"Sólo la libertad puede hacer segura la seguridad" (Karl Popper
El sol era abrasante. El dolor ínfimo, aunque empezaba a expandirse nuevamente.
Las nubes grises cubrían el panorama. Todavía no llegaba a comprender la complejidad climática que pasaba de nieve congelante, a calor ardiente en tan solo minutos.
Ambos brazos me tomaron por los hombros, envolviendo mis Omóplatos, como si estuvieran a punto de intentar una maniobra que rompería mis huesos.
Cualquier movimiento causaba que me presionaran mas. Me estaba alejando del lugar en donde había sido interrogada. Solo estábamos a tres pasos. El hombre de las placas tipeaba información sobre su teclado holográfico.
Era tan contrastante la diferencia entre el pequeño pueblo desgastado y los imponentes uniformes de los soldados. La pobreza y humildad confrontados con tecnología y violencia.
Cierto temor se asomaba sobre la superficie de mi cuerpo. Estaba temblando. Temblando por lo desconocido, temblando por desconocer hacia donde me llevarían. Pasaba de prisión en prisión, de luz a oscuridad.
Escuche un pequeño gruñido por parte del hombre que me sostenía, aunque pensé que no tenia significado alguno. Gradualmente comenzó a ceder la presión sobre mi cuerpo hasta soltarme completamente. Me gire a ver como sus ojos se volteaban y su cuerpo caía a la par de su compañero.
Alivio y confusión. Corrimos. Sus púas se habían impregnado en sus cuerpos, los habían paralizado, dormido y dejado olvidados en la calle de granito. Skylar tomo la plancha metálica y dejo que la siguiera a través del bosque.
Las ramas rasgaron la tela de mis pantalones. Me sentía perseguida, podía escuchar los susurros como ecos de una cueva, los disparos aunque solo hubiera quietud. Sabia que nos estaban buscando, que nos buscarían tal vez luego.
Verde, musgos, calor sofocante. Seguíamos lineas invisibles para mi. pero perfectas para ella. El ruido del río nos atrajo a sus orillas. Los animales se alejaban a nuestro paso, atemorizados por nuestra persecución. Los pájaros volaban, se quejaban, revelando nuestra ubicación.
Nos detuvimos. Ella lo hizo, yo solo la imite. Trate de localizarnos, pero desconocía cada rincón. Sus manos se dispusieron a los costados, horizontales, suspendidas en el aire, como percibiendo algo de la tierra. La cabeza giraba de izquierda a derecha en busca de peligro, indicios de peligro.
— Aquí podremos descansar— Musito sin siquiera agitarse — Estamos a salvo.
A veces me preguntaba que tan real sonaban esas palabras "Estamos a salvo". Incluso tal vez oí susurrar un "ya no hay peligro". Deseaba que fuese verdad. Incluso, tal vez, hoy me sentía por primera vez libre, y aun así perseguida, prófuga de un crimen que no recordaba ni reconocía como propio.
Libertad, seguridad, vida. Hoy era de esta manera, ahora "Estábamos a salvo" pero no podríamos jamas imaginar que esto era solo el principio de la cacería.
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Alas de Mariposa
FantasyEn un mundo en donde la verdad es tragedia y el futuro una esperanza por renacer, Sara, descendiente de grandes medicos, deberá cumplir con su predestinado y engorroso camino, empezando por el momento en el que sus padres la dejan ver la realidad de...