6. La cama de Stuart

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Me encontraba en los pasillos de la escuela, Nancy y yo habíamos quedado de vernos cerca de la cafetería.

¿Dónde estás Nancy?

A lo lejos logro divisar a Grace, la amiga de Gretchel. 

¿Esto debe de ser una broma?, ¿Cierto?.

Gretchel me está vigilando. Solo trato de ignorar lo que hace y me enfoco en solo buscar a Nancy.

Giro hacia la derecha de donde me encuentro y choco con un chico.

—¡Demonios! — miro al chico.

Oh por Dios, es Noah. ¿Por qué me persigue la desgracia?

—Lo siento — digo al instante y giro a mirar la amiga de Gretchel, la expresión  de su rostro es de asombro.

Mierda. Giro a mirar al chico nuevamente.

—Solo te sugiero que mires bien por donde caminas — dice el castaño de ojos claros.

—Claro — me mira y se aleja.

Decido entrar a cafetería, Nancy debe de estar por ahí. Al entrar, solo miro el resto de los estudiantes. Me frustro al ver que no está Nancy, hasta que siento una mano sobre mi hombro.
Giro y era ella.

—¡Nancy!

—Lo siento, el profesor de historia me entretuvo con un trabajo extra que estoy trabajando. — muestra una pequeña sonrisa.

—Oh, interesante — miro sobre los hombros de Nancy. Gretchel se encuentra a un par de metros a distancia. —¿Podemos irnos de aquí?

—Claro, pero ¿qué pasa? — me mira extrañada.

—Es mi prima — y ella rueda los ojos.

—¿Ahora qué ocurre? — se cruza de brazos.

—Te lo voy explicar si salimos de aquí — la miro a ella y luego a Gretchel — por favor.

—De acuerdo

Caminamos hacia la otra salida. Antes de cruzar la puerta, Stuart me detiene.

—Erin… solo quería avisarte que cuando llegues, tendrás que pasar por la puerta trasera — sonríe levemente y se va caminando.

Stuart, eres un…

—¿Quieres explicarlo? — me mira Nancy.

La jalo conmigo hacia afuera.

—Ayer Gretchel fue a mi casa y casi tuvo un reencuentro con Stuart. Y si me dijo eso Stuart, es porque lo saqué por la parte trasera de mi casa — digo frustrada.

Nancy ríe y yo la miro confundida.

—Vaya amiga, tu vida es de novela.
—Claro que no.

—Entonces… ¿Gretchel sospecha algo? —asiento.

—Con decirte que me amenazó, pero me valió.

—Esa es mi chica — sonríe con triunfo.

[…]

Ya era hora de ir a la casa de Stuart, aunque para ser sincera. No sé si fue enserio lo de la puerta trasera.

Antes de salir de mi habitación, miro hacia mi ventana para ver si Stuart estaba ahí, pero no.

Salgo de una vez. Aún indecisa, voy por la parte trasera de su casa.
Esto es la mayor estupidez que he hecho en mi vida.

Al cruzar esos arbustos, me dirijo a la puerta blanca. Le doy un par de golpes a la puerta. Alcanzo escuchar que Stuart venía.

—Aquí estoy como lo ordenaste — y el ríe a lo bajo.

—No puedo creerlo, era una broma — lo miro seria.

—Eres un idiota — lo trato golpear, pero me fue inútil. Es muy ágil.

—Vamos a terminar ese proyecto — dice y ambos vamos a su habitación.

Al llegar, hicimos la misma rutina de siempre, pero después de una hora tenía que surgir la necesidad de ir al baño.

—Stuart, ¿puedo pasar a tu baño?

—Como sea, el baño está a un lado de la habitación — me indica y salgo de su habitación y entro.

Por favor que no haya llegado Andrés. Suplico mientras miro mi pantaletas, y… no puede ser.

¿Tiene que ser una broma?

Todo está saliendo mal en este día. Tomo el rollo de papel y lo pongo mientras intento inventar una excusa para ir a mi casa.

Al salir, escucho a Stuart decir Mierda y baja las escaleras. Salgo del baño para saber lo que pasaba, al entrar a su habitación. Me resbalo al pisar no sé que porquería.

Escucho que Stuart sube de inmediato y yo solo cierro mis ojos por el dolor de trasero y cabeza por el impacto.

Stuart me levanta de inmediato y me deja sobre su cama.

Debo admitir que la cama de Stuart se siente tan cómoda como la mía y eso me enfada.

—¿Qué me pasó? — él me mira serio.

—Entraste y pisaste un cubo de hielo — dice y yo me quedo asombrada por la tontería que me acaba de decir.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste. Tropezaste por un cubo de hielo y déjame decirte que es la cosa más ridícula que he visto y dicho  — dice mientras suelta una carcajada.

Mis mejillas se tornaron, de verdad que la vida me odia. No puedo creer que por un absurdo cubo de hielo me hiciera tropezar como el episodio de Bob Esponja.

Eres Mi Tortura || Stuart TwomblyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora