*...¿𝔲𝔫𝔞 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔞 𝔢𝔰𝔭𝔢𝔯𝔞𝔫𝔷𝔞?...*

349 28 19
                                    


DIA 3

POV. NARRADORA

La mañana del tercer día se hizo presente, y a la hora del desayuno un incómodo silencio era el que reinaba, el par de hermanos de cierta forma se sentían culpables y ambos con solo cruzar una mirada estuvieron de acuerdo... era hora de arreglar aquello de una vez por todas.

Por otro lado tanto el espadachín como la arqueóloga solo tenían ojos para sus respectivos alimentos, mientras sus mentes se encontraban muy lejos de ahí. Todo transcurrió normal en el desayuno y al acabar cada uno se fue a hacer lo suyo y eso incluía a ese par de inquietos hermanos.

POV. ROBIN

Durante todo el desayuno no pude evitar sentirme incómoda, intente en varias ocasiones despejar mi mente pero simplemente no pude. Sin mucho ánimo llevaba alimento a mi boca con el único fin de no preocupar a ninguno de mis nakamas, al terminar simplemente me dirigí a la biblioteca... necesitaba estar sola y despejar mi mente y solo ahí lo conseguiría... o al menos eso creí.

No llevaba ni la mitad del libro leído, cuando sin previo aviso alguien entró en la biblioteca, al dirigir mi mirada me sorprendí un poco al ver que se trataba de aquella peliverde. La seguí con la mirada hasta que estuvo frente a mí, vi que estaba un poco nerviosa pero aun así busco la forma de tranquilizarse y cuando lo hizo me habló "Robín-san... quería pedirle disculpas una vez más por lo ocurrido con Zoro-san, sé que no tenía por qué meterme, pero no pude evitarlo al verlo tan enojado cuando supo que usted estaba con mi hermano" ante aquellas palabras sentí un poco de incomodidad, el hecho de saber que kenshin-san me amaba me traía más que feliz, pero el otro asunto era... que ¿porque no me di cuenta?... y más aún, porque pensé que él estaba interesado en ella, sus palabras en cierta forma me reconfortaban, así que con una simple sonrisa le dije que no se preocupara. Pero para mi sorpresa eso no era todo lo que venía a decirme.

Al terminar de hablar un frío recorrió mi espalda... aquello era una locura, me atrevería a decir que era un suicidio hacer eso en este momento, intente salir pero ella me detuvo, estuve a punto de usar mi habilidad pero unas simples palabras me detuvieron "confía en mi hermano", aquello significaba para mí mucho más de lo ella creía, no era que confiara en su hermano... sino en la persona a la que él se parecía y eso era por demás confuso para mí. Decidí tomar asiento y estar atenta al más mínimo ruido.

El tiempo pasaba y no había ruido alguno, la tensión y la preocupación dentro de mi crecían, todo aquello era una locura, eso seguía pensando, sin darme cuenta la tarde estaba llegando a su fin y no había noticias de su hermano, decidí que ya era suficiente, así que me dispuse a salir pero antes de poder hacerlo apareció por la puerta intacto, sin un solo golpe, la sorpresa fue mucha y más aún cuando habló " Robín-san disculpe el atrevimiento que me he tomado, pero siento que esta situación se ha ocasionado por un mal entendido a causa nuestra, así que decidí ir a dejar todo en claro y hablar de una vez con zoro-san... no fue fácil hacerlo, pero logre convencerlo" escuchaba todo aquello y no podía creer absolutamente nada, kenshin-san no le había hecho daño alguno y por sobre eso había logrado convencerlo, la sorpresa en sí era mucha pero su voz me devolvió a la realidad y siguió hablando "y ahora Zoro-san desea hablar con usted... o mejor dicho... eso quiere pero no se atreve a decirlo" ante aquello último una sonrisa escapo de mi rostro y tras darle las gracias a ambos salí rumbo al nido del cuervo donde lo encontré entrenado de espalda a la puerta.

POV. ZORO

La mañana pasó relativamente lenta, el desayuno fue una tortura, ansiaba largarme de ese lugar pero no tenía las fuerzas necesarias, me dedique simplemente a comer y a tomar sake, nada más a eso. En cuanto termine salí directo al nido del cuervo y ahí me dispuse a entrenar sin interrupciones. En estos momentos no tenía ganas de verle la cara a nadie, y no quiera entrenar abajo por el simple hecho de que no le quería ver la cara a ese maldito... estoy seguro que en cuanto lo tenga enfrente... lo corto. Y como si el destino pusiera a prueba mi palabra, aquel malnacido apareció por la puerta del nido del cuervo, en primera instancia tome mi espada pero sus palabras fueron más rápidas "Zoro-san he venido a hablar sobre el mal entendido con Robín-san" aquello fue suficiente para enervar la ira que ya tenía desde hace días y tomará con más fuerza mi espada pero antes de poder darle siquiera un golpe... habló de nuevo "Zoro-san... ella no me ama... por favor escúcheme" solo me vasto oír eso para soltar mi espada y prestarle toda la atención que tenía en aquel momento.

Mientras más hablaba, más estúpido me sentía, como pude confundir aquello y más aún como me deje dominar por los celos, el solo oír sus palabras me hacía sentir el hombre más estúpido del mundo, tuve la oportunidad frente a mí, de escuchar lo que ella en verdad quiso decirme, pero como siempre terminé mandando todo por la borda, simplemente asumí los hechos sin darle siquiera un momento para que ella dijera algo... que estúpido soy.

El amor te vuelve tonto... en algún momento lo oí... pero ahora lo creo, el amor cambia a la gente... simplemente una absurda verdad, el amor y los celos muchas veces van de la mano... que juego más sucio. Tome una botella de sake que tenía ahí y le di un sorbo, todo aquello solo reforzaba mi idea de que el amor es un juego, como la ruleta rusa, no sabes en qué momento te puede tocar pero puedes saber que será doloroso... y eso lo estaba comprobando ahora.

Tras una larga charla y unas cuantas botellas vacía, logre sincerarme con aquel sujeto, le confesé lo mucho que la amaba y lo idiota que fui al hablarle así... más aún... al tratarla de aquella manera, entre palabras le dije que ansiaba poder arreglar todo el dolor que le cause a Robín. Luego de un rato más, se marchó, no sin antes darle las gracias y ofrecerle unas disculpas. Con pesar retome mi entrenamiento hasta que escuche su voz... "kenshin-san... podemos hablar"

POV. NARRADORA

La tarde se estaba alejando dándole paso a la noche, un par de hermanos traían consigo una sonrisa imborrable, entraron raudo a la cocina a esperar a los miembros de aquella tripulación. La hora de la cena llegó en pocos minutos y casi todos se hallaban reunidos... a excepción de dos. El cocinero quiso salir a buscar a su querida arqueóloga pero un hermano hablo.

Con rapidez explicó lo ocurrido, y de paso comunicó por qué no se encontraban ellos ahí, todos en la cocina tenían una sonrisa en el rostro... todos menos uno. Nuestro querido cocinero estaba acompañado de unas nubes grises al escuchar lo que estaba pasando entre ellos dos, por lo bajo maldijo la suerte de aquel espadachín pero en el fondo... muy en el fondo se alegraba por él.

La cena transcurrió como de costumbre, y en transcurso de esta ninguno de los aparecio, al terminar todos se fueron a dormir, era el turno de Franky de hacer guardia pero decidió darles más privacidad y se fue a dormir.

Pero cuál habrá sido la verdadera razón por la que no fueron a cenar, será acaso que todo aún no se solucionaba... o tal vez para aquello... ya no había solución.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


**𝔣𝔦𝔫 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢 10**

*...Las lágrimas de las flores y el orgullo de las espadas...*  (ZoRobin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora