27°-

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Black Pov

Mis manos lo recorrían enteramente, su cintura, piernas, trasero, todo.

Muy pronto estarán conmigo.—Toque el vientre plano de Andrés, mientras sonreía.-

Pronto seré una albóndiga caminante.— Respondió molesto.-

Una albóndiga caminante muy sexy.— Aclaré, antes de empezar a prepararlo para la penetracion.-

No entiendo que me esta pasando, porque siento tanto calor.— En realidad era su primer celo, sus mejillas totalmente rojas, sus ojos cristalizados y bien dilatados, sin duda alguna lo delataban.-

-Ya eres uno de los míos, eres mi hembra, madre de mis cachorros.-

Imbecil, vete al infierno, junto a todos tus perros sarnosos que les llamas "manada".— Respondió con cólera.-

Andres Pov

No pude creer lo que Black había hecho.

Me había bofeteado y con la misma me había penetrado.

Le mire sorprendido, y el me regreso la mirada molesto.

Empezó el vaivén de manera rápida.

¡Espera!— Grité mientras intentaba apoyarme de sus hombros.- Deja que me acostumbre, ¡maldición!—

Calla la maldita boca de una vez, perra.— Dio otra bofetada, más penetracion, más fuerza.-

Imbécil.— Me apoye de sus hombros, mientras arañana su espalda fuertemente, quería tenerlo fuera de mi, dolia como el mismo infierno de mierda.-

Eso es, rasguña como la hembra que eres, marcame.— Habló mientras daba ferozmente sus embestidas.

El dolor le hacía paso al placer, el cual me entregue sin más.

Enrende mis piernas en su cintura, abraze su cuello y comencé a besarlo.

El gustoso respondió el beso, mientras me penetraba de manera salvaje.

Una y otra vez, una y otra vez, embestida como si no hubiese un mañana.

Andrés, te amo.— Enterró su cuello en mi justo cuando se corrió dentro de mi, después me corrí, en nuestros abdomenes.-

Me sentía lleno de placer, quería más.

Saque el miembro ya flácido que se encontraba dentro de mi, cambie nuestras posturas.

Lo empuje con demasiada fuerza para que él ahora fuese el que estuviese recostado, me monte encima de él.

Y de manera rápida tome su miembro y empecé a meterlo dentro mío.









Black Pov

Al principio no entendía porque se levantaba, pero al notar su fuerza bestial al empujarme para recostarme, lo entendí todo.

A decir verdad me impresionó demasiado la fuerza que tuvo, pero me encanta.

Se subió a mí y empezó a cabalgar mi miembro.

Saltaba delicioso, de manera muy rápida, mientras que yo lo tomaba de la cintura para hacer más dura la penetracion.

Se acerco a mi rostro sin dejar de montarme y me beso, beso el cual yo respondí de manera inmediata.

Finalmente deje mi semilla una vez más en el, mientras que el se volvía a correr en nuestros abdomenes.

Se desplomó en mi, ambos intentabamos regular nuestras respiraciones.

Se levantó nuevamente, me movió otra vez con esa nueva fuerza bestial que tiene y busco una nueva postura para el siguiente round.

Era su celo, así que era entendible todo esto.

Finalmente se canso al round diez, realmente su celo llegó leve.

Andrés se veía tan relajado al dormir, parecía un ángel, tan tranquilo, su respiración regular.

Me acerque más a él y lo rodeé con mis brazos, el de inmediato reaccionó a mi y se escondió en mi pecho buscando más protección.

Lo apegue más a mi, me sentí mejor al tenerlo en mis brazos, sin preocupaciones.

Después de todo esto, también me deje llevar por los brazos de morfeo.

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Andrés Pov

Desperté bruscamente, había recordado todo lo de hace unas horas.

Al despertar bruscamente, levante conmigo a Black, el cual miraba hacia todos buscando una amenaza, al no encontrar ninguna me miro.

Mis mejillas se sonrojaron de inmediato, rápidamente me escondí entre las sábanas.

Escuché una risilla por parte el.

—Hace unas horas no tenias nada de vergüenza.— Dicho esto, movió la manta de mi para mirarme.—

—Cállate.— Respondí molesto, mientras intentaba levantarme, pero el brazo de Black me sujeto muy bien para impedir mi escape.—

—No volverás a hacer eso otra vez, eres mía, madre de mis cachorros.— Me miro molesto por mi actitud.

—No lo soy, y para empezar soy hombre, no una mujer, ahora si me permites.— Me solté de su agarre, y me baje de la cama, dirigiendome hacia la puerta.—

— Y, ¿saldrás sin ropa?— Preguntó, mientras reía.—

Decir que mi cara parecía un tomate era quedarse corto, jamás olvidaré esta humillación.

"Niñero de un Alfa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora