"Quien sobrevive no es el mas fuerte ni el mas inteligente, sino el que se adapta mejor al cambio" (Charles Darwin)
Algunos creen en los toque de ángeles, yo creo en los golpes del destino.
Es que eso había sido mi vida en los últimos 2 días. Un golpe del destino que ahora hacía que despertara en medio de la nieve sin saber nada, solo teniendo recuerdos incompresibles que no concordaban con ningún conocimiento previo.
Ni siquiera parecía nieve lo que tocaba. Del cielo caían cenizas y alrededor suyo también había muchas.
4 paredes blancas me acorralaban, el techo no existía y solo seguía pensando en porque las cosas resultaban tan extrañas en este mundo.
Noah, al parecer ese era su nombre, se encontraba a mi lado con la cabeza colgando a un lado y sus piernas estiradas con polvo negro y tierra desgastada por debajo. En cambio yo tenía un suave colchón de cristalina nieve al igual que el resto del lugar. Solo el parecía estar en desnivel, como si hubiesen preparado un lugar especial para colocarlo. Su piel se encontraba totalmente tostada y sus mejillas de color rojo resaltaba su rubio cabello.
Me quedé inmóvil desentrañando detalles del lugar, revolviendo lugares de mi mente.
Mi vida ahora se basaba en un constante ida y vuelta del pasado al presente. No podía desarraigarme de eso que había sido tan perfecto. Seguía pensando que todo esto era un sueño. Pero en algún momento tenía que caer, y consideraba que los hechos ocurridos habían formado una parte de mi subconsciente que de a poco se iba adaptando a estos cambios tan radicales. Comenzaba a pensar diferente de las personas y sus acciones, y eso supongo me hacía un poco más fuerte que aquel día.
Pero todavía tenía mucho por averiguar y mucho por conocer, especialmente quería saber que era esta especie de jaula.
Con leves toque de mi dedo índice intente despertar a mi compañero, pero antes de que lo lograra noté que su piel sudaba, y que mientras más hacia contacto, más palidecía. Sus ojos se abrieron repulsivamente. Su rostros se veía como si fuera a tener múltiples arcadas. Asqueando y enfermo, se distanció como si fuera un virus, pero un tirón de muñecas hizo que nos volviéramos a la posición original.
— ¿Qué? — Dije levantando mi mano, provocando que su cuerpo cayera sobre el mio — ¿Qué es esto? — Exclamé alarmada viendo que no podíamos separarnos.
— Demonios — Se indigno el con su frente en mi muslo debido a la caída — Ya quédate quieta ¿Qué no te das cuenta que si te mueves entonces yo caigo con tus movimientos? — El se recompuso en el lugar, y mirandome de reojo, suspiro — Bien, tenemos largo camino, muévete a la par mia o terminarás en el piso.
— Ni de broma — Brame tomando su brazo, convirtiéndolo en fantasma nuevamente — Primero me explicas que es esto.
El se soltó de mi agarre y con respiración entrecortada contesto — No vuelvas a tocarme ¿Entendiste? Si queres que te explique, no me toques.
Accedí a su pequeña condición asitiendo con la cabeza.
— Ahora, estas son amegnas — Sosego el sin lograrlo, ahora que sabía su nombre me daba más desconfianza — Y se ultiliza para mantener unidos a los prisioneros.
— ¿Quienes nos mantienen encerrados? — Pregunté con el ceño fruncido
— ¿Cómo se supone que lo sepa? estaba contigo cuando nos capturaron.
— Bien — Musite hostilmente — ¿Cómo salimos?
— Tienes suerte — Continuó el con cierta superación — Sé exactamente como deshacernos de este lugar. Pero primero tienes que copiarme ¿De acuerdo? — Asenti nuevamente dejando que diera las instrucciones — El pie izquierdo lentamente — Señalo respectivamente como si fuera una infradotada — Luego el pie derecho.
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Alas de Mariposa
FantasyEn un mundo en donde la verdad es tragedia y el futuro una esperanza por renacer, Sara, descendiente de grandes medicos, deberá cumplir con su predestinado y engorroso camino, empezando por el momento en el que sus padres la dejan ver la realidad de...