-Estoy vivo-

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|karma|
Me encontraba tomando de la ropa al doctor, mientras Nakamura trataba de calmarme.
-Entienda, lo que estaba en nuestras manos ya está hecho. Solo queda esperar a ver cómo reacciona el paciente. Un señor de un poco más de 40 años con muchas marcas de expresiones en su rostro.
-Haga el favor de calmarse o tendré que llamar a seguridad- dijo un poco alterada la enfermera.
-No es necesario, él se calmará, ¿Cierto karma?
+S-si... Tsk ¿me dan unos minutos con él?
-No creo que sea buena idea-. Dice la enfermera, pero la entiendo o por lo menos trato.
-Solo así estará más tranquilo, déjelo- Opino el doctor acompañando a la puerta a ambas chicas.

-Los doctores dicen que solo despertarás si tú así lo quieres- tome su mano aún está tibia, -tu tía está afuera, tus padres y amigos igual, todos estamos esperando para verte-
Acomode un poco la sábana que ligeramente estaba sobre su cuerpo.

-Me repiten que esto no tiene nada que ver conmigo, que tú estés así no es gracias a mi, pero no puedo evitar pensar que todo esto es mi culpa... Yo te arriesgue a esta mierda- las lágrimas en mis ojos comenzaron a caer poco a poco en su abdomen, el lugar donde me encontraba recostado, el sonido que me mantenía consiente de sus latidos poco a poco se iba haciendo más relajante.

|Nagisa|
Una tortura es poder escuchar las palabras de karma, sentir el dolor en cada oración, el calor de su piel y no poder tocarlo.
Necesito decirle que está bien, que esto no es culpa suya ¿Qué debo hacer?
Por favor, solo una vez más ,una vez más poder decirle lo mucho que lo amo, quiero cambiar nuestra historia... Lo lograré sí ... Yo... ¿Desaparezco de su vida?

Abrí poco a poco mis ojos a una luz fuertemente intensa, lo primero que sentí fue un fuerte dolor en mi pecho, al tratar de mirarlo, me encontré con  karma, dormido, -Estoy vivo-  desperté por fin, esto fue una señal, ¿acaso?

No pude ir más lejos que el cabello de karma, deslice mis dedos entre cada mechon rojizo, con una sonrisa que entre lágrimas se formó, mis roces hizo efecto, haciéndolo despertar.

Inclinó la  cabeza un  poco, quizás pensaba que aún era un sueño.
-¿Cuanto más esperarás para besarme?-  solté con la voz un poco débil.
Me besó un poco con mucho cuidado, trataba de no lastimarme. -Anhelaba verte por última vez- susurré.
-¿Última vez?-

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