondite de los chicos y rápidamente todos los hombres rodearon el lugar haciendo que salieran de su escondite con las manos en la nuca. Denisse no estaba con ellos. Había desaparecido de su lado.

—¿Dónde está Denisse? —Gritó Zack hacia Demien y quiso ir hasta él, pero un policía lo detuvo.

—¿Ya no le dices Krysten a la gorda esa? —Se burló Demien.

—¡Deja de bromear!, dime dónde se encuentra, dónde la escondiste, ya no puedes hacer nada, estás rodeado, tú mal ha acabado.

—Y tú ya no puedes hacer nada por Denisse. Ahora mismo debe haberse tragado toda el agua del río, creo que cabe perfecto en su cuerpo, igual la encuentras ¡pero más gorda!

—¡Eres un bastardo! Deja de ofenderla, te voy a partir la cara —De nuevo trató de acercarse pero se lo impidieron.

—Ve a salvarla por favor Zack, te lo suplico, salva a Krysten, no la pierdas de nuevo —Decía Nathaniel mirando a Zack con ojos suplicantes. Parecía honesto al expresar sus emociones y muy arrepentido.

Zack corrió lo más cercano al río pero no había indicios de Denisse por la iniciación de aquel río. Corrió siguiendo la corriente buscando rastros de ella, pero no había nada, ninguna pista que lo llevara hasta ella. Luego de varios minutos tratando de buscarla vio a lo lejos su cabello castaño y su piel más pálida que de costumbre. Estaba boca arriba flotando, donde se encontraba la corriente ya no era tan fuerte y hasta ahí la había arrastrado, Zack corrió hasta ella y observó como un charco de sangre diluido con el agua se formaba por debajo de su cabeza. Tenía raspones y moretones en todo el cuerpo y su respiración era muy débil, estaba al borde de perderla, lo sentía, sentía que Denisse se esfumaba de su lado una vez más. Comenzó a llorar y gritar por ayuda, tenía que salvarla no podía dejar que nuevamente el amor de su vida se perdiera, que esta vez Demien si ganara el juego. Rápidamente los policías llegaron y llamaron a la ambulancia más cercana la cual tardó en llegar unos pocos minutos después.
Se llevaron a Denisse y dijeron que estaba grave, que su vida corría peligro y Zack en el fondo ya lo sabía, la angustia en la cara de Denisse era tan grande que debió haberlo pasado mal en el momento en que el río la arrastraba. Los paramédicos aseguraron que había bebido mucha agua por lo que comenzaron a hacerle compresiones en el pecho aunque no estaban seguros de si funcionarían ya que su estado inconsciente se debía al golpe que había sufrido en la cabeza.

Al llegar al hospital rápidamente se la llevaron a urgencias y Zack se quedó en la sala de espera con un nudo que le omprimía el estómago con fuerza. Sentía náuseas y ganas de vomitar, la ansiedad se había colado en sus emociones y ahora solo sentía un pavor intenso al creer que Denisse estaba al borde de la muerte. Su adorada Krysten, su adorada Denisse, no hubo dos amores si no uno, no quería perderla, sabría que no podría soportarlo.
En ese preciso momento estaba muy solo, al que consideraba su mejor amigo había sido llevado a un psiquiátrico ya que se creía que tenía varias enfermedades mentales. Demien había sido arrestado llevándolo directamente al reclusorio de Seattle. No tenía familia, ni amigos verdaderos, solo se tenía él para si mismo, pero necesitaba sentir el calor de alguien en ese momento tan difícil. Zack ya había sentido la soledad anteriormente, estuvo solo muchísimos años encerrado, sin poder convivir con nadie en paz, vivió en la calle y cuando hizo su carrera aún así se sentía solo, a pesar de estar rodeado de personas y chicas muy hermosas, él se sentía muy solo esa soledad la vino a llenar Krysten cuando se apareció para la filmación del comercial, ahora creía que si se la había llevado a vivir con él era porque ella lo hacía sentirse completo. Quería que regresara de nuevo, no podría soportar si ella no regresaba jamás.
Se desplomó en el sofá de la sala de espera y se llevó las manos a la cara, comenzando a llorar desconsoladamente, no tenía a nadie, necesitaba un abrazo, alguien que le subiera los ánimos y que lo apoyara. Sentía como ese dolor en su pecho incrementaba con cada llanto, había reprimido tantas emociones que creía que esa era la última gota que derramó el vaso. Seguía con las manos en la cara cuando sintió como alguien lo rodeaba con los brazos apretándole cariñosamente los hombros. Zack miró rápidamente para saber de quién se trataba, era la madre de Krysten, tenía los ojos llorosos y una cara de arrepentimiento.

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