find me ; pedrimente.

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Dicho y hecho, después de haberse despertado estaban mirando la televisión mientras degustaban unos buenos panchos. Estaban mirando vídeos en Youtube, nada importante. Angie aprovechó que Martín estaba súper distraído y le mandó un mensaje a Pedro diciéndole que venga para el departamento de Martín. Era difícil entender como ellos dos podían haber llegado a terminar, es decir, por más de que Angie sabía todo con lujo de detalles, le seguía pareciendo raro.

Martín y Pedro se amaban desde el momento en el que se conocieron, como bien dijeron en el vivo. Pero claro, Pedro no puede seguir con una relación que le recuerda cosas muy tristes de su pasado, y tenía suerte de que Martín lo hubiera aceptado y ahora sean "amigos". Pedro había aceptado lo que el psicólogo le dijo, ya que después de todo, tenía razón. Darle tiempo al tiempo sería lo mejor, tanto para él como para Martín. Seguramente hoy sería el día indicado para poder aclarar eso.

Unos cuantos minutos más tarde, el teléfono comenzó a sonar, debido a que Pedro les llamaba desde abajo. Antes de que el pelinegro se levantase la chica fue corriendo al teléfono y atendió.

—¿Quién es?

—Pedí un Rappi.

—Ay, boluda, está bien que no sé cocinar muy bien, pero no era para que hagas eso, ahre.

—No, boludo, pedí helado. Lo voy a buscar yo, ahí vengo.

Angie salió del departamento, se tomó el elevador y de paso grabó una historia.

—"Sorpresa para Martín"— e hizo un guiño con el ojo, subiendo la historia. Para su suerte, Martín estaba muy enganchado con la tele, por lo que no se preocupó de que llegase a ver la historia. Llegó a la puerta y le abrió a Pedro, se abrazaron un poco debido a que había pasado mucho tiempo que no se veían.

—Tin no sabe que estás acá.

—¿Sabes todo?

—Sí.

—Bueno, quiero que sepas que vengo para aclarar las cosas, hablé con mi psicólogo sobre él y llegué a la conclusión de que necesito un poco más de tiempo para que volvamos a ser lo que somos.

—Yo...— Angie se quedó unos segundos bloqueada, sin tener idea de qué decir justamente— Me parece bien.

—No quiero que se lo tome a mal, yo necesito explicárselo bien, necesito encontrar el amor que desde que lo conozco siento por él, necesito arreglar mis problemas. Angie, yo lo amo muchísimo y lo que menos quiero es verlo sufrir.

—¿Sabes que "un tiempo" siempre acaba en terminar, no?

—Nunca dije un tiempo, Angie. Quiero seguir estando cerca suyo, pero no como novios, sino como... no sé, sabes que me chupan un huevo las etiquetas.

—Está bien, Pedro.

—¿Está muy ilusionado?

—No sé si ilusionado como tal, pero si estaba feliz, como siempre que habla de vos. La última vez que hablamos de vos él se lloró la vida, por eso me había puesto muy contenta de enterarme lo del otro día. Pero no tengo porqué exigirte que seas su novio, simplemente háblalo con él y no te olvides que es muy sensible. Si ya estás decidido, no lo confundas, no o ilusiones, sabes cómo es Martín.

—Sí, obvio que lo sé, por eso mismo quiero disculparme por lo de la vez pasada. Fue todo por instinto, lo extrañaba muchísimo, y del sólo tenerlo cerca me quedo en blanco y sólo pienso en volver con él, en estar todo el día juntos como antes.

—Pero si están juntos otra vez, no va a durar mucho, porque vos tenes problemas que resolver.

—Sí, tal cual. Gracias por entenderme, Angie.

—Obvio, bebé— lo abrazó fuertemente—. Pero, por favor, trátalo con delicadeza.

El chico asintió y, después de aquella conversación, entraron al elevador. Se sacaron unas fotos, y por fin llegaron al departamento de Martín. Angie tocó la puerta y empujó un poco a Pedro para que no lo pudiese ver. Las llaves se oyeron para luego Martín abriese la puerta.

—¿Y el helado?— consultó sorprendido.

—No traje helado, pero traje algo mejor.— Martín se quedó observándola, esperando aquello "mejor"—¡Él!— y con una gran sonrisa, señaló al chico que se acercaba a ambos.

—¡Hola, Tin!

—¡Pedrito!— dijo Martín, acercándose a él para abrazarlo.

Al parecer, tomarse aquel "tiempo" iba a ser un poco complicado.