Capítulo 7: Nueva forma.

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-¿Dónde está Zelda?-Preguntó curioso Nahin al ver los nervios del rey.

El rey seguía con su semblante serio, dejó de observar por el ventanal que daba a un patio. Fijó sus ojos zafiros en los de él, demostrándole angustia en todos los sentidos. Recordó que las palabras de su hija fueron firmes y contundentes, para nada quería que el príncipe, supiese dónde se encontraba.

-Está de viaje por un tiempo.-Respondió en un tono seco.

Un fuerte dolor se encastró en el pecho del joven, haciendo que una mano llegué a su encuentro. Una mueca de dolor se presenció en su rostro, haciendo llamar la atención del rey y de los caballeros en aquella sala. Rhoam un poco preocupado por su bienestar se acercó, colocando una mano en su hombro. Nahin sabía perfectamente porqué era ejercido ese dolor.

Ganondorf, comenzó a destruir todo a su paso. Ya las cosas estaban saliendo perfectas, ¿Cómo de la noche a la mañana se fue en sus propias narices? La rabia empezó a crecer aún más en su ser, tanto que sus dientes rechinaban acompañado de las venas que brotaban de su cuerpo fornido. Sin duda los odia.

Nahin a duras penas contestó que se encontraba bien. A pasos tambaleantes pudo llegar a su habitación, dónde no tardó minutos en desvanecerse en el suelo, debido a la jaqueca que empezó a incrementar más. La voz severa y aterradora de Ganondorf, resonó en lo más profundo de la mente de Nahin, emitiendo un mensaje para él: "Te quiero aquí ¡Ya!".

***

Nahin llegó a los confines de la guarida de Ganondorf, la cual estaba ubicada en el desierto. Las grandes puertas se abrieron ante él por harte de magia. Caminó hasta adentrarse en aquellas tinieblas, que no había más que muertos vivientes y poes, plagados en cada esquina esperando un alma indefensa para apoderarse de ella ¿Aún así quiere gobernar? Él solo quiere tener a Hyrule consumido en las tinieblas, de la maldad y la tristeza tendente en cada lugar. Se adentró en la enorme sala, dónde el Heraldo de la Muerte, yacía en su trono esculpido de huesos, quién sabe qué. Miró de forma fulminante al castaño a su frente.

-Cómo es qué la princesa...¡Se nos haya escapado en nuestras narices!-Agregó enfurecido.

Tomó a Nahin fuertemente del cuello, dejando qué ni un hilo de aire llegara hasta sus pulmones. Apretaba con más fuerza por el odio que se incrementó desde hace años. El Héroe del tiempo logró vencerlo, no dejaría sin duda que este lo venza fácilmente. Nabooru quien observaba desde una esquina, se armó de valor para poder defender al joven príncipe, qué si no actuaba rápido podía desfallecer en las manos de Ganondorf. Estiró su mano haciendo que una esfera color ámbar, comenzara a salir por la palma de su mano. Su poder era completamente estúpido frente al de Ganondorf, pero, este por lo menos podría darle un poco de ventaja.

-¿¡Eres estúpida!?-Agregó Ganondorf aún más enfurecido.

Colocó su mano firme para poder darle una cachetada. Por inercia, Nabooru cerró sus ojos, solo esperando el golpe. Respiró lo más profundo, una idea excelente invadió su ser.

-Seguro Link está rompiendo la parte del trato.-Agregó mientras reía con maldad.-¿Qué más da si nos metemos por su punto bajo? Uno primero, después el otro...Sería una catástrofe qué algo le pasara.

Nahin todavía tratando de tomar aliento, miró desconcertado a Ganondorf. Nabooru hacía lo mismo por su otra parte.

-¿Qué quieres decir?-Inquirió Nahin nervioso.

Pasó una vez más su mano por la barbilla, y miró con una sonrisa de satisfacción a Nahin.

-Tú cuerpo me pertenece Nahin.-Dijo mientras se le acercaba.-No será difícil hacer tú papel.

Me enamoré de una bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora