Conocerte fue...

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Gotas de sangre caían al piso lúgubre de la habitación... las muñecas de sus manos estaban cortadas y rasgadas por la presión que ejercía la soga sobre su piel, su cuerpo se tambaleaba ligeramente mientras su respiración estaba agitada y entrecortada... latigazos sin descanso recibía sobre su espalda, pero fiel a su dignidad y a su orgullo, los recibía sin expresar ningún sonido de sufrimiento ni de dolor, cerraba fuertemente su boca y chocaba duramente sus dientes mientras aguantaba la tortura recibida... no le daría gusto al sádico lagarto quien presenciaba la escena con júbilo, con excitación, tanta era su perversión que se sentía complacido y lleno de éxtasis con el dolor ajeno... con los gritos de sufrimiento... pero como siempre con él, no llegaba al clímax, se sentía frustrado viendo al príncipe saiyajin aguantar el dolor sin mostrar conmoción ni debilidad, no escuchaba sus gritos, sus quejidos y eso lo alteraba más... ya que él era su preferido... pero nunca le daba el gusto, nunca lo dejaba llegar a la fase final... siempre se quedaba frustrado al ver como las torturas no rompían al saiyajin...

-Eres un bárbaro, cuando aprenderás...- comenta con cinismo mientras se acerca lentamente al príncipe de los saiyajin... se acerca hasta estar a milímetros de su rostro, siente su respiración tocar su rostro y ve como esos ojos negros lo miran con odio... y con altivez... -Cuando aprenderás que me debes lealtad, que nunca podrás librarte de mi poder, que soy más fuerte que tu y que te puedo desaparecer en cualquier momento... Vegeta... Yo soy más fuerte que el príncipe de los saiyajin! Que los monos saiyajins!JAJAJAJAAJA-pronunciaba cada palabra con la intención de provocarlo, de que si no sirve con los golpes, sean las palabras la que lo destruyan, destruyan su ser, su alma...

Los ojos negros de él no le bajan la mirada y tampoco caerían en su vil provocación, aun no era el momento de su venganza pero él sabía que algún día llegaría.... Solo debía esperar....

-Bájalo, y llévate a este mocoso a su cuarto... no quiero que muera desangrado... asegúrate de curar sus muñecas... mi favorito ya me dio algo de satisfacción por hoy...- comento con una sonrisa Freezer mientras veía como Dodoria retiraba las sogas de la mano del joven príncipe...

...

Sobresalto de la cama totalmente agitado, su torso sudaba, sus manos temblaban, sus recuerdos hacían matraca en su mente y no lo dejaban en paz, las pesadillas no cesaban... llevo sus manos a su cabeza y observo ligeramente sus muñecas llenas de cicatrices, froto sus ojos... fue ahí donde reconoció la realidad... se encontraba en ese lugar distinto a los que estaba acostumbrado... la habitación estaba aun a oscuras, no tenía ni idea de la hora que podría ser, pero estaba seguro que faltaba mucho para el amanecer... desde que le habían dado esa habitación se había encerrado ahí preso del cansancio mental y de la fatiga de su cuerpo y no pudo contener el sueño y caer largas horas inconsciente... observo su alrededor y se levanto... sentía un vacio en su estomago que lo hacía estremecer, necesitaba comer... y considerando la oscuridad de la noche era de suponer que nadie estaría despierto... salió de aquella habitación y vio el largo pasillo, que si bien estaba todo oscuro él lo podía ver... se dirigió rumbo hacia las escaleras y fue a buscar ese lugar donde vio preparar los alimentos a la extravagante mujer... tan solo recordarla hacia que su piel se erizara, no le gusto nada las miradas que le dio esa tarde... y los gestos algo sugerentes que le mandaba... mirarla no era desagradable pues era un hembra atractiva aunque madura, pero demasiado confianzuda... trato de concentrar su mente en acordarse el lugar exacto donde tenía que ir pero sus pensamientos fueron interrumpidos con un canturreo ligero y algo melodioso proveniente de una habitación que se encontraba pasando ese enorme salón lleno de muebles, se acerco sigilosamente tratando de no hacer ningún ruido y pudo observar como el espacio estaba algo iluminado, la luz de un aparato abierto alumbraba el oscuro espacio ... miro por la rendija de la puerta entre abierta y vio como la mano de alguien que estaba detrás de la puerta de ese aparato colocaba un pote sobre la meza para colocar una cuchara encima de el... Vegeta observaba con curiosidad la escena, quien seria a esas horas de la noche y sobre todo quien buscaba a parte de él alimentos... debido a que era su primer día en esa casa, no podía identificar a nadie mediante su ki, sobre todo si este era diminuto... pasaron algunos minutos y cuando su paciencia estaba por agotarse, la puerta del refrigerador se cerro y la luz se apago... escucho un murmullo de molestia... las luces se volvieron a encender mediante una luz tenue de una pequeña lámpara... dejando ver ante los ojos del guerrero... a una mujer con cabello suelto cubierta con una tela transparente, que para asombro del saiyajin dejaba expuesto su desnudo cuerpo... Bulma se encontraba en su afanosa necesidad de apaciguar su ansiedad... necesitaba saborear un dulce, lo necesitada sino seguiría dando vueltas en la cama... y sin conocimiento de la presencia del guerrero fue en busca de su consuelo...

El secreto de tus ojos negros VEGETAXBULMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora