Los meses pasaban rápido. Los chicos dejaron el colegio y se dedicaban a ensayar casi todos los días. Los acosadores de Ashton recibieron extrañados la noticia, e incluso, con un poco de pena.
Lucy y Calum afianzaron su relación y empezaron a salir como personas normales. Calum parecía feliz, y Lucy también, pero siempre se le escapaban miradas por si alguien les seguía.
Luke cogió muchísima confianza con Claudia, se hicieron grandes amigos, mientras que Michael empezó a ser un apoyo fundamental para Ashton. La pandilla quedaba para escuchar a ensayar a los chicos, para ir al cine o simplemente para hacer bromas. Los seis se llevaban estupendamente, y todos estaban muy a gusto en ese pequeño grupo.
Ashton y Claudia parecían casados. Se conocían cada vez más y se querían el triple.
La noche de Nochebuena, los padres de Ashton invitaron a Claudia a cenar a su casa. Pero, en vez de cenar ellos solos, cenarían con toda la familia:
- No sé qué ponerme, Lucy - dijo Claudia.
La pelirroja y su hermanastra estaban en la habitación de Claudia mirando ropa:
- Yo creo que ese vestido te queda genial.
- Demasiado corto.
- ¿Y esta falda con el croptop?
- Demasiado atrevido.
- ¿Y si vas en sujetador y bragas y ya está?
- ¡Lucy! - exclamó Claudia, tirándole un cojín.
- ¿Qué pasa? Seguro que a Ashton le gusta mucho más que cualquier prenda que lleves.
- Pero ceno con la familia, gilipollas.
Lucy rió. Rebuscó entre el montón de ropa y encontró un vestido negro, un poco más largo que el anterior pero que era corto igualmente:
- ¿Y si te pones esto?
- Oh Lucy. Es perfecto.
Claudia lo cogió con cuidado y lo extendió en la cama:
- ¿Tú crees que les voy a gustar?
- Les vas a encantar, hazme caso.
Llegó la noche, y Ashton pasó por casa de Claudia para recogerla. Lucy le abrió:
- Hola Lucy, ¡feliz nochebuena! - dijo Ashton, abrazándola.
- Hola cuñadito, feliz nochebuena. Mi hermana en seguida baja. Oye, ¿qué guapo vas, no?
Ashton llevaba unos tejanos y una camisa con una americana negra. Su pelo estaba planchado con el flequillo por delante. Tenía un aspecto impecable.
Claudia bajó por la escalera y a Ashton se le encogió el corazón ante lo que veía. Su chica llevaba el pelo alisado y un vestido negro que le sentaba como un guante (de hecho, se adhería a sus curvas de una manera muy sensual y Ashton no podía dejar de mirarla).
Pero lo que más le gustaba es que Claudia llevaba unas Vans de color granate.
"Es perfecta":
- Estás...guau. Estás preciosa, cariño - dijo Ashton, y le dio un tímido beso a su novia.
- Tú estás guapísimo también - exclamó Claudia entre los brazos de Ashton, sacudiéndole el hombro de la americana.
- ¿Os importa que os haga una foto? Me estoy enamorando mucho de lo adorables que sois.
La madre de Claudia apareció por el salón seguida de su padrastro. Saludaron a Ashton de forma amistosa, y la madre de Claudia les hizo varias fotos.
Pusieron rumbo a casa de Ashton. Al llegar, él notó que Claudia estaba temblando:
- Amor, todo va a salir bien.
- No les voy a caer bien.
- Yo te amo, a ellos les encantarás - dijo Ashton.
Se dieron un dulce beso, y Ashton entró en la casa:
- Mamá, hemos llegado.
La madre y el padre de Ashton les recibieron, y les animaron a ir al salón, donde estaban sus abuelos, sus tíos y algún que otro primo.
La cena transcurrió con los habituales "es más guapa que en las fotos" y "hacéis una pareja monísima". Claudia encantó a todos con su voz tranquila y amable y sus sonrisas naturales y nada forzadas. Ashton se quedaba embobado mirándola cuando hablaba de algún tema, y era tan descarado que su padre varias veces le dijo:
- Para ya, que te la estás comiendo con los ojos.
Cuando toda la familia se fue, los padres de Ashton insistieron en que Claudia se quedara a dormir:
- Señora Irwin, no se preocupe, no quiero ser una molestia.
- Pero niña, ¿cómo me va a molestar? Quédate. Es bastante tarde, solamente llama a tus padres para decírselo y ya está.
- Clau, quédate. Seguro que a tus padres no les importa. Y yo mañana te dejo en casa.
Claudia sonrió y miró a su novio. En sus ojos brillaba la ilusión.
"De acuerdo. De hecho, nos queda poco tiempo en la misma ciudad":
- Podéis dormir en la misma habitación, no me importa. Ashton me cuenta todo - susurró la señora Irwin a Claudia, guiñándole un ojo. La pelirroja enrojeció.
Los dos subieron a la habitación del chico después de despedirse de los señores Irwin, y Claudia se puso una camiseta de Ashton para dormir:
- Esa camiseta te queda mejor que a mí.
- Idiota. Estoy sin maquillar y con una coleta mal hecha. Estoy horrible.
- Podría mirarte así todo lo que me quedara de vida.
Claudia sonrió y unió sus labios con los de Ashton, acariciando su pelo suavemente. Él la cogió de la cintura y la estrechó junto a él. Ashton empezó a dejar pequeños besos en las comisuras de Claudia, y ella rió:
- Ash, vamos a dormir, anda. Es muy tarde.
Ashton la miró enfurruñado. A Claudia se le encogió el corazón. Ashton parecía un niño. Le quería tanto:
- Bueno, te lo perdono porque es tarde, pero me debes muchas, muchas noches de sexo.
- Tranquilo pequeño, te lo recompensaré.
Los dos rieron y se metieron en la cama. Se quedaron tumbados mirándose, y Ashton posó su brazo en la cintura de Claudia, abrazándola:
- Ash, no quiero separarme nunca de ti.
- No te dejaría nunca.
- ¿Aunque os vayáis a Londres a vivir? Sé que es una gran oportunidad para vosotros y quiero veros triunfar pero...
- Todo va a salir bien. Hazme caso.
Estuvieron un rato hablando, riendo, besándose. Claudia se quedó dormida, y Ashton no podía dejar de mirarla. Parecía un cachorro, tan adorable, tan niña.
Estuvo acariciando su pelo anaranjado y juntando su rostro al suyo, nariz con nariz. El chico se sentía el hombre más afortunado del universo.
"Ven a Londres conmigo".
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The Only Reason
FanficSus padres intentaban arreglar su vida y sus acosadores, destrozársela. Pero nadie había querido nunca destrozar la suya por él. Era algo totalmente nuevo.