Hasta las mentes inocentes

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Este mundo ofrece tantas cosas, en el sentido que hasta un pequeño niño de tres años ya sabe usar una Tablet o un aparato tecnológico, pero en este caso o que importa es la mentalidad que tiene cada chico después que se desarrolla y las cosas sexuales le muestran interés.

Volvamos al coleccionista de sex nudes 1, capitulo cinco, que titule: "la mala influencia". Para aquellas personas que lo leyeron, pudieron observar que fui la mala influencia de dos chicos y un chico fue una mala influencia para mí y se desato un poco de caos, etc. Esta historia va hacer un poco similar, pero con algo en particular.

Alrededor de un par de meses conocí a una chica cinco años menor de que yo, coincidimos muchos en algunos gustos, nuestras formas de ser; su estatura es un poco medina, senos pequeños. Cabello coro, un poco rizados, ojos color cafés que me encanta cuando los veo, y una persona cómoda de tratar.

Estaba en un parque sentado bajo un árbol y ella iba pasando con un chico que pensaba que era su novio, pero resulto siendo su mejor amigo. Se sentó al lado donde yo estaba, la saludes y cruzamos una que otra palabra hasta tener una charla constante, al inicio hubo algo de esa chica que me llamo la atención que a medida de los minutos me parecía una persona muy sociable. Acortamos conversación porque me tocaba hacer un par de vueltas cerca, así que intercambiamos números, me presente porque no lo había hecho al inicio, le di un beso en la mejilla, con una mirada picara me fui de los alrededores.

Empezamos a conversar por las redes sociales, poco a poco conociéndonos, a medida del tiempo las charlas más profundas sobre nuestra vida privada cono, conociéndonos más e interesarnos del uno al otro sin pensar lo que iba a pasar.

La chica con una inocencia que la hacía tan tierna, lo más erótico que habla hecho hasta ese momento era mostrarle los senos por un par de segundo a su ultimo novio, pero mis intenciones eran abrirla en el sentido que tuviera un poco de conocimiento en el mundo del erotismo y perversión. Trataba de meterle tema de conversaciones eróticas, además de hacer un chat erótico con ella, pero su inocencia no permitía que captara un poco las indirectas que le hacía sobre meter aquel tema.

Las cosas entre ella y yo fueron mejorando, metiendo un poco de confianza cada vez, hasta aquel punto que le conversaba sobres mis experiencias eróticas y creo que me entendía un poco a lo que refería, aunque a veces me preguntaba que le dijera el significado o una acción de una que otra cosa.

La historia entre ella y yo cambiaria una mañana de primavera que estábamos hablando por chat, después de saludarnos y comenzarnos hacer un par de preguntas, hubo uno que surgió la cual fue: ¿Qué vas hacer en la tarde? Ella me respondió que iba a estar aburrida en casa y quería salir, por mi parte sugerí que llegara a mi hogar y nos entreteníamos un rato, sin pensar que ella me aceptaría la invitación lo hizo y alrededor de las tres de la tarde ya estaba camino hacia mi humilde morada. Diez minutos antes que la chica llegara, mi madre me anuncia que iba a salir y no tenía hora de regreso, así que tenía la casa para mí solo, pero sin ningún pensamiento malo ya que la chica era un poco inocente y se podría sentir un poco incomoda al intentar algo con ella.

Tres minutos después que mi madre se marcha llega aquella chica, vestida con un pantalón con varios colores y una blusa color azul claro, la invite entrar, hablamos en el sofá y la aburrición se fue apoderando de nosotros a tal punto que decidimos jugar verdad o reto con una botella de vidrio que tenía en la cocina. A partir de preguntas eróticas y de cansarnos de ello vinieron los retos donde hubo varios besos apasionados que permitieron que el cuerpo se fuera excitando y pasar a algo más. Transcurría el tiempo y el tocar del cuerpo opuesto comenzaba; comencé tocándole debajo de los senos, en la orilla del sostén, el cual fui subiendo al pasar los besos hasta llegar al punto donde se lo oprimía, mientras que sentía que la chica lo empezaba a disfrutar, porque sentía que los momentos que empezaba ella a sobar mi pierna lo hacía un poco más arriba, medio acariciando mi pene, precavida la acción que podría tomar.

Nos acostamos en el sofá, en la posición que yo me encontrara abajo y ella encima de mí, tratándole de hacer cositas con un poco de facilidad. Ella se acomodó de la forma que su trasero quedara en medio de mi pene, de la manera que lo sintiera y tener un poco más de excitación.

Le fui levantando la blusa azul, que tenía puesta, mientras que ella me besaba, legue a tocar su sostén, pero al momento de meter mi mano hasta sus senos, me la agarro y la saco, me dijo que no se sentía un poco preparada, porque era primera vez que lo hacía, que tenía un poco de miedo a que nos fuera a descubrir, le respondí que se relajara y que todo lo que sucediera iba a quedar entre nosotros y su pasaba algo más yo me sabia controlar. La chica confió en mi palabra y lo que hicimos aquella tarde fue relajado para ambos.

Nuevamente tomamos la misma posición que teníamos, su trasero encima de mi pene, mi mano izquierda metido dentro de su suéter azul, ella besándome, mi mano derecha levantando ese dicho suéter que al llegar a la altura de su sostén, me dejo de besar y se lo quito, me note un poco sorprendido y ella al ver mi reacción me dijo: "que no tenga mi mente tan desarrollada en este tema como tú y sea mi primera vez, no quiere decir que mi mente sea tan inocente ya que estoy clara en lo que estoy haciendo". Sonreí no lo niego, la seguí besando, me concentré en su sostén rosado que empecé a tocar juntos con sus senos pequeño, tiempo después mi mano derecha pudo quitar y sus senos al descubierto pude notar, algo pequeño, pero estaba lindo y muy delicados. Me levanté y los papeles en aquel entonces cambiaron, la acosté y yo me puse encima de ella, empecé a besar sus lindo y pequeño senos, mientras lo besaba su cuerpo se relajaba y su sentir lo disfrutaba, su seno izquierdo estaba muy suave, mientras que el pezón del izquierdo estaba un poco duro, pero mi mano lo relajo a medida que lo masajeaba.

Fui bajando un poco más y su pantalón de colores pude desabrochar, quitándoselo por completo y su braga negra cubriendo su vagina, que junto con la braga puesta besaba sin cesar, me agarraba la cabeza y me pedía que no parara. Al tiempo mis dos manos bajaron esa braga negra dejándola al descubierto todo su cuerpo en el sofá de mi casa. Mi lengua se puso a jugar en su vagina que se sentía muy mojada, dispuesta a recibir una penetración por mi parte, mi dedo del medio de la mano derecha introduje con facilidad y su seno derecho lo cumbia en totalidad mi mano izquierda.

Esa señorita disfrutaba todo ese caos, ese desorden de placer excitación del sexo oral que le hacía en el momento, escuchaba sus gemidos de satisfacción y dolor que le provocaba sin penetrar, su vagina algo estrecha se mojaba a medida que la masturbaba y le hacia el oral, y por mi mente no pasaba las ganas de penetrar.

Después de quince minutos de besarle todo su cuerpo desde su boca, senos y vagina, su primer orgasmo pude presenciar, provocado por mí, tenía una cara de satisfacción, su vagina algo roja y sus labios hinchado por uno que otro mordisco realizados, agarro su ropa que estaba tirada en el suelo en los alrededores del sofá, fue al baño a cambiarse, tardo unos diez minutos en arreglarse, me pidió un poco de agua, nos quedamos charlando por media hora, se despidió con un beso en la boca y pasando el reloj por los cinco y quince pasado del meridiano, me encontraba solo, con una sonrisa de pendejo sin creer en lo que había pasado. Al llegar las siete de la noche, ya estando mi madre en la casa, me escribe la chica por la red social escribiéndome que le ardía un poco su vagina, como también le dolía sus senos, aun así, le había gustado todo lo que habíamos hecho, sabía que no se volvería a repetir, pero si se llegase a dar la situación sin pensarlo lo volvería hacer conmigo. Sonreí y pensé que nadie tiene la mente tan inocente, esta chica puede que no sepa una que otra cosa a partir del erotismo, sensualidad o sexo, pero aprendí que cada ser humano no importa lo inocente que sea tiene su lado pervertido.

El coleccionista de sex nudes 3: y para terminar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora