Días después del deseo, las cosas en Capsule Corp volvieron lentamente a la normalidad. Yamcha, Krilin, y el resto de los guerreros Z se reunían de vez en cuando para hablar sobre los acontecimientos recientes y su experiencia en el otro mundo. Todos parecían felices de estar juntos nuevamente, pero Bulma no podía evitar sentir que algo le faltaba, como si una pieza importante hubiera desaparecido. Cada vez que podía miraba hacia el cielo como si esperaba la vista perfecta de un nave regresando, la ausencia de Vegeta se hacía más palpable.
Bulma no hablaba de esto con nadie. Yamcha, aunque intentaba retomar su relación con ella, no lograba captar su atención de la misma manera. Algo había cambiado en su interior, en su mirada y aunque intentaba ignorarlo, la verdad era que su mente volvía una y otra vez a aquella noche en el jardín, a esos momentos intensos en los que ella y Vegeta parecían haber compartido algo juntos.
Una tarde, mientras trabajaba en el laboratorio junto a su padre, el Dr. Brief notó su expresión ensimismada.
—¿Va todo bien, Bulma? —preguntó, levantando la vista de su equipo—. Desde que todo esto pasó, te noto... distraída.
Bulma suspiró, sin saber muy bien cómo responder. —Es solo... nada, papá. Solo han sido muchas cosas en poco tiempo.
Su padre la miró, pero no insistió. Sabía que algo la inquietaba, pero confiaba en que eventualmente ella se abriría, como siempre lo hacía.
Pasaron algunas semanas, y aunque todos estaban ya inmersos en sus vidas, Bulma no lograba dejar atrás el recuerdo de Vegeta. Su presencia, su intensidad, y esa manera de desafiar el mundo con cada palabra, cada acción... Era como si, a pesar de haberse marchado, Vegeta hubiera dejado una parte de sí mismo en Capsule Corp.
*
Una tarde, mientras Bulma revisaba algunos documentos en el salón de Capsule Corp, Yamcha entró sin que ella lo notara. Su mirada se detuvo en ella, admirándola en silencio. Bulma estaba hermosa, más de lo que recordaba. Había algo en su actitud, en su forma de moverse, que irradiaba una confianza y un atractivo nuevos. Yamcha no podía ignorar el hecho de que, en esos meses, Bulma había cambiado. Su belleza parecía más madura, más segura, y eso lo hacía pensar en el futuro, en "formalizar su relación".
Decidido, se acercó y le sonrió. Bulma le devolvió la sonrisa, distraída pero amigable, con esa energía que siempre la caracterizaba.
—Te ves increíble, Bulma —dijo Yamcha, tomando asiento a su lado. Su tono era suave, pero sus palabras tenían una sinceridad que ella no esperaba.
—Gracias —respondió ella, sonriendo con coquetería, pero luego miró hacia otro lado. Desde que él había regresado, sentía que había algo que la inquietaba, algo que no lograba disipar.
—Oye, he notado que estos días has estado... ¿distante? —dijo él, tratando de mantener su tono casual, aunque había un matiz de preocupación en sus palabras—. No sé, te siento un poco distinta, como si algo te estuviera preocupando.
Bulma rió suavemente, intentando restarle importancia.
—¿Distinta? ¡Por favor, Yamcha! Siempre estoy igual de fabulosa —bromeó, tratando de aligerar el momento, pero Yamcha no dejó pasar la evasión.
—Bulma... en serio. Te ves increíble, y sé que hemos pasado por mucho últimamente. —Él le tomó suavemente la mano, mirándola a los ojos—. Pero hay algo más en ti, no puedo explicarlo, como si... como si hubieras cambiado.
La risa de Bulma se apagó lentamente, y lo miró en silencio, notando la intensidad en sus ojos. Ese era el Yamcha que recordaba, siempre atento, siempre buscando entenderla. Pero algo en su pecho la oprimía al escucharlo. En su mente, las imágenes de Vegeta aparecieron, nublando sus pensamientos.
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El secreto de tus ojos negros VEGETAXBULMA
Fiksi PenggemarEsta historia trata de la relación de Vegeta y Bulma, como empezó todo, que hay detrás de esos ojos ónix de Vegeta, que hay detrás de las decisiones de Bulma... como llego a existir algo entre ellos... Advertencia: Drama- Erotismo- Sadismo- Mórbido...