Pesadillas...

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CAPITULO 3

...

Vegeta la observaba sin explicarse la razón por la cual la terrícola aun temblaba, sentía su frágil cuerpo inmerso en el nerviosismo absurdo... a pesar de que ella evitaba mirarlo a los ojos, el podía darse cuenta de su inquietud, como saiyajin tenía sus instintos desarrollados como un animal, pudiendo percatarse de detalles imperceptibles por humanos, como la ligera aspiración de aire de la peliazul, que se supone que hacía o conseguía haciendo eso... lo estaba oliendo, eso era obvio, pero... por qué... acaso... no... era absurdo... así que simplemente prefirió descartar esos pensamientos... cuando llegaron a la corporación el príncipe de los saiyajins descendió en el jardín de la mansión, soltó su brazo y se alejo de ella, Bulma quien por fin pudo mover sus brazos, levanto su mirada para observar esos ojos negros, pero estos miraban hacia otra dirección... el cielo... La peliazul observo como Vegeta miraba hacia las estrellas observando fijamente hacia un punto... por inercia miro también hacia el cielo y lo vio tan despejado lleno de estrellas... contemplar eso la hizo sentir mejor, ya que a pesar de sentirse avergonzada por quebrarse delante de él, humillada por esos depravados, enojada con ella misma, se sentía agradecida... agradecida con ese saiyajin al que le decían despiadado, ya que, esa noche le salvo la vida, ya que o la mataban o se quedaba con un trauma de por vida... sin darse cuenta la peliazul se quedo observando como él como si ella no existiera, simplemente en silencio miraba hacia el espacio... sus ojos estaban perdidos en algo... ella por más que quisiera no tenia voluntad de dejarlo, el hombre era un misterio... le causaba curiosidad, sin embargo una corriente de viento la hizo volver a la realidad, estaba con las prendas rotas... la noche estaba fría y... era suficiente, tenía que ingresar, miro hacia la puerta y sin emitir alguna palabra, empezó a caminar... lamentándose internamente de sentirse una cobarde al no poder expresar nada, al menos no a él, quería decirle y preguntarle algunas cosas, pero no podía, simplemente las palabras no salían... ya en la puerta de su casa, se detuvo unos segundos... espero... esperaba algo, que suceda algo, que el viniera y le diga algo... podría pasar, solía pasar, lo leyó en muchas novelas, los chicos se solían acercar... unos segundo más... y el frio se intensificaba más... pero que estúpida, volvía a pasar.... sus infantiles pensamientos la volvían a traicionar... en que estaba pensando... siguió su ingreso sin hacer nada más... cerró la puerta sin volver a mirar, sin mirar que aquel saiyajin la observo unos segundos antes de empezar a volar...

.....

Después de esa noche algunas cosas cambiaron en la mentalidad de la peliazul, ya no veía de la misma manera a Vegeta, si bien sabia que seguía siendo de los malos, algo dentro de ella la hacía verlo diferente, pero pese a querer entenderse a ella misma, era complicado, como por ejemplo en ese momento, que estaba sentada en el comedor, observando con cuidado al saiyajin quien estaba sentado delante de ella, comiendo rápido pero con elegancia sus alimentos... no miraba a nadie, no pronunciaba ningún comentario en la conversación de la familia, ni mostraba alguna señal que indique sus pensamientos, incluso cuando decían algo gracioso, el no reía, era como si estuviera ausente en ese espacio, era como si fuera un producto solo de su mente, de su imaginación... y que en realidad no existía... como podía existir alguien así, no encontraba respuesta... no la tenía, siendo una científica que le encontraba el porqué a todo no tenia como descifrar a ese hombre... Bulma sumida en sus pensamientos no se percato cuando los presentes se quedaron observando su mirada penetrante y algo acosadora hacia el saiyajin...

Sus padres miraron la escena intrigados al ver como Vegeta dejo de masticar sus alimentos, dejo sus cubiertos y con la servilleta de tela limpio la comisura de sus labios... levanto la vista y le devolvió la mirada a Bulma, quien muy lejos de reaccionar, no lo dejo de mirar... su curiosidad la mataba, carcomía su alma, lo tenía delante de ella, a solo unos pasos, dormía en su misma casa, al lado de su cuarto y hasta ahora no sabía nada de él, nada... que se suponía que haría... continuar con su actitud pasiva y quedarse a espera de alguna respuesta, de alguna reacción, de algún acercamiento... hasta a ella le parecía absurdo ya que por lo visto eso era imposible esperar de parte de él... por un momento llego a imaginar que tal vez sus encantos la podrían ayudar... pero que equivocada estaba, ya que Vegeta a las justas la miraba...

El secreto de tus ojos negros VEGETAXBULMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora