Capítulo 2

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- ¿Misfits?

- Sí, pero muy de vez en cuando. ¿The Strokes?

- Me encantan, durante horas les escucharía. ¿Blink?

- Oh cielos, ¡sí!

Ashton y Claudia estaban en la cafetería almorzando, juntos. Los dos discutían sobre música y sobre sus grupos favoritos.

Acabaron descubriendo que a ambos les gustaban los Rolling, estaban de acuerdo en que My Chemical Romance había hecho mal en separarse y Ashton no comprendía como Claudia detestaba Nickleback:

- Lo siento Ash, son una aberración.

Él hablaba muchísimo. Nunca había hablado tanto con nadie, y menos con una chica. Junto a ella se sentía bien, igual que los demás, fuerte:

- ¿Sabes? Me encanta tu voz. Es muy dulce - dijo Claudia, ruborizada.

Ashton se ruborizó también:

- No la suelo usar mucho. De hecho, creo que eres la única persona del colegio que la ha escuchado, sin contar a los profesores.

- Ash...

"No lo preguntes, Claudia. Vas a herir sus sentimientos. No lo hagas".

- Dime.

- No...nada. Me alegro mucho de haberte conocido, de verdad - sonrió.

Ashton sonrió, algo decepcionado. Por un momento pensó que la chica le pediría el número de teléfono.

- Gracias. Es raro que alguien se alegre de ello.

- ¿Por qué? Eres un chico muy especial.

- Creo que todos piensan lo mismo que tú, salvo que ellos le dan otro enfoque - dijo él, apenado.

Claudia le cogió de la mano. Su fino tacto y su temperatura corporal hizo que Ashton se estremeciera. Sus dedos empezaron a acariciar la gran mano del chico, que cada vez se sentía más a gusto.

"¿Se puede tener un orgasmo a partir de una mano?".

- No dejes que la gente te haga esto. Vales más que todos ellos. No me gusta ver lo que he visto en el pasillo, y tampoco me gusta pensar que ha ocurrido más veces - ella paró de acariciar la mano para cogerla con fuerza - o incluso que sigue pasando todos los días.

Ashton sonrió hacia abajo, y sus hoyuelos volvieron a quedar al descubierto:

- Quiero ayudarte. Estaré junto a ti. Me has caído demasiado bien como para dejarte solo con esto.

El chico elevó su mirada sorprendido, y clavó sus grandes ojos verdes en los ojos marrones de ella:

- ¿De verdad harías eso? ¿Vas a ser mi amiga aunque te marginen o te conviertan en la peste del colegio?

- ¡Pues claro! ¿Con quién hablaría de música entonces? Por favor, apuesto a que en este colegio se creen que Somebody To Love sólo existe en Justin Bieber - rió ella.

Su risa era un placer. Como un gofre con chocolate caliente o el olor en el interior de un coche nuevo. Sus ojos se achinaban, como los de Ash, y le salía un diminuto hoyuelo en la comisura izquierda. Podría escuchar su risa todos los días de su vida.

Sonó el timbre que indicaba el regreso a las aulas. Ashton decidió armarse de valor y pedirle su número. Habían pasado dos días tras el encuentro en las taquillas, era el momento:

- Claudia.

- ¿Sí?

- Pensarás que soy un idiota porque bueno, es lo lógico, llevamos solamente dos días hablando y bueno...yo no...

La pelirroja se divertía viendo a Ashton balbucear en una pregunta tan simple, así que mientras él dudaba, ella anotó su número en un papel y se lo plantó en la mano:

- El cine me gusta. Las palomitas las pongo yo. El viernes me viene genial.

Ashton la miró incrédulo y sonrió:

- Sí...¡sí! Claro, era eso. Te llamaré para la hora, ¿vale?

- ¡Genial! - exclamó ella, sonriendo.

Se acercó poco a poco a él. Pese a que Ash no era especialmente alto, Claudia se tuvo que poner de puntillas.

Le dio un tímido beso en la mejilla. Dulce. Un beso que derritió el corazón de Ashton, acostumbrado a recibir otro tipo de sensaciones:

- Me voy a clase.

El chico sonrió como nunca antes, y se acarició la mejilla. Giró sobre sus talones y fue a su respectiva clase.

"Dios. Qué rara es esta chica".

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