Los cuatro jóvenes iban de regreso a la humilde cabaña. Una pareja, venía radiante declarándose su amor, pero la otra no. Entre Link y Zelda, la ley del hielo era primero. Zelda, de vez en cuando le tiraba una mirada a Link, observando con atención su cólera, que cada vez era más notoria, sintiéndose mal por las acciones tomadas, y que el día que pensaba que era "perfecto", acabó siendo un desastre, una desgracia, así suena mejor.
Al estar frente a la cabaña, cada quien se dirigió a su rumbo, sin decirse palabra alguna. Zelda se sintió incomoda al tener que compartir la habitación nuevamente con el joven, hacía mucho frío aquella noche temprana para estar en el sofá. Link empezó a desvestirse como de costumbre, ignorando por todos los altos a la chica quien le miraba expectante, observando cada gesto, movimiento que ejercía, de verdad estaba muy furioso.
Notando la tensión entre los dos, Link decide abandonar la habitación, necesitaba pensar, reflexionar, su día también se arruinó, a pesar que era el "día del amor", parecía el "día del desamor". Una ropa más cómoda sacó de su armario, se giró por un momento al ver sí podía ver los ojos zafiros de su amada, pero ella estaba de espalda, como acostumbro hace algún tiempo. No podía negar que su figura, e incluso de esa manera, era excitante, pero dejando su orgullo primero, giró la perilla y dejó la alcoba con su fragancia.
Zelda sollozó en silencio, hasta que escuchó la puerta cerrarse al fin, pudiendo así desahogarse con su soledad eminente. Si la relación antes estaba bien, ahora estaba peor.
-Todo es mí culpa.-Dijo con voz quebrada.
El frío se presenció más en la oscura habitación, la luz de la pequeña vela se desvaneció, dejándola aún más sin consuelo. Por la ventana entró una ráfaga de viento, inundando más la brisa gélida que chocaba contra la piel de la princesa, haciéndola estremecer más. Sintió una mano cálida en su hombro, acariciándola suavemente, era una sensación extraña, como si el consuelo se lo estuviera dando ella misma. Giró a ver de quien pudiese tratar aquella calidez, lo que su mirada observó, fue a una mujer que destellaba una luz mística, un cabello rubio como la luz del sol naciente iluminando todo a su alrededor, unos ojos zafiros iguales a los de ella la diferencia era que poseían una genuinidad y un brillo aristocrático embobando a cualquier hombre a su merced y una sonrisa brillante, perfecta para admirar.
Aquella mujer misteriosa, la veía tiernamente, esperando que la joven princesa hablara, pero en vista que esta no se manifestó, solo quedó incrédula ante la obra de arte que veían sus ojos. Solo sonrío y dijo:
-No llores joven princesa, aún el día no se acabado.-Sonrío sutil.
Zelda, mirando a la mujer rubia, se sienta a su frente.
-Sí se acabó.-Afirmó.-Él jamás me disculpará, fui una inmadura, una estúpida, no debí decir aquellas palabras que desgarraron su alma. No lo merezco.-Agregó con un hilo de voz.
La mujer la acarició suavemente por su rostro, tras una sonrisa dibujada en su rostro.
-Él nos ama, nos cuida, nos protege como el héroe que es...las únicas en curar su alma, somos nosotras. Ve, que él te espera.-Sonrío mientras se desvaneció.
Zelda quedando con la palabra en la boca, reflexiona las sabiondas palabras de la mujer mística que la consoló en su regazo, alentándola una vez más. Aquel frío que la atormentaba, se apaciguó, encendiendo la luz de la vela una vez más, dándole más seguridad de salir. Tomó su abrigo y se embarcó a su buscar a su amado.
***
-Alerta de Lemon:3-
La luna brillaba con todo su resplandor sobre un pequeño jardín a las fueras de Ordon, dónde las personas no frecuentaban mucho, era un lugar solitario en todos los sentidos. Link observaba acostado sobre la grama, las estrellas que se empezaban a alinear, dando a entender que la medianoche llegaría pronto, anunciando un proveniente día más. Lloró en silencio en mucho tiempo, tratando de desahogarse por completo. Su alma se sumía a la desgracia pura, retorciéndose del dolor de su corazón, que en ningún momento deseaba pararse. Más lágrimas salieron con abundancia, su destino era caer en pequeño pasto pero unas manos cálidas las detuvieron, restregándola por el rostro del joven, quien abrió sus ojos azules, para encontrarse con la dueña de su sufrimiento.
-Zelda...-Dijo casi en susurro.
La joven rubia sonrío, secándole otra lágrima que abandonaba su ojo, observando sus labios entre abiertos y secos, esperando ser mojados con un profundo beso. Su poca fuerza de voluntad se perdió desde que llegó, hundió sus labios con los suyos, sintiendo esa agradable contextura otra vez, ese sabor indiscutible que poseían, llenándose de vigor una vez más al estar cerca de él. Link recibió gustoso aquel beso, tras separarse sutilmente de la princesa, la mira fijo, esperando una palabra que ansiaba escuchar desde hace mucho.
-Lo siento.-Dijo con voz quebrada.
Link se paró rápidamente al ver que la joven empezaría a llorar, mirándola tiernamente y secando con suavidad las lágrimas que empezaron a descender por su rostro.
-Está bien, no hay necesidad de llorar más mi vida. Te amo, te amo en todos los sentidos.-Dijo sonriendo.
Sintió sus mejillas arder al escuchar las palabras el joven, sintió el verdadero amor y compresión en ellas, saliendo desde lo más profundo de su corazón. Zelda lo atrajo hasta su cuerpo, aferrándose al de él, tanto que olía la fragancia que emana su piel, embriagándola hasta caer en lo más profundo de sus sueños esperanzados, que en cualquier momento ocurriría. Link separándose unos centímetros de ella, roza sus labios con los suyos, mirándola una vez más fijamente, esperando en aquellos ojos zafiros una señal de aprobación para lo que ocurriera en esa noche.
Link la besó desenfrenadamente, probando menos la sensación suave de ellos. Su mano bajo desde su cuello hasta las caderas, mientras subía sutilmente el vestido violeta de la joven, dejando a su merced su voluminoso cuerpo. Se separó de ella por la falta de aire, la miró una vez más, esperando en ella otra señal de aprobación, ella lo tomó de la nuca y lo pegó a sus labios vehemente. El rubio la despojó de aquella parte que cubría su intimidad, dejándola su completa merced. Bajó sus labios hasta su cuello, pasando a sus pechos para devorarlos a su antojo, lamiendo con vehemencia, bajó a su intimidad donde desde un principio quería llegar. Saboreó aquella parte en particular, acariciando el abdomen de la joven quien arqueaba su espalda debido al placer eminente que sentía.
La abandonó para dirigirse una vez más a sus labios, para saborear más su néctar único. Zelda decidió optar por más, lo empujó mientras ella se colocaba encima de él, tomando el control de la situación. Lo despojó de sus ropajes con un poco de ayuda de él, e igualmente a ella. Quedando los dos a la perspectiva del otro, mirando sus defectos perfectos que los hacía únicos, conociendo aquellas partes que les pertenecerían hasta el final de sus días.
Se besaron desenfrenadamente, mientras Zelda estimulaba un parte de él, que hacía entre cortar su respiración, haciéndolo agitar más de lo que ya estaba. Link volvió a tener el control de la situación, quedando encima suyo saboreando sus labios una vez más. La miró por última vez, esperando una señal de aprobación, ella lo miró risueña con una sonrisa.
-Hazlo.-Dijo con seguridad.
Él sonrío y colocó en marcha lo que ocurriría en aquella noche. Sus cuerpos exhalaban sudor y cansancio, tras el roce y el esfuerzo que hacían para complacer al otro, pasando sus lenguas suavemente por sus labios, haciendo que la éxtasis llegara pronto. Entre gemidos y susurros, se declaraban su amor eterno.
Cansados, Zelda cae al pecho del joven rubio, quien trataba de tomar grandes bocanadas de aire. Ella solo colocó su oído en su pecho, escuchando su corazón latiendo frenéticamente, haciendo que ella se relajara y todas sus despreocupaciones desaparecieran. Amo aquel momento con él, guardándolo como uno de los recuerdos más bonitos que tuvo.
-Te amo.-Dijo ronco.
-Yo también te amo.-Sonrío tras cerrar sus ojos en un profundo sueño.
...
Nota final:
¡Terminado el especial de San Valentín! Lo sé, los capítulos estuvieron un poco tardes, tuve muchos asuntos que resolver, y no me daba tiempo de subir los capítulos.
¡500 vistas! Quiero agradecer a aquellas personas que me acompañaron desde el primer capítulo del fic, y que votaron, eso me ayudó y me alentó bastante para seguir escribiendo. Esto merece una celebración, agregaré un capítulo más donde podrán leer un lemon entre los protagonista y un epílogo extra.
¡Espere a la siguiente actualización!
¡Nos vemos!
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Me enamoré de una bestia.
Fiksi PenggemarDespués de ser salvada por una bestia en el bosque, pensó que le debía compensar. Jamás llegó a imaginarse, que detrás de todo aquel pelaje estaba un joven buscando de su amor....