Capítulo 10: Sentimientos heridos.

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Todos observaban en silencio como la tierra iba descendiendo por el cuerpo frío del joven Noah. Link saciaba su culpabilidad en un mar de lágrimas sin consuelo, desesperado buscando quien sería el responsable de arrebatarle a su hermano de semejante manera. Aún más le dolía cuando recordaba que sus últimas palabras, fueron convertidas en discusión. Zelda acariciaba con cariño el brazo del joven, dándole alientos para seguir en la vida, lo que aún no pasaba era, la escena que sus ojos veían en ese instante. Nahin abrazaba a Nabooru a quien lo hacía de manera consoladora, ¿No se supone que están prometidos?

Tras terminar la dolorosa despedida, los cuatro tomaron rumbo hacia la cabaña, había mucho de qué explicar esa noche.

El silencio se apoderó del ambiente, nadie sabía que decir, qué redactar. Nahin tomando varias bocanadas de aire decide manifestarse.

-Zelda yo...

-Ni se te ocurra decirle semejante estupidez. No me molestaría cavar otro hueco.-Dijo Link tajante.

Nahin tragó en seco, Link le doblegaba en tamaño y en forma física, estar en sus brazos es ley de muerte. Deberían considerarlo un arma mortal para la sociedad. Observó como el rubio le miraba de manera fulminante, entendía a la perfección cual era la situación.

-Princesa Zelda, quisiera ofrecerle mi más sinceras disculpas por cómo le trate hace un par de semanas. Mi intención era velar por su seguridad, aguantándome cualquier desprecio de Ganondorf, solo para que usted no saliera perjudicada.-Agregaba Nabooru mientras se arrodillaba.- Discúlpeme su majestad.

Zelda al principio, le miraba de manera fría, pero mientras escuchaba el relato, su mirada fue tornando un semblante más cálido, entendiendo el relato de la morena. Se agachó interrumpiendo la reverencia de la Gerudo, la levantó consigo, pues no le gustaba ese tipo de formalidades a su persona.

-Le acepto las disculpas, entiendo su preocupación hacía mí. La ignorante fui yo, al tratar de juzgarla sin saber el motivo.-Sonrío ampliamente.-Además, no me molesta que esté junto a mi prometido. La verdad que yo no lo quería.

Las últimas palabras fueron un agobio para Nahin. Nabooru por otro lado, abrazó a la princesa gratificando su manera de actuar, aunque no podía dejar de tirarle unas miradas a Link "Es tan apuesto..." Pensaba para sí misma. Tomó la mano del príncipe fuertemente, más atrás depositó un beso en su mejilla izquierda, haciendo que el tono rojizo se esparciera por su rostro.

-Entonces...¿Es un intercambio?-Preguntó Nahin Expectante.

-Supongo que sí.-Respondió Link en un tono frío.

Tras el incomodo silencio que se presenció por segundos, los cuatro jóvenes rieron al unísono, haciendo que sus panzas dolieran y sus ojos se cristalizaran a la acción tomada. Zelda interrumpió aquel momento de gracia, esa pregunta la desconcertaba cada vez que la recordaba.

-¿Qué haremos con Ganondorf?

Nahin y Link tomaron un semblante pensativo, mientras pensaban las ventajas y desventajas a la situación, un paso en falso y todos están muertos.

-Enfrentarnos a él es una agonía y un acto de rebeldía, también saber que si fallamos, todos pagamos con las vidas.-Dijo seria la morena.

-Algo que deben saber, Ganondorf ronda estas tierras con mi apariencia, debe estar en el castillo ahora.-Testificó el príncipe.

-¿¡En el castillo!?-Preguntó abrumada la princesa.

-Sí...Nabooru intentó frenarlo, pero fue todo un fracaso.

Me enamoré de una bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora